Comunas con mayor participación son más proclives a renovar las alcaldías
"Mientras menos porcentaje de votación comunal hay menos renovación de autoridades y, siendo el caso contrario, mientras más votantes a nivel comunal hay mayores cambios en las autoridades comunales", afirma Pablo Martínez, sociólogo y analista de la Universidad de Concepción.
El pasado domingo, de los más de 14 millones de chilenos habilitados para votar, sólo 4,9 millones sufragaron. La marca de la abstención también se impuso en la Región del Biobío, mayormente en el Gran Concepción y en comunas aledañas donde la participación más baja fue en Talcahuano, con apenas un 26%. Sin embargo, en la zonas rurales la participación llegó hasta el 75%, tal como en Trehuaco y Cobquecura.
Talcahuano, Concepción, Los Ángeles, San Pedro de la Paz y Chillán las comunas que están bajo el 35% de participación y suman una población habilitada para votar de 709 mil ciudadanos. Cifra que corresponde al 42% del poder electoral de la región.
A diferencia de las comunas ligadas a la capital regional, sectores como Trehuaco, Cobquecura, Ninhue y Portezuelo alcanzan el 70% de participación. Se trata de zonas consideradas rurales o alejadas de las urbes de la zona.
Al respecto, Martínez asegura que existe una correlación en este hecho: "La gran concentración de población urbana en grupos de ciudades es donde se dan los menores porcentajes de votación en las elecciones comunales. No es de extrañar, ya que mientras las ciudades se complejizan, adquieren mayor capacidad para informar y por tanto tener una mejor toma de decisiones".
Añade que "es en estos centros urbanos, como Concepción y Talcahuano, que las personas ven su calidad de vida afectada y encuentran la información necesaria para provocar una desafección al sistema político".
Renovación y reelección
Los casos de mayor y menor participación no sólo exponen una estrecha relación con la demografía, sino que también exponen una variación en la renovación de autoridades, específicamente de alcaldes.
Al comparar las diez comunas con mayor participación, con los nuevos alcaldes y los electos en 2012, sólo cuatro han sido reelegidos para un nuevo periodo. Este es el caso de Trehuaco con Luis Alberto Cuevas, Ninhue con Carmen Blanco, Portezuelo con René Schuffeneger y San Nicolás con Víctor Toro.
Sin embargo, en las diez comunas con menor porcentaje de participación, siete de diez alcaldes fueron reelectos. Es el caso de Cañete con Jorge Radonich, San Carlos con Hugo Gebrie, de San Pedro de la Paz con Audito Retamal, Concepción con Álvaro Ortiz y Chiguayante con Antonio Rivas, quienes volvieron a ser electos como alcaldes.
"Pasa a nivel nacional y regional que cuando hay mucha abstención, la probabilidad de que un incumbente -un alcalde en ejercicio que se vuelve a postular- gane, aumenta significativamente", afirma Miguel Fernández, cientista político de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo.
Además, explica la relación entre la reeleción de candidatos y participación: "La gente en zonas más pequeñas tiene un mayor control social debido a tamaño de la población, por ejemplo 5 mil personas como en Portezuelo o San Rosendo. En cambio, en una comuna con una densidad demográfica de casi 200 mil personas, como en Concepción, el control efectivo de ciudadanos a ciudadanos es mucho menos probable. Uno puede instar a su familia y amigos a que voten, pero no puede intervenir en las decisiones del vecino porque apenas lo conoce. Esto es capital social".
También se refiere a motivos que podrían marcar esta diferencia. "En las que comunas en que hay mayor participación en elecciones voluntarias se presenta también una mayor tasa de participación como ciudadanos, en la vida pública. Por ejemplo, las personas que se involucran en las juntas de vecinos o de barrio, o que ingresan a clubes de deportivos. Cuando en una comuna existe este tipo de participación hay mayor cantidad de votantes", señala.
VOLUNTARIO
En 2012 se realizaron las elecciones municipales que articularon el escenario a revalidar durante este fin de semana, pero también fue el año en que entró en vigencia el voto voluntario.
En elecciones previas al cambio de carácter del sufragio, el nivel de participación más bajo había sido de un 57%, en las municipales de 2008, mientras que la mayor fue de un 84% de participación, durante el plebiscito del 1989 por reformas constitucionales.
Este escenario se ve desfavorecido en representatividad ante los niveles de participación de 2012: un 43%. Más tarde, en las elecciones presidenciales que le devolvieron La Moneda Michelle Bachelet, sólo un 49% de Chile se manifestó en las urnas.
A sólo tres años de dicha elección, la concurrencia a las urnas bajó a un 33%, disminuyendo diez puntos al récord de menor participación electoral chilena.