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"En Chile existe una generación muy interesante de dibujantes"

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El 3 de diciembre no fue un día cualquiera para los amantes del comic, la ilustración y la novela gráfica del Gran Concepción. Y es que la presencia en la ciudad de Ricardo Siri "Liniers", hoy por hoy considerado el más grande exponente de las viñetas de Sudamérica, marcó las actividades del Festival Trazo, que organizó Balmaceda Arte Joven Biobío y se realizó este fin de semana.

La visita del dibujante argentino, que había visitado Concepción en otras ocasiones como parte del show del cantante Kevin Johannsen, estuvo cargada de actividades. Lo primero fue compartir junto al grupo de dibujantes locales que participan en la iniciativa "Juntémonos a dibujar", en el Espacio Zaguán, que lidera la ilustradora local Natilustra.

Fue una instancia de lujo entre el autor de "Macanudo" y los artistas locales, donde pudieron conocer a fondo algunos detalles del trabajo del artista. "Resultó muy interesante e inspirador participar en esta mesa de dibujo con él. Conocer sus técnicas y mantener una conversación con un ilustrador de su nivel, es una oportunidad única para los que somos aficionados a esto", dijo Paloma Bello, participante del taller.

Luego, "Liniers" dictó una charla en la sede local de Balmaceda y finalmente se trasladó a la Plaza Cruz, donde firmó libros y autógrafos en la feria de ilustradores del Festival Trazo. Una visita breve, pero que sin duda deja más de una huella en los participantes de estas actividades.

UN DIBUJANTE DE

NIVEL MUNDIAL

Ricardo Siri "Liniers" tiene 43 años y debe la mayor parte de su prestigio a la exitosa historieta "Macanudo", publicada por primera vez en el año 2003. Con miles de copias vendidas en todo el mundo, hablamos de un dibujante que se da el lujo de editar bajo su propio nombre en Nueva York, algo que muy pocos ilustradores latinos pueden hacer hoy en día.

Sin embargo, es un tipo bastante cercano, que gusta de participar en actividades como la de este sábado en Zaguán, junto a jóvenes dibujantes, que buscan inspiración en su propia obra. Asegura ser un admirador a la nueva generación chilena de ilustradores y un gran amigo del dibujante Alberto Montt.

- Cuando veo a los chicos que están empezando y muestran sus dibujos, con una mezcla de orgullo y vergüenza, recuerdo cuando yo era pequeño. Soñaba con poder trabajar y vivir de esto. Son relaciones muy honestas. Es difícil llegar a la decisión de dedicarte a esto, por eso cuando te juntas con jóvenes dibujantes hay un dejo de nostalgia para mí. A mí lo que me gusta que suceda es que después de nuestra conversación vuelvan a sus casas con ganas de dibujar. Eso es precisamente lo que me pasaba cuando iba a charlas de Quino o Fontanarrosa. Terminaba la charla y quedaba estimulado. Espero que les genere ganas de dibujar, porque para vivir de esto necesitas hacerlo todo el tiempo.

- Los chicos suelen ser bastante tímidos con su arte. La inseguridad viene de la mano de cualquier obra artística que uno crea. Mostrar un dibujo es mostrar un poco de ti. Mi idea cuando empecé a dibujar era no hacer el típico canchero argentino que sale para afuera. Siempre pensé que yo era la víctima, el raro, el outsider, y necesito aprovechar y reírme de eso.

PLATAFORMAS WEB Y LAS VIÑETAS CHILENAS

-Es espectacular por las opciones que entrega. Hay ilustradores reconocidos que comenzaron online, se mostraron y armaron una masa de público por medio de las redes sociales. Lograron ir por un camino distinto a los diarios y las revistas. Las herramientas tecnológicas hay que aprovecharlas y entenderlas. Piensa que cuando yo empecé todavía se usaban solo las fotocopias, salía plata y era muy engorrosa. Yo creo que vivimos en una época donde hay tanto artista dando vuelta. En la historia nunca hubo tantos dibujantes, músicos, directores de cine. Uno tiene que volverse su propio editor de contenidos. Ahora tenemos al alcance casi cualquier material cultural, y es nuestra responsabilidad elegir lo que consumimos, que termina siendo muy importante en la formación como artista.

- Lo que no hago es humor de coyuntura. Cuando algo puntual le pasa a un político puntual, no es tema para mí. Generalmente no me gusta dibujar a los políticos, porque no me agradan en absoluto. Pero igual hay tiras políticas y tienen que ser con situaciones actuales. Macanudo nunca la pensé como una historieta que tuviese que tratarse de algo en concreto. Quizás como soy tan fanático de Seinfield, que no se trata de nada. Me gusta que se aborden todos los temas, que siempre encuentro el espacio para hablar de todo.

- Me voy cruzando con ellos cada vez más seguido, y no solamente en Chile. Hay una generación de dibujantes interesante en Chile. Me encanta lo que hace Catalina Bu. Es una genia total. Sus dos libros son los más graciosos que leí en mucho tiempo en América Latina. Creo que aquí, por un tema de cercanía, veo que hay más trabajos interesantes que en otros países. Lo curioso es que no hay una escuela, en el sentido que todos son muy diferentes. Catalina no tiene nada que ver con Alberto Montt, y Shumeikers no tiene nada que ver con Mala Imagen. Todo el mundo va para cualquier lado, y eso genera que haya tantas variantes. Aún cuando trabajan mucho entre ellos, muy comunitaria.