Actividades de esparcimiento mitigan el estrés de fin de año
En la medida que el año va transitando por su recta final, la agenda comienza a repletarse de actividades, sobre todo para quienes deben dividir su tiempo entre el trabajo y la familia. Paseos de curso y/o eventos organizados por las empresas, matrículas en los colegios y caos por la fiebre navideña son sólo algunos ejemplos, a los que se deben sumar los balances laborales, análisis de cumplimiento de metas y cierres de proyectos.
Todos los anteriores son factores que suponen una gran carga y también gasto de energía en pos de equilibrar y cumplir con cada demanda. "Esta situación predispone a padecer cuadros ansiosos y la sensación de estrés, particularmente si se percibe que no contamos con los recursos personales y ambientales suficientes para enfrentarlos exitosamente. Es decir, si tenemos la sensación de estar sobrepasados, colapsados, hiperalerta, con dificultades para conciliar el descanso o bien para disfrutar de las actividades recreativas, porque nuestra mente está preocupada por los pendientes", explica el psicólogo Jonathan Duarte, académico de la Facultad de Psicología. Además de ansiedad, menciona que también se podrían acarrear síntomas depresivos, y angustia, y en casos extremos sensaciones de despersonalización.
Junto con la consecuencia personal que esto lleva consigo, en el ámbito laboral el desempeño del colaborador puede verse notablemente menoscabado, detallando que "podrían generarse problemas adaptativos, donde el trabajador esté más alerta de lo necesario o, por el contrario, que sienta que es tanta la demanda que se rinda y adopte un comportamiento evitativo o agresivo".
PLANIFICAR
Y CONVERSAR
Mitigar el impacto de fin de año en los trabajadores es una tarea que recaería en gran medida en los jefes y líderes de equipo, plantea Duarte, donde la clave estaría en equilibrar las demandas de la organización con la real capacidad del equipo de llevarlas a cabo.
Entre sus recomendaciones generales está la planificación adecuada de las tareas, con metas cercanas y alcanzables, pues ello aumenta la sensación de autodeterminación y autoeficacia. "Además, es importante destinar pequeñas pausas para realizar alguna actividad centrada en las relaciones, las cuales ojalá sean dentro del mismo horario laboral. Así, se genera la sensación de que, a pesar de la sobrecarga, es posible contar con algunos momentos de esparcimiento. Contrariamente a lo que gran parte de los jefes creen, este tipo de actividades genera mayor compromiso con la organización y mayor interés de cumplir con las metas", afirma.
Vladimir González, docente de Ingeniería en Administración de Recursos Humanos (V) de Duoc UC sede Concepción, comenta que fundamental es conversar y escuchar, poniendo énfasis en la retroalimentación con los liderazgos, siendo ese uno de los principales tips que entrega para disminuir el impacto de fin de año (ver recuadro).
Desde allí, plantea que durante esta época las revisiones también son oportunas, debido a que permiten reflexionar sobre aquello en lo que se está al debe, considerando que siempre hay aspectos que se pueden mejorar. Sobre esto, dice que no debe ser una acción compulsiva, sino que esperanzadora en la que se asuma que todos tienen defectos y virtudes. "Hay que vivir el momento presente, revisar que cada persona es un aporte a la empresa, y con mayor razón en lo personal y familiar", añade.
MÁS SATISFACCIÓN
Un aspecto que González recalca es que se debe evitar llevar pendientes al hogar, pues es primordial cuidar los espacios íntimos, recordando que "no se debe vivir para trabajar, sino que trabajar para vivir". En la misma línea, Duarte afirma que "se sobreponen los roles, lo que suele generar ansiedad. Incluso es preferible trabajar tiempo extra que llevarse labores al hogar".
Por el contrario, fuera del horario laboral la recomendación es realizar actividades que a cada uno le genere mayor satisfacción, ya sea salir a pasear o a comer, reunirse con la familia o amigos, realizar algún deporte o cultivar algún hobby.
"Un error frecuente es asistir a reuniones sociales por cumplir, porque se espera la asistencia. En muchas de estas reuniones se generan dinámicas que pueden resultar ansiógenas a muchas personas, por tanto, más que ayudarlos/as a disminuir la sensación de presión, pueden aumentarla", explica.
Las actividades con alto potencial de disfrute, en tanto, "producen bienestar subjetivo y la posibilidad de fluir, es decir, entrar en un estado en donde uno y la actividad se difuminan y se pierde la sensación de tiempo y espacio. Este estado es uno de los mejores para prevenir emociones como la ansiedad y la preocupación", finaliza.