Pese a que el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Chillán tiene 580 internos, casi un 50% menos que el recinto penal Biobío, este lidera la cantidad de allanamientos e incautación de celulares que realizó Gendarmería durante 2016 en la Región.
En el Biobío actualmente existen13 cárceles, que en total albergan a más de 3.500 internos, entre condenados e imputados. De estos, la mitad se encuentran en las cárceles de Concepción, que suma 1.200 reos, y de Chillán, con 580. Cabe recordar que este año el Centro de Cumplimiento Penitenciario Biobío incorporó en sus registros a los reclusos de la cárcel El Manzano, a raíz del próximo inicio de su remodelación.
Para controlar y evitar que la población penal genere situaciones violentas, que pueden terminar en agresiones , muertes o delitos cometidos desde el interior de las cárceles, la institución define políticas preventivas que, a la luz de algunos indicadores, estarían logrando que las cifras disminuyan, principalmente en lo relacionado a hechos violentos.
De hecho, si la tendencia se mantiene durante este año, las estadísticas podrían terminar siendo menores que a las registradas durante 2015. Sin embargo, las situaciones referidas a fuga de reos y al fallecimiento de internos registran una alza.
El director regional de Gendarmería, coronel Christian Alveal, comentó que la promulgación de la ley 20.426 en 2010, que modernizó la institución, permitió establecer políticas preventivas que han permitido tener un control más exhaustivo al interior de los recintos.
"La ley vino a profesionalizar la función operativa", afirmó el coronel Alveal, asegurando que antes de esta se actuaba por reacción, mientras que ahora, a través de planes y del análisis de la información, se han podido "abordar situaciones de riesgo y no esperar que ocurran".
ALLANAMIENTOS
En esa línea, las cifras del área operativa de Gendarmería del Biobío dan cuenta que en la Región hasta julio del presente año se han registrado 853 allanamientos a los recintos penitenciarios, de los cuales el 33% se concentró en la cárcel de Chillán. En 2015 el penal de Ñuble también registró el mayor número de inspecciones a la población penal, llegando a un total de 422, un 24% más que en el penal Biobío y un 81% más que El Manzano. El año pasado hubo 1.579 allanamientos en la Región.
Sobre esta cifra que se da en Chillán y considerando que en Concepción estarían los internos con mayor compromiso delictual, el director regional del Biobío sostuvo que el fenómeno serelacionaría con la proximidad que tiene el recinto carcelario con el área urbana, situación que no se daría con el penal penquista.
"La gente puede acercarse más al perímetro de la unidad y, obviamente, puede lanzar objetos prohibidos", precisó el coronel como un factor que podría estar gatillando que este recinto lidere el número de allanamientos en la zona.
Asimismo, explicó que a pesar de tener una planificación que define cuántos registros y allanamientos se instruyen durante un periodo determinado, estos pueden aumentar. "Cuando uno maneja información que se analiza y se considera que es necesario un procedimiento en cualquier circunstancia, lo efectuamos".
Esta es una situación que se produciría en Chillán, ya que cada material lanzado desde el exterior hacia la cárcel y que es identificado por los equipos de seguridad genera un allanamiento e incautación selectiva. Esta acción se suma a las que se realizan a los módulos o colectivos, que albergan promedio 40 internos.
USO DE CELULARES
Uno de las situaciones que aún se mantiene como una tendencia en aumento al interior de los recintos penales es la incautación de teléfonos celulares.
Durante el presente año se han encontrado 1.309 elementos de este tipo en manos de los internos, de las cuales 431 corresponden a Chillán. Durante 2015 esta cifra llegó a los 2.624 teléfonos decomisados, pero en esa oportunidad la cárcel El Manzano lideró la estadística con 1.045 aparatos incautados.
El coronel sostuvo que este punto es una prioridad para la institución, ya que el ingreso de celulares al interior de las cárceles tiene relación con delitos que pueden producirse a través de su utilización, como son estafas telefónicas, delitos de drogas e incluso coordinar atentados en contra de funcionarios o rescates de reos que son trasladados. Es por eso que aseguró que el objetivo es mejorar el trabajo en esta área.
"Debemos trabajar con nuestra gente para evitar que estos celulares ingresen y lleguen a la población penal, porque desconozco cuáles son los fines últimos que tendrán con estos, ya que pueden cometer o coordinar ilícitos y eso hay que evitarlo maximizando todos los esfuerzos posibles", detalló el coronel Alveal.
Para lograr un buen trabajo, los sistemas tecnológicos son uno de los elementos que han permitido lograr mejorar eficacia en la labor preventiva.
En esa línea la unidad penal de Chillán posee un moderno circuito de televisión que conecta a 70 cámaras anti vandálicas que cubren el 90% de la unidad penal. La inversión fue de $77 millones.