Compañeros se reúnen tras 26 años de espera en Talcahuano
Dicen que hasta hoy es un misterio el porqué la generación de egresados del Liceo A-21 de Talcahuano, de los años 1989, 1990 y 1991 no tuvieron una fiesta de gala tras la licenciatura. Las teorías son muchas y aquello fue sólo una de los tantas historias que se reavivaron durante un reencuentro que vivieron los ex alumnos en las nuevas instalaciones de ese establecimiento, tras 26 años de espera.
Una jornada que fue posible gracias a la iniciativa de un grupo de ex compañeros que, a través de las nuevas tecnologías y redes sociales, comenzaron a reunir a todos los amigos que se encontraban en la zona y otros que ya habían emigrado.
"Tenemos una compañera que tras graduarse estuvo dos años en Talcahuano y luego se fue al norte. De eso han pasado más de 20 años y ayer pudo volver al un renovado Talcahuano. Fue muy emocionante", relató Patricio Torres, uno de los organizadores.
TODO UN ÉXITO
Patricio Torres fue el encargado de reunir a gran parte de los ex alumnos que este fin de semana participaron de la gala. Junto a un grupo de amigos logró contactar a gran parte de los ex alumnos, para impulsar el cumplimiento de este sueño.
"Nosotros esperábamos que llegaran 80 personas máximo, pero finalmente llegaron 120, lo que para nosotros fue un completo éxito", comentó.
Torres egresó el año 90 del emblemático liceo del Puerto. Contó que fueron denominados la generación de la transición y que hasta el día de hoy no se explican por qué no tuvieron un fiesta al finalizar su proceso escolar: "El liceo A-21 fue el primero de la zona que decidió irse a paro en aquella época previa al plebiscito de 1989, antes del Enrique Molina de Concepción. Nosotros pensamos que eso pudo haber influido en las decisión de las autoridades de la época para no autorizar la fiesta".
En ese sentido, el ingeniero comercial dijo que siempre quedó la inquietud de cerrar el círculo junto a sus compañeros, hasta que finalmente en mayo de este año iniciaron las coordinaciones para tener su fiesta de gala.
"Con el paso de los meses, esto comenzó a tomar cuerpo y se comenzó a sumar gente que no era de nuestra generación, pero a la que también se le abrieron las puertas", explicó.
Cabe señalar que durante la jornada los ex alumnos pudieron compartir una cena y donde se entregó un galvano a las autoridades del recinto educacional a modo de recuerdo.
LAZOS DE AMISTAD
Johanna Salazar fue una de las personas que participó de este encuentro con sus ex compañeros. Una noche que calificó como inolvidable. "Fue lindo ver a tus compañeros. Muchos de ellos los dejé de ver cuando salimos del liceo, más de 25 años", relató.
Salazar también participó de la organización de este evento, aportando algunas pistas de cómo encontrar a algunos de los participantes. Trabajo que les permitió encontrarse con historias y anécdotas que sólo ellos conocían.
"Cuando uno esta en el colegio siempre anhela o se imagina el día de tu fiesta de graduación. Siempre quedamos con ese gusto amargo en la boca, porque nosotros no tuvimos esa posibilidad", señaló.
Así como ella, Jaime Sáez tuvo la posibilidad de encontrarse con cuatro personas con las cuales compartió durante sus años de escolar. "Hubo mucha nostalgia, sobre todo porque la fiesta se hizo en un edificio nuevo para nosotros", recordó.
Entre los invitados estuvo el seremi de Transportes, César Arriagada, y el director regional del Registro Civil, Cristián San Martín.
Según el censo de 2002, la Región del Biobío es una de las zonas del país que concentra la mayor cantidad de Iglesias Evangélicas del país. Las cifras aportadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) indican que 389.632 personas declararon que su religión era la evangélica en el Biobío, fieles que hoy conmemoran el Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes. Una fecha en la que se recuerda el día en que Martín Lutero clavó las 95 tesis en las puertas de Wittenberg, lo que inició la Reforma Protestante en 1517.
Una jornada que estará cargada de actividades y que se desarrollarán en distintos puntos de la zona. El pastor Julio Menéndez, del concilio de Iglesias de Talcahuano, contó que una de los actos más simbólicos que tendrán será el izamiento de la bandera cristiana en el frontis del Gobierno Regional, instancia a la que asistirán diversas autoridades locales y regionales.
En ese marco, tres pastores de la zona aportan una mirada al acontecer nacional y los desafíos de la iglesia actual.