Guillermo Neira González tiene una vida casi normal para un niño de 12 años. Durante las mañanas va a la Escuela del Sector Gaete en Talcahuano, donde cursa el séptimo básico, y como es un apasionado del fútbol, los días lunes y jueves entrena con la Escuela Deportiva Integral de esta disciplina, que el profesor Ulises Cruz dirige.
Dentro de la cancha pinta bien. No arrastra el balón más de lo necesario, es preciso para habilitar a sus compañeros y también para sacarse a alguien de encima cuando lo requiere. No es de los que se la "come", ni busca desesperadamente rematar al arco. Entiende que el fútbol es un juego de equipo, y el juega para el equipo.
Y la verdad es que su vida era normal hasta marzo de este año. Una protuberancia en su cuello hizo que sus padres lo llevaran al médico. "Me dieron varias probabilidades, pero finalmente le diagnosticaron Linfoma de Hodgkin, una especie de cáncer que le afecta a los ganglios y a los huesos", cuenta Viviana González, la madre de este pequeño.
La situación es delicada, pero Guillermo mira las cosas con optimismo. "Cuando me dijeron lo que tenía pensé que había que dejar todo en las manos del Señor", señala Guillermo, dejando ver su gran compromiso con la religión evangélica, la cual profesa y practica. "Ya llevo tres quimioterapias, y la verdad es que quedo mareado un día, pero al tercero ya estoy jugando", complementó el pequeño futbolista.
"Cuando empezó con sus tratamientos, tuvo que dejar de jugar, pero le insistió tanto al doctor, que después lo autorizó, señalando que es bueno para su recuperación mantenerse con actividad física", indicó la madre de Guillermo, quien tiene dos hermanos mayores de 25 y 26 años. "Ellos y toda la familia han sido un soporte fundamental para sobrellevar esto", complementó Viviana González.
"Espero recuperarme. Yo sé que le voy a ganar esta enfermedad", cuenta este pequeño hincha de la Universidad de Chile, quien además de participar en la EDI juega fútbol en el Juventud Porteña de Talcahuano.
"Nos llena de orgullo que en nuestras escuelas participen niños como Guillermo, que muestra un espíritu de lucha impresionante, digno de imitar. Esperamos que casos como el de él sirvan de ejemplo tanto para las personas que quieran practicar deporte, como para aquellos que luchan contra alguna enfermedad", indicó el Director Regional del IND, Camilo Benavente.
El tema económico todavía no lo han revisado, ya que la prioridad es que Guillermo se recupere. Lo que sí ha sido un impacto inmediato fue en la alimentación, donde han tenido que crearle un régimen especial a Guillermo, lo que también se traduce en gastos extras. Gastos que la familia asume, porque el objetivo es uno sólo y lo tienen claro: que Guillermo Neira, este pequeño guerrero de 12 años, le gane al cáncer.