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Judicialización de la ley de insolvencia

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En relación al cuestionamiento sobre que la Ley de Insolvencia está abriendo un nuevo negocio en torno a la judicialización, decimos categóricamente que la intención de las consultoras legales jamás ha sido promover la liquidación de bienes para la persona deudora.

Sin embargo, es la propia ley la que ha establecido requisitos que se han transformado en trabas para que personas naturales puedan renegociar sus deudas: la emisión de alguna boleta de honorarios en los últimos 24 meses, el cumplimiento de 90 días de mora en el pago de las obligaciones y el no haber sido notificado de una demanda ejecutiva con anterioridad.

Así, la liquidación voluntaria es la solución que la propia ley entrega a estas personas, por lo que no se trata de incentivar la liquidación sino de que estas personas, con un problema de insolvencia, puedan obtener y acceder a una solución que esta ley les entrega.

Es más, nuestra Asociación Gremial participa del Consejo Consultivo de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, y ha presentado diversas propuestas de modificación a la ley, con la finalidad de ampliar la posibilidad para las personas naturales de poder acceder a la Renegociación.

Asimismo, la extinción de los saldos insolutos como consecuencia del término del procedimiento de liquidación no constituye una falsa promesa ni una publicidad engañosa, pues aquel es un efecto que el propio artículo 255 de la ley establece: la remisión de los saldos insolutos, la que junto con la rehabilitación financiera del deudor, deben ser y son los grandes incentivos para las personas para recurrir al procedimiento de liquidación.

Por lo tanto, la formación de una industria jurídica en torno al endeudamiento no debe verse como algo negativo, sino todo lo contrario. Como asociación gremial, estamos preocupados del problema del endeudamiento, de acercar soluciones legales a las personas, de promover la educación financiera, del acceso a la información de las personas y de la protección y ejercicio de los derechos por parte de los deudores.

Nueva Mayoría: comunicación en crisis

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La palabra comunicación viene del latín communis, que significa "común". Se ve sencillo, pero en realidad, es complejo. Y es que si fuera fácil, nuestra cotidianeidad no se vería alterada por conflictos en las relaciones humanas que establecemos.

Un caso para analizar comunicacionalmente es lo que la llamada Nueva Mayoría está experimentando desde hace un tiempo. La crisis se agudizó luego de la derrota en las últimas elecciones, conjuntamente con el malestar de la Democracia Cristiana, más el rol del Partido Comunista y las proyecciones de las futuras elecciones presidenciales. A esto, ahora se suma el conflicto desatado tras el paro de los funcionarios públicos y el reciente cambio de gabinete, que dejó aún más al descubierto el total desencuentro entre la coalición oficialista. ¿Es entonces un error en la comunicación del bloque de Gobierno?

Comunicarnos implica "poner en común" y esto requiere de voluntad para aislar cualquier obstáculo en señal de conseguir el propósito real de la comunicación. "Poner en común", considera tener conciencia de aquellos elementos que pueden producir ruido en el intercambio comunicacional, con la finalidad de ser fieles en la llegada del mensaje. En este contexto, ¿cómo puede entonces la 'Nueva Mayoría' volver a comunicarse? ¿Es factible salir de esta crisis comunicacional? ¿Es posible nuevamente estar "en común"?

El modelo comunicacional planteado por David Berlo, en su texto "El proceso de la comunicación", expone ciertos elementos para aislar las interferencias en el intercambio comunicativo. Solo quisiera destacar dos de los mencionados por el autor: el manejo de las actitudes y el conocimiento del tema. Sin lugar a dudas, que las actitudes delatan nuestros sentires más profundos. Estos comportamientos deben ser favorables a los otros, donde la empatía y la asertividad son los recursos más apropiados para alcanzar a las personas. Por otra parte, el conocimiento del tema es decisivo como un recurso de credibilidad. Es decir, creemos en las personas, en la medida que estas demuestren dominio de lo que están hablando o prometiendo. De lo contrario, la confianza se pone a prueba.

Lo anterior es solo una muestra de por qué los desencuentros en la llamada 'Nueva Mayoría', se transforman en un caso para ser estudiado comunicacionalmente. El punto de reflexión, radica en la falta de credibilidad de un mensaje que es cuestionado, porque quienes lo proclaman están carentes de actitudes sanas en beneficio de una coalición y de un verdadero conocimiento sobre las materias que deben dominar y trabajar.

Pero, ¿cuál es el punto en común de esta coalición? ¿Cuál es el mensaje "en común" que debe propagarse? Todo está difuso, porque las actitudes de sus miembros, se enfocan solo en ellos mismos. Y, por otra parte, hay una falta de idoneidad en el tratamiento del mensaje, elemento clave en toda comunicación. Sin embargo, si tuvieran conciencia de lo que implica comunicarnos, se llegaría a un punto de encuentro.

La comunicación es compleja, es cierto, pero debemos tener voluntad para comunicarnos. Por ello, si la 'Nueva Mayoría' estuviera más consciente de lo que significa "poner en común", estaría en otra posición, con un mensaje que trascendiera y que fuera creíble para los chilenos y chilenas de hoy.

¿Hubo ganadores en el paro del sector público?

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El descontento de los funcionarios públicos por la aprobación del reajuste de 3,2% quizás no se asemeja al dolor físico y emocional de los más de 9 mil pacientes afectados por la pérdida de su hora quirúrgica, o el malestar acrecentado de las más de 40 mil personas a las que se les canceló su hora de atención.

No cabe duda que los "pacientes", lo que menos esperan de su sistema de salud, es que no se les atienda en el momento oportuno. Instante crucial para muchos entre la vida y la muerte, entre el bienestar o el sufrimiento.

Sin embargo, la situación de alerta les abrió una puerta a aquellos que sueñan con contribuir a un efectivo y eficiente sistema de salud.

La decisión de asumir la enfermería, es un camino de formación profesional que exige compromiso, entusiasmo y vocación que se va fortaleciendo día a día con estudio y desarrollo personal, pues nunca se debe olvidar que el conocimiento jamás se justificara si no lo ponemos al servicio de las personas que necesitan de nuestros cuidados.

Frente al imperativo social de servir en situación crítica, un grupo de estudiantes de cuarto y quinto nivel de enfermería de la Universidad San Sebastián, asumieron la responsabilidad de incorporarse a equipos de trabajos y aportar desde los conocimientos y destrezas en los que han sido entrenados. Así algunos debieron cumplir turnos de noche y en recintos de alta complejidad.

La dimensión del enfermo no sólo implica el conocimiento en la especialidad médica, sino que su más esencial vínculo es con y frente a la persona y familia en interacción y contacto transparente, sincero, respetuoso con su cuerpo, sus sentimientos y experiencias de vida.

Esta experiencia, además de los entrenamientos clínicos, les permitirá a los estudiantes dar sentido y hacer consciente que, este camino colmado por la pasión por el cuidado y la responsabilidad del trabajo bien hecho, se construye en las salas de clases, en el día a día y con vivencias extremas también como ésta, en donde la excelencia y el máximo respeto por la dignidad humana, deben estar siempre presentes en las distintas etapas y circunstancias.

Es de esperar entonces, que al desempeñarse como profesionales de la salud no olviden esta vivencia y tampoco, que son ellos quienes tienen el deber y la responsabilidad de entregar la salud que los pacientes de Chile se merecen.