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La importancia de la vinculación

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El ámbito universitario ha sido siempre una cuna de ideas, proyectos y alternativas para temas que se instalan en la sociedad, y que precisan de ciertos elementos colaborativos para ser abordados de mejor forma. En ese sentido, hemos sido partícipes de múltiples iniciativas que se desarrollan bajo el amparo de la academia, pero que no siempre logran salir a la luz hacia el entorno social en que se insertan las instituciones de Educación Superior.

Es aquí cuando resulta oportuno replantear la relevancia de la relación entre universidad y establecimiento educacional, como actores estratégicos de los procesos de transformaciones educativas en su sentido más amplio. De esta forma, resulta clave reconocer y establecer una relación bidireccional entre ambas instituciones.

Los propósitos para esta articulación no son pocos. Mediante acciones de vinculación "universidad - liceo" se propicia el intercambio de experiencias educativas, se posibilita que estudiantes de Educación Media participen de experiencias académicas universitarias afines a sus intereses vocacionales y profesionales, por tanto, se contribuye en el mayor acceso a la Educación Superior y se trabaja para elevar el nivel académico y de formación integral de los egresados, entre otros muchos impactos. Sin embargo, precisa de ciertos requerimientos orientados principalmente establecer mecanismos de cooperación y trabajo en conjunto.

En este propósito, las universidades actualmente trabajan con diversos planteles secundarios, aplicando estrategias de intervención para el fortalecimiento del desempeño académico de los alumnos, orientado al desarrollo del conocimiento y de competencias y habilidades transversales. Estas acciones deben dar pie al desarrollo de las competencias, que permitirán a los estudiantes, en el corto plazo, aprobar los cursos de nivelación en el ingreso y, en un mediano plazo, poder transitar con éxito los primeros años de estudio y ciclos básicos.

De esta forma, se comienza un recorrido cognitivo, discursivo, cognoscitivo, técnico, etc. hasta alcanzar el perfil de egreso previsto por cada carrera. Por tanto, la vinculación entre universidad y establecimientos educacionales es indispensable para alcanzar la meta que todo joven se propone al ingresar a la universidad: la titulación.

Que la juventud sea una etapa que todos añoremos

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En el marco del Día Internacional de la Juventud, que se celebró el 12 de agosto, Aldeas Infantiles SOS llamó a que brindemos a los jóvenes más oportunidades en pos del cumplimiento de sus derechos. Que puedan insertarse social, económica y políticamente es además la clave hacia un futuro y desarrollo sostenible.

"Que la juventud sea una etapa que todos añoremos" es el nombre de la campaña que lanzó Aldeas Infantiles SOS. Casi todas las personas tenemos algún tipo de añoranza de la juventud, de la frescura, la energía y el coraje propios de esa etapa de la vida. Sin embargo, muchos jóvenes de Latinoamérica probablemente no tendrán el mismo recuerdo. Esto se debe a que actualmente la participación social, política y económica de los jóvenes en la región es escasa, su inclusión en los ámbitos de discusión es casi nula, así como las oportunidades que tienen de acceder a un trabajo digno y formal.

En cifras, en Latinoamérica hay 106 millones de jóvenes, el mayor en la historia de la región. De estos, aproximadamente un 25% están desempleados y 27 millones trabajan de manera informal y en condiciones difíciles.

De acuerdo a la OIT "lograr trabajo decente para los jóvenes constituye un elemento decisivo para erradicar la pobreza y conseguir el desarrollo sostenible". Esto significa que las iniciativas vinculadas al empleo juvenil deben ser diseñadas teniendo en cuenta que la solución no es cualquier empleo a cualquier precio, sino brindar empleos amparados en el imperativo del trabajo decente. A su vez, las políticas de empleo de jóvenes deben superar las respuestas inmediatistas, reduccionistas y coyunturales, y articularlas con las medidas de política social y macroeconómicas.

Todos los jóvenes tienen derecho a participar, expresar sus opiniones en todos los temas que los involucran, y que éstas sean escuchadas y tenidas en cuenta por parte de los adultos. Si bien, en varios países de la región este derecho es reconocido en sus legislaciones y hay una creciente tendencia a promover espacios de participación de éstos en el ámbito familiar, comunitario e institucional; este aún continúa siendo un tema pendiente y se ha constatado que es uno de los derechos más vulnerados.

La participación de los jóvenes en los distintos ámbitos y el acceso a un trabajo decente son aspectos esenciales, que colaboran al compromiso e inclusión del joven en la sociedad y a constituirse como ser independiente, además de ser fundamentales para lograr el desarrollo sostenible. Dar más oportunidades a los jóvenes es la clave para futuro.

En Aldeas Infantiles SOS el trabajo con jóvenes ha sido definido como una estrategia clave en la región. Se trabaja junto a ellos en la planificación a futuro de manera individualizada incluyendo acciones en materia de educación, capacitación para el empleo e integración en la comunidad, fomentando el desarrollo de sus habilidades para la vida adulta. Además, la organización promueve la participación de jóvenes en espacios de incidencia política, logrando llevar sus voces hasta los ámbitos de definición y decisión de las legislaciones y políticas públicas; y genera acuerdos de colaboración con diferentes empresas para desarrollar programas en conjunto de inclusión social y empleabilidad.

Sename: Es hora de bajar del palco

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A propósito de las modificaciones que requiere nuestro sistema procesal penal, es necesaria también la restructuración del Servicio Nacional de Menores en calidad de urgente, atendidas las grandes deficiencias que presenta dicha entidad.

Sólo basta concurrir a cualquiera de sus centros e inmediatamente uno puede darse cuenta cómo operan en esta institución, más allá del esfuerzo que los funcionarios de la misma realizan día a día.

¿Qué pasa realmente en el Sename? La respuesta está a la vista. En primer lugar, no se cuenta con un presupuesto a lo menos mediano para los centros que hoy funcionan a lo largo y ancho del país. En segundo término, los funcionarios en muchos casos no cuentan con las competencias necesarias que se requieren, y tercero, la infraestructura es del todo insuficiente, todo esto, tomando en consideración, la falta de un número adecuado de funcionarios acorde a la gran cantidad de actividades que se desarrollan en la institución.

Considerando lo expuesto ¿se le ha dado la relevancia que merece a este organismo por parte del Estado? Sencillamente no, sólo parches y más parches y no salimos de ahí, y entonces suceden episodios como el acontecido en el hogar Galvarino, con la menor Lissette Villa Poblete, situación que incluso es parte de una investigación no sólo administrativa, sino penal para establecer las responsabilidades que correspondan respecto de los hechos que terminaron en la muerte de la menor aludida.

Por todo lo anterior, debe tratarse con urgencia este tema, ya que no es posible que estos episodios se zanjen mediáticamente por ejemplo sólo bastando la desvinculación de los directores de turno o de los responsables directos como podría darse en el caso de la menor Villa Poblete, todas cuestiones que requieren pensar urgentemente en una restructuración del Sename, la cual otorgue reales garantías a los menores acogidos por esta institución, que a su vez pasa en gran medida por su restructuración, esto es, entregándole a los centros un presupuesto adecuado, contar con el personal calificado y posibilitar la construcción o ampliación de los centros que hoy no dan abasto, todo lo que de no concretarse perjudicará seriamente el desarrollo y reinserción social de los menores.

Confirmación de lo anteriormente expuesto, se visualizan en el propio informe efectuado por Contraloría donde se detectan situaciones entre otras como la demora por más de 339 días en la evacuación de los planes de intervención, falta de experiencia laboral y de requisitos académicos de los educadores de trato directo y como guinda de la torta situaciones tales como que en una misma habitación pernocten menores de ambos sexos y de edades que fluctúan entre los 4 y 21 años, francamente impresentable, cuestiones que por lo demás ocurren incluso en las cárceles de adultos, siendo más grave por cierto que suceda en el caso de un menor de edad.

El sistema penal requiere de un cambio estructural de todas sus instituciones, partiendo desde el ámbito de la prevención, pero bajo una revisión cada cierto tiempo, esto por lo delicado que resulta, ya que no sólo basta la reforma al Código Penal como muchos lo ven hoy, sino del sistema en su conjunto, que por lo demás no ha tenido cambios sustanciales en muchos años, sin perjuicio de la ley de responsabilidad penal adolescente, que ya requiere de revisión profunda.