Crear un clima de mayor confianza empresarial es el desafío de la Región
Poco optimista está el empresariado local. Quienes estiman que sus ventas disminuirán, aumentaron 13 puntos alcanzando un 27%. Esperan, además, una disminución en sus utilidades.
Casi la mitad de las empresas consultadas estima que éstas se reducirán durante este año, probablemente ante un aumento percibido en los costos. Todo esto impacta en los planes de inversión que se concentrarán en mantener o mejorar las condiciones normales de funcionamiento de sus operaciones, más que en crecer y con ello la posibilidad de crear más empleo.
Así lo reveló el Índice de Percepción Empresarial Regional (Iper), que se dio a conocer ayer por EY (ex Ernst & Young), la Cámara de la Producción y el Comercio de Concepción (Cpcc), y la Facultad de Economía y Negocios de Universidad Andrés Bello (Unab), en el Centro Español.
Por tercera vez el indicador se mantuvo en 50 puntos, nivel límite entre optimismo y pesimismo, desde la última medición de diciembre pasado.
Los ejecutivos encuestados siguen esperando un escenario de bajo crecimiento -de entre 1 y 2%- y con un alto nivel de incertidumbre proveniente de las reformas.
Esta décima versión correspondiente a julio, no experimentó variaciones significativas respecto a la dada a conocer en diciembre y la de hace un año. Sin embargo, esto no es una buena noticia, dijo la presidenta de la Cpcc, Elizabeth Gómez.
seguimos estancados
Es que seguimos estancados, señala Elizabeth Gómez. "Nuestra economía marcha al ralentí y los referentes productivos de la zona así lo ven y sienten. Ciertamente se valora que haya inversionistas dispuestos a mantener el acelerador en proyectos de generación eléctrica o de ampliación de plantas forestales. Pero no nos engañemos, son excepciones, porque los tiempos no son amigables para emprender o apostar a crecer".
Las reformas laboral y tributaria, no han dado las necesarias certezas para una toma de decisiones en favor de la inversión. Y el debate sobre una nueva constitución se suma a este ánimo reformista que alimenta el desaliento empresarial y llama al compás de espera.
El sector privado está preocupado, retrotraído, expectante. "El problema es que mientras tanto el mundo sigue girando y las inversiones detenidas aquí les dan ventaja a otras en tierras más fértiles. La Región no puede seguir esperando, porque sin condiciones favorables para invertir no sólo se pierden oportunidades de negocios, se reducen las opciones de empleo y las de seguir siendo una plaza atractiva para crecer", insistió la dirigente empresarial.
señal de alerta
Esperamos que las cifras del Iper sean una señal de alerta, una voz que saque del letargo y, en especial, un llamado a la autoridad a asumir un compromiso más firme para sacar a la Región adelante y no sólo a esperar que el viento sople en otra dirección.
Roberto Darrigrandi, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la U. Andrés Bello, comentó que este último Iper tiene una lectura de mantención de las últimas dos mediciones, por lo que la percepción empresarial de la Región dejó de caer y se estabilizó en un nivel poco auspicioso, que ya está generando efectos reales en el crecimiento y niveles de inversión; pese a que la Región logró un crecimiento de 2,8% en los primeros tres meses del año, por encima del 2,0% de crecimiento de la economía nacional.
"Con todo, un mayor optimismo empresarial pasa en forma relevante por cambios de fondo en la forma de conducir la política económica del gobierno, lo cual no se avizora en el corto ni mediano plazo", dijo.
Ante este escenario, el socio líder de EY Concepción, Horacio Bustos, sostuvo que "una mayor eficiencia de sus sistemas y procesos, incluyendo la simplificación de sus estructuras empresariales, además de mejoras en productividad y un planteamiento más innovador en el mercado, son algunos de los aspectos que las empresas deben considerar para lograr mantenerse en la senda del crecimiento".
Por lo mismo consideran que medidas trasversales por parte de las autoridades, como impulsar la inversión y fomentar la productividad, como algunas más propias de las necesidades regionales, como trabajar en infraestructura y conectividad, ayudarían a reactivar la economía.
Mientras tanto, para capear este escenario y enfrentar los grandes desafíos a los que se enfrentan, las empresas deben concentrarse en mejorar su desempeño. Ser innovadoras en todos los aspectos de su organización, desde cómo optimizar sus procesos, hasta abordar a sus clientes, insistió Horacio Bustos.
El experto agregó que una mayor eficiencia de sus sistemas y procesos, incluyendo la simplificación de sus estructuras empresariales, además de mejoras en productividad y un planteamiento más innovador en el mercado, son algunos de los aspectos que las empresas deben considerar para lograr mantenerse en la senda del crecimiento.
No obstante, pese a esta visión más bien conservadora, los encuestados continúan destacando la necesidad de retomar la senda de crecimiento a través del impulso a la productividad de las empresas, mayor inversión en educación y capacitación de los trabajadores, y la generación de un clima de mayor confianza empresarial.