Secciones

Explican efectos para la zona de la eventual llegada de "La Niña"

E-mail Compartir

El evento de "El Niño" ha decaído a su estado neutral, y según el último informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (Noaa) de Estados Unidos, existe una alta probabilidad de la llegada de "La Niña" en los próximos meses.

Así lo explicó el académico e investigador de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), Sergio Contreras, que detalló qué significan estos eventos climáticos y en qué se traduciría el comienzo de esta posible nueva fase.

Contreras es uno de los especialistas del Centro de Investigación en Biodiversidad y Ambientes Sustentables (Cibas) de la Ucsc, y detalló que "El Niño Oscilación del Sur posee una componente oceánica, que en su fase cálida se denomina El Niño y en su fase fría, La Niña. También una componente atmosférica, relacionada con la intensidad de los vientos del Océano Pacífico ecuatorial. En Chile central, y en consecuencia en la Región del Biobío, El Niño es usualmente asociado a un invierno lluvioso y La Niña, a un déficit hídrico".

DÉFICIT HÍDRICO

Las últimas mediciones reportadas por la Noaa apuntan a que mientras El Niño ha entrado a una etapa neutral, ahora se genera un escenario favorable para que se desarrolle La Niña durante el verano del hemisferio norte y un 75% de probabilidades de que se presente durante el otoño 2016 en ese hemisferio. "No obstante, no es posible predecir la intensidad con que podría presentarse", estableció el profesor.

"En nuestra zona, lo más probable es que haya un mayor déficit hídrico asociado a menores precipitaciones y descarga de ríos. La última vez que se presentó La Niña fue en 2010, duró algo más de un año y fue muy intenso", agregó.

A su juicio, al observar los registros históricos y el comportamiento de los fenómenos en el último año, la zona central de Chile no debería tener muchos problemas: "No se ven grandes anomalías, pero todo es una cuestión de en qué momento se presente. De hecho, El Niño se hizo sentir en el Pacífico ecuatorial cerca de septiembre de 2015".

CAUTELA ANTE EFECTOS

El investigador además afirmó que considerando la realidad regional, "cualquier tema relacionado con clima y tiempo atmosférico debería ser un tema de preocupación pública. Más que acostumbrarnos a estos cambios, debemos estar preparados para cualquier futura consecuencia climática como aluviones, sequía, etcétera".

Además planteó que "hace 15 años atrás se creía que El Niño podría ser algo más o menos regular, ocurriendo con cierta frecuencia. El más intenso anteriormente fue en 1997-1998 y antes de eso en 1982-1983. Prepararse para mí es bueno, ocurra o no lo esperado".

Además, Contreras se refirió a las incidencias locales que traen estos cambios climáticos, explicando que, por ejemplo, en el sector pesquero, "generalmente lo que ocurre es la migración de ciertos recursos, su distribución cambia con La Niña, lo que no es tan malo para la pesquería como el efecto de El Niño, que tiene un impacto mayor en el recurso".

Sin embargo, fue cauto en relación a la realidad de las industrias que dependen del recurso hídrico y que actualmente tienen una delicada relación con la cantidad del elemento disponible, como es el caso del sector forestal: "Sin duda que áreas de desarrollo como esa deben poner atención a este tipo de fenómenos, considerando que implica un menor cauce en relación al ya bajo promedio que se viene dando".