Congreso regresa 30 años después con el mismo disco
Originada en Quilpué en 1969, ligada a la Nueva Canción Chilena y con una fuerte influencia de la música latinoamericana y el rock de esos años; Congreso es un referente de la música nacional.
El grupo, que fue evolucionando hacia un rock más progresivo mezclado con el jazz y el estilo étnico, trae a Concepción su más emblemático disco "Terra incógnita", publicado en 1975. La cita es este viernes, a las 20 horas, en el Teatro Concepción; ocasión en que también se escucharán composiciones inéditas.
Desde la partida, el grupo siempre se ha destacado por la búsqueda de un lenguaje renovado en la música, que conjuga elementos de origen étnico con las corrientes contemporáneas, sin olvidar el contenido social.
El compositor y líder, Sergio "Tilo" González nos contó detalles sobre la reedición de "Terra incógnita", además de su nuevo disco. "Los temas del disco los vamos a tocar e invitar a uno de mis hermanos que participó, Fernando en la guitarra. Acá está la nostalgia de volver a tocar con él, que hace muchos años que no está en el grupo, pero que en éste tiene hartos temas", recalcó.
Calificado como una pieza fundamental de la música chilena, la placa se editó en 1975. "Dos años después del golpe, donde esta música estaba bastante cuestionada o prohibida. Entonces, hicimos unos versos inteligentes, para no ser sorprendidos por esa 'mano macabra' que nos gobernaba, comentó el baterista.
- El disco se grabó en 1975 y había desaparecido un poco del mercado, entonces se relanzó hace unos meses en Santiago con su formato original, que es un vinilo precioso con carátulas de la época. Eso es lo que estamos haciendo, lo presentamos en el Teatro Oriente y en Valparaíso. Tocamos una primera parte del disco completo (formato original), y después hacemos una segunda parte con música más actual.
- Fue contestatario en los momentos en que nadie podía decir nada. Pudimos sacar a la luz ese disco, que tiene sonidos de charango, unas quenas y algunos instrumentos que estaban prohibidos en esa época. Tiene varios momentos importantes: primero que fue catalogado a futuro como una de las piezas importantes de la música; y segundo, que fue muy complejo para nosotros, ya que, como jóvenes, ésta maldita fecha (1973) nos obligaba a tomar decisiones de adultos. Además, que siempre se conmemoran los 40 o 50 años (risas), es bastante tiempo para que un disco pueda ser reeditado con todo este acompañamiento de conciertos para que la gente lo vuelva a disfrutar.
- Entre los años 75 y 76, Concepción fue un lugar muy acogedor para nosotros. Había un grupo de estudiantes universitarios que siempre llegaban a los lugares donde tocábamos, lugares que, por supuesto eran más pequeños, como por ejemplo el Aula Magna del Arzobispado (ver columna).
- El concierto ya lo hemos realizado en otras ciudades. Además de tocar toda esta nostalgia, por decirlo de alguna manera, en la segunda parte mostraremos temas del nuevo disco que grabamos ahora: "La canción que te debía". Entonces, están como los dos momentos, el histórico y el presente. Estamos tocando tres o cuatro temas nuevos, que están todavía inéditos.
- En Concepción al igual que en Valparaíso, hay muchos artistas que nutren la música chilena. De vez en cuando salen bandas o solistas muy interesantes y que logran un impacto en la música. Me parece que son dos puntos importantes para la música popular del rock y el jazz. Así que felices de volver a una ciudad tan musical.
- Un musicólogo debería hacerse cargo de esa respuesta (risas). Pero, de alguna manera siempre hay jóvenes que se acercan al repertorio nuestro, y por ahí algo queda obviamente. Uno no está desde el kilómetro cero, viene con muchas cosas en el cuerpo. Lo más probable es que sí pueda haber una marca, pero no es algo que tampoco nos quite el sueño (...) Uno también tomó cosas de sus antecesores. Lo que pasa es que en esa época (1970) había dos fuentes en Chile: el rock como Led Zeppelin, Beatles, Animals (...) A su vez, en Chile estaba el movimiento latinoamericano de rescatar música, por ahí sonaba el Inti y Quila, todos jóvenes. Nosotros estábamos entre irnos al rock o folclore, y nos quedamos al medio.