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"Trolls":el lado oscuro de las redes sociales

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Hace poco, en julio pasado, muchos usuarios de las redes sociales se sorprendieron al enterarse de que la secuela de "Los Cazafantasmas", la clásica película de los 80, iba a ser protagonizada por mujeres. El anuncio provocó un sinfín de comentarios sexistas y también racistas, en especial contra la actriz afroamericana Leslie Jones. Recibió tantos insultos y amenazas, que decidió cerrar su cuenta de Twitter: "Me sentía atrapada", dijo Jones a la revista Time unas semanas después. "Cuando lees todos estos insultos es como 'no puedo luchar contra ustedes'. No sabía qué hacer. ¿Llamas a la policía?", se preguntó la actriz.

origen

Los "trolls"y el "trolleo" existen desde que existe Internet, dice Manu Chatlani, director de la agencia digital Jelly. "Existían desde antes (de las redes sociales). Hasta el 2003 no había nada: no había Facebook, ni Twitter, ni Instagram", comenta. Sin embargo, recuerda que cuando Internet comenzó a popularizarse en Chile, alrededor del 94, lo que sí había eran foros de conversación, en los que sí se producía "trolleo".

Un "troll" se entiende como una persona que publica mensajes provocadores, irrelevantes o fuera de tema en una comunidad en línea. Se alimenta de la atención que recibe del resto y su lema es que, si una persona no puede soportar el oprobio, mejor que apague el computador, señaló recientemente la revista estadounidense Time en un artículo titulado "Tyranny of the mob" ("Tiranía de la muchedumbre").

El director y académico del Departamento de Antropología de la Universidad de Chile, Andrés Seguel, explica que estas situaciones responden a que "Internet provoca otro tipo de interacciones sociales", a las que se les llama "mediadas por el computador". "Esto quiere decir que tras un tipo de comunicación no necesariamente hay una identidad; en el fondo, todos pueden "trollear" en algún foro o según el tipo de conversación", indica.

Chatlani, en tanto, opina que el "trolleo" obedece a la forma como nos comportamos las personas. "Cuando alguien se cae en la calle, hay mucha gente que va y lo ayuda, pero hay otro porcentaje de personas que se ríe de la persona que se cayó. Finalmente eso es "trolleo". Es lo mismo llevado a digital", ejemplifica.

"trollómetro"

La revista Time elaboró una suerte de "trollómetro" donde enlistó las redes sociales en que son más recurrentes estas prácticas. A la cabeza se encuentran 8chan y 4chan, foros donde los usuarios suelen publicar contenido de forma anónima. Ambos han servido como lugar de expresión para el movimiento "alt-right", el cual abraza ideologías de extrema derecha que rechazan el conservadurismo dominante en EE.UU. suben memes para manifestarse y, entre otras cosas, apoyar la candidatura de Donald Trump.

En el cuarto lugar del ranking se ubica el agregador de noticias Reddit, donde los usuarios pueden dejar enlaces a contenidos web. Esta herramienta fue "hogar" de un grupo llamado "fatpeoplehate", el cual, con la ayuda de más de 150 mil suscriptores, buscaba fotos de personas obesas y les añadían frases ofensivas que publicaban en el perfil de Facebook de las víctimas.

REDES MÁS MASIVAS

Pero en el "top ten" también figuran las redes sociales más masivas: Twitter, YouTube, Facebook, Instagram y Snapchat. De hecho, la red del pajarito perdió este mes a dos compañías interesadas en adquirirla, una de ellas Disney, debido, según medios especializados, al nivel de trolleo que existe entre sus usuarios. "Eso les generaba ruido a su marca y, por eso, habrían decidido bajarse del proceso de negociación", señala Chatlani.

En Chile, un lugar privilegiado para el "trolleo", según Seguel, son los juegos online, pero hace una salvedad: "Ahí se utiliza como medio de interacción y de entrada", afirma. Y así como ocurre con otros fenómenos de la web, el "trolleo" tiene subvariantes, como el "doxxing"(publicar datos personales de otros en la web como cuentas bancarias) y el "swatting", es decir, llamar al SWAT, que son unidades de élite de las fuerzas de orden en Estados Unidos, por una supuesta emergencia en la casa de la víctima, con lo que los agentes irrumpen en su domicilio.