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El derecho internacional y Palestina

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Al cumplirse 69 años de la resolución 181(II) de la Asamblea General de Naciones Unidas, y por la cual que se decidió la creación de los Estados de Israel y de Palestina, resulta relevante realizar una reflexión de cara a la efectividad del derecho internacional para el caso en cuestión. Esto ayudará a explicar las razones por las cuales no se han generado las condiciones necesarias para alcanzar una paz definitiva. La gran mayoría de los Estados entienden que el derecho internacional ofrece garantías de estabilidad al sistema internacional.

Lo anterior, en virtud de la existencia de instituciones que juzgan y castigan los ilícitos y los crímenes que cometen algunos Estados transgresores, convirtiendo a la responsabilidad internacional en uno de los factores que explican la voluntad de los Estados en respetar y cumplir el derecho internacional.

No obstante, y en algún momento de su historia, todos los Estados han violado el derecho internacional. Sin embargo, y a la hora de analizar cuantitativamente las transgresiones, se puede señalar que -en la mayoría de las ocasiones- éstas provienen de gobiernos dictatoriales y de aquellas potencias que están en la cima de la estructura de poder del sistema internacional y que son las que actualmente forman parte del selecto club de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de ONU.

No obstante estos descriptores, existe un Estado que no cumple con estas características y que sistemáticamente viola el derecho internacional, y sin que su actuar le genere graves consecuencias; el Estado de Israel.

Este Estado, creado a la luz de la resolución de la Asamblea General 181 (II) de 1947, ha violado a lo largo de los años numerosas normas relativas a la protección de los derechos humanos, al derecho internacional humanitario y al derecho internacional, lo que se puede ejemplificar, entre otros, en el no acatamiento de resoluciones emanadas desde el seno de la Asamblea General de Naciones Unidas y que responden a normas de derecho consuetudinario y que hoy son consideradas normas ius cogens; la no aceptación de las premisas jurídicas que sustentaron la Opinión Consultiva que emitió la Corte Internacional de Justicia y por las cuales se determinó, no sólo la ilegalidad en la construcción del Muro, sino también de la ocupación; el no acatamiento las resoluciones vinculantes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas relativas a respetar el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino y que refieren, además, a la devolución de tierras, la solución al tema de los refugiados y el fin de la construcción de asentamientos, entre otros.

Todo esto, y más, son ejemplos del deprecio que Israel demuestra a la legalidad internacional y explicitan las violaciones a los derechos humanos que sistemáticamente realiza en contra de los palestinos. La cobardía del sistema internacional y la complicidad de EE.UU, en la mayoría de las ocasiones en las que Israel es cuestionado, son los factores que ayudan a entender las razones por las que Israel se permite perpetuar las indignas condiciones en las que viven los palestinos en los Territorios Ocupados, así como la no materialización de un Estado palestino a plenitud.

Los temas pendientes para poder celebrar

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Noviembre fue un mes importante en educación parvularia. El 22 fue el día de la Educación Parvularia y del Educador de Párvulos, como conmemoración de la fecha en que se fundó la primera escuela de estos profesionales a nivel universitario en 1944.

El establecimiento de este día creado en 1991, busca sensibilizar a la sociedad chilena sobre la importancia en una etapa tan compleja y delicada como son los primeros seis años de vida, y el aporte que significa para el país, favorecer profesionalmente un mejor desarrollo humano en sus nuevas generaciones. Junto con ello, se ha cumplido en este mes, un año de la creación de la subsecretaría de Educación Parvularia, hecho importante que ha relevado la subsecretaria, María Isabel Díaz.

Frente a estos aniversarios, es válido hacer un pequeño balance sobre los avances en este campo. Chile tiene 152 años de existencia de educación parvularia, ya que en 1864 funcionó la primera Escuela de Párvulos pública en Santiago. Desde esa fecha se ha desarrollado con altibajos, creciendo en ciertos períodos histórico-políticos y retrocediendo en otros, en especial, cuando el país experimentaba urgencias económicas. Ello implicaba que era habitualmente uno de los primeros ítems presupuestarios que se cortaba.

Hoy los tiempos han cambiado, hay políticas, presupuestos importantes y estables, junto con una amplia institucionalidad, todo lo cual son -sin duda- avances relevantes, y que se expresa entre otros, en una atención estimada de un 60 % de la población infantil menor de seis años. Este promedio para América Latina es bueno, si excluimos a Cuba que atiende casi el 100 % de los niños y niñas.

Sin embargo, hay temas pendientes que abordar. Preocupa aún el ratio existente de adultos-niños en especial en el nivel de transición mayor, la gran cantidad de horas presenciales de los Educadores de párvulos frente a los niños, lo que se denomina 'horas no-lectivas' necesarias para planificar, estudiar, etc.; ello tiene además consecuencias en cuanto a enfermedades laborales.

También la llamada 'sobreescolarización' que va unida a la pérdida de las características esenciales del trabajo en este nivel, es una práctica en muchos establecimientos, afectando el desarrollo de una educación parvularia centrada en el bienestar y en aprendizajes relevantes y significativos para los niños y niñas.

Es verdad que algunos de estos problemas se van a solucionar con la incorporación de los Educadores de Párvulos a la carrera docente y con otras medidas que se están trabajando, pero se hace necesario "apurar el tranco", ya que siguen entrando y saliendo párvulos de los establecimientos, sin que experimenten estos necesarios cambios.

El problema mayor está aún en la concepción limitada de la sociedad e incluso de 'tomadores de decisión' del sentido y complejidad de este nivel, y ello, hace que aunque todos señalan que es prioritario, los recursos y esfuerzos normativos no van a la par de estos requerimientos.

Los proyectos educativos interesantes en lo público y en lo privado, que reflejan la pedagogía avanzada en esta área, no se valora, se va a lo tradicional, que no siempre es lo mejor. Por tanto, la mejor forma para que este mes se constituya efectivamente como una celebración, sería que la sociedad, las familias, los medios de comunicación, los que toman decisiones, profundicen más sobre el tema, sería un buen regalo para sus hijos y las profesionales que los atienden, los educadores de párvulos con sus equipos.