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Día Universal del Niño

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Naciones Unidas celebra el Día Universal del Niño el 20 de noviembre por la fecha en la que la Asamblea General en 1959 aprobó la Declaración de los Derechos del Niño. Adicionalmente conmemora la Convención llevada a cabo en 1989 y ratificada hace más de 25 años por nuestro país.

Durante este año, de manera pública hemos sido testigos de las graves vulneraciones de derechos que afectan a los niños y niñas en el Sistema de Protección de Sename y caemos en el error de reducir la magnitud de una realidad que, con distintos matices, enfrentan más de un millón de niños que viven en situación de pobreza multidimensional.

Prácticamente 1 de cada 4 niños se encuentra bajo la línea de pobreza, mientras el 7,5% en situación de indigencia. Las regiones de La Araucanía, Los Ríos, Maule y Biobío son las que presentan mayores porcentajes de pobreza infantil, en estas regiones 1 de cada 3 niños/as vive en situación de pobreza.

Vivimos en un país en que 3 de cada 4 niños sufrieron violencia física o sicológica de sus padres y en 1 de cada 4 casos fue grave, donde la segregación territorial se transforma en inequidades, en que el embarazo adolescente es hasta 10 veces superior en comunas pobres, donde no existen áreas verdes para recreación y socialización, donde los escasos programas de apoyo llegan tarde y desarticulados.

En materia legislativa se han presentado distintas iniciativas. Sin embargo su trámite ha sido lento y existen numerosas observaciones que requieren de una mirada profunda y articulada de todo el cuerpo normativo, como también de las capacidades del Estado para dar cumplimiento a los requerimientos que se derivan de ellas.

Esperamos que este Día Universal del Niño sea ocasión para enfrentar esta realidad con determinación, no sólo en el discurso, sino con las manos dispuestas a trabajar por la infancia con total convicción, sólo así estaremos respondiendo al desafío que restaura el inmenso dolor que viven miles de familias a las que no hemos sido capaces de responder.

Emprendimiento femenino: Lo que se necesita en Chile

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El 17 de noviembre se celebró el Día Mundial del Emprendimiento Femenino, fecha que nos llama a reflexionar sobre la importancia que tiene el avance de la mujer en este ámbito como motor de movilidad social, especialmente en países en vías de desarrollo como el nuestro.

Según el informe de la Cuarta Encuesta de Microemprendimiento del Ministerio de Economía, de marzo de 2016, en Chile hay 1.865.860 emprendedores, de los cuales 709.933 son mujeres, lo que representa un 38,1%. Consultadas por los motivos de su emprendimiento, la principal razón (30,9%) para iniciar este camino son las "responsabilidades familiares", lo que está muy relacionado con que un 50,3% de ellas señala que sus negocios funcionan al interior del hogar.

En cuanto a las dificultades para el desarrollo de sus emprendimientos, el 31,8% de las mujeres encuestadas señaló la falta de financiamiento como principal limitante. De hecho, la mayor fuente de recursos proviene de ellas mismas (66,4%) o de préstamos de amigos y familiares (11,1%). Es decir, no aparecen instituciones financieras, organismos del Estado o entidades de la sociedad civil como sostenedores fundamentales de estos emprendimientos, con los cuales las mujeres puedan contar a la hora de comenzar en el mundo del emprendimiento.

Estas últimas cifras son las que abren la incógnita de si realmente estamos aportando al desarrollo del emprendimiento femenino en el país o si aún tenemos tareas pendientes como sociedad.

Apostar por el crecimiento de las mujeres a través de su rol de emprendedoras no sólo es un camino fundamental para el futuro de Chile, sino que es también una ruta que presenta múltiples beneficios para miles de familias en nuestro país, especialmente en aquellas comunas en donde el recurso es más escaso. Como señaló Luiza Carvalho, Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, "invertir en el empoderamiento económico de las mujeres contribuye directamente a cerrar la brecha de la desigualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico inclusivo. Que las mujeres contribuyan a las economías de sus países, redunda claramente en el desarrollo humano de las sociedades y comunidades donde viven".

Por eso, el emprendimiento es uno de los principales motores de movilidad social. A través de éste, las mujeres se auto insertan en el mundo del trabajo, generando empleos e impactando de forma positiva a su entorno, con una mejora sostenible en la calidad de vida de sus familias.

Mediante la aventura de ser emprendedoras es posible romper los círculos de pobreza generacionales. Esto porque las mujeres cumplen un rol clave para que sus familias y sus hijos superen situaciones de vulnerabilidad. Con el desarrollo de nuevas habilidades y el incremento de los ingresos, se logra una independencia económica que beneficia a toda la familia, ya que se invierte en una mejor alimentación, educación, vivienda y salud para los niños.

Los invito a reunir las voluntades de todos los actores del país -el sector público, los privados y la sociedad civil - para trabajar en forma conjunta por el desarrollo de más mujeres emprendedoras y el fomento de mejores condiciones para ellas, con oportunidades de crecimiento que sean viables, que tengan continuidad en el tiempo y que generen un impacto real en las condiciones socioeconómicas de sus familias.