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Discusión sobre AFP sigue y modelo de reparto se asoma tímidamente

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Las repercusiones de las masivas marchas de este domingo en contra de las AFP continúan generando reacciones en todas direcciones. Ayer, el ministro Secretario General de Gobierno, Marcelo Díaz, reconoció que la reforma al sistema previsional demandada por la ciudadanía tendrá que ser discutida e implementada durante el próximo periodo. "La Presidenta Michelle Bachelet pretende dejar una "hoja de ruta" sobre los cambios que deben hacerse para mejorar las pensiones en el país", dijo.

"Nosotros ya iniciamos el debate, la Presidenta constituyó a la Comisión Bravo precisamente para que explorara y examinara alternativas que permitan abordar el desafío gigantesco que tenemos", agregó Díaz.

Aunque las propuestas de la Comisión Bravo si bien implican un avance solo plantean modificaciones a lo ya existente, sin introducir cambios sustantivos al modelo, no obstante, hoy hay voces que se están haciendo más públicas que proponen cambios más estructurales, otros que van más lejos y plantean derechamente el retorno al modelo de reparto, cuestión considerada casi una blasfemia por sectores más conservadores como el ex candidato Andrés Velasco que en entrevista con radio Cooperativa señaló ayer que "ese sistema de reparto hoy día está en la quiebra o muy cerca de ella en los países en los que se utiliza, que son básicamente europeos".

Según Velasco, para avanzar hacia la reposición de este modelo, el Estado chileno requeriría inyectar entre US$15.000 millones y US$20.000 millones, "varias veces lo que consiguió recaudar la reforma tributaria impulsada en la actual administración de Michelle Bachelet".

Pero el tema es que hay mucho lo en juego para ir hacia un sistema de reparto. Y es que modificar un sistema que tiene fondos por US$170 mil millones invertidos en acciones de las grandes empresas que cotizan en Bolsa en Chile, y en el extranjero en distintos instrumentos de inversión, podría generar un desajuste económico y financiero de proporciones al país.

En resumen, la Comisión Bravo coincidió mayoritariamente en la necesidad de incrementar las pensiones de los actuales jubilados y crear las condiciones para que los futuros pensionados accedan a mejores jubilaciones y que para ello se requerían reformas. La Comisión sin embargo, no plantea cual sería la naturaleza de esas reformas ni cuán estructurales serían los cambios requeridos, sino que circunscribió estas medidas a tres posiciones generales que manifestaron los distintos comisionados y que se denominaron propuestas globales A, B y C (ver recuadros).

La única comisionada que insistió en reinstalar un sistema de reparto y que dio lugar a la propuesta global C, fue Leokadia Oreziak, economista del Warsaw School of Economics, profesora de la Universidad de París I y el Colegio Universitario de Estudios Federalistas en Italia. Autora de artículos y libros acerca de la privatización parcial del sistema de pensiones polaco, e impulsora del proceso que condujo a su término reciente en Polonia.

Los modelos de reparto

Pero argumentos serios en favor de esta alternativa, también existen en Chile. Uno de ellos es el de la Fundación Sol.

Marco Kremerman, investigador de la entidad afirmó que se realizó una revisión exhaustiva de los 178 países con sistemas de pensiones registrados por el Banco Mundial. Se encontró que sólo en 9 países incluido Chile no hay reparto bajo ningún esquema y opera en cuentas individuales. Explica que el que más prima es el sistema de reparto puro, vale decir sin cuentas individuales privadas obligatorias, como es el alemán. Otro son los sistemas mixtos donde parte importante de las cotizaciones va al reparto y un porcentaje menor que puede ser el 10 o el 15% de lo que cotiza va a una cuenta individual sobre todo para los trabajadores de más altos ingresos, que es el caso del modelo uruguayo y el sueco, y, por otro lado, están los sistemas complementarios, donde uno puede elegir las AFP o el reparto y eso ha operado en Colombia y en Perú, pero la historia ha demostrado que aquellas personas que se quedan en la AFP, terminan teniendo problemas iguales que los chilenos.