"He dado todo lo que tenía. Me he dejado el corazón, la sangre, el sudor y las lágrimas", confesaba Lebron James entre lágrimas que derramó arrodillado en el suelo. No era para menos. Los Cavaliers, que nunca habían ganado un anillo en su historia, derrotaron a los Warriors de Curry y Thompson, los mismos que establecieron un récord de 73 partidos ganados en la temporada regular.
Golden State tenía todo para ganar el segundo título consecutivo, un 1-3 que ningún equipo en la historia de la liga había remontado. Pero se encontraron con "King" James y todo el pabellón de Ohio que buscaba su tan anhelado anillo.
James, Irving, Love, Smith y Thompson pudieron vencer a la historia con dos jugadas que marcaron la jornada en el Oracle Arena de Oakland. La primera, una contra del histórico Andre Iguodala que luego de intentar una bandeja fue bloqueada por Lebron, 89-89 a falta de 1:51 por jugar. La segunda jugada clave fue obra de Kyrie Irving. 55 segundos para que todo terminara y "Uncle Drew" despacha un triple frente a la marca del mismo Curry. El anillo ya era de los "Cavs".
EL ANILLO PROMETIDO
La temporada pasada, Lebron James volvió de los Miami Heat, donde obtuvo dos anillos. En ese momento "El elegido" señaló volver a casa. Cuando le preguntaron por qué este anillo es diferente de los dos que ganó en Miami, James contestó todavía entre lágrimas: "Porque estoy en casa. Estoy en casa. Para esto volví".