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Jorge Baradit analizó el escenario criollo

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El escritor Jorge Baradit se ha transformado en una suerte de fuente citable acerca de los sucesos nacionales, luego de la publicación del libro "Historia secreta de Chile", el año pasado.

A partir de este éxito editorial, es que el autor de "Synco" (2008); ha hecho de la historia una buena excusa para realizar charlas relacionadas con el tema.

Baradit estuvo ayer en nuestra ciudad. Frente a los alumnos del Inacap desarrolló el tema "Orden y estabilidad: límites éticos históricos en Chile". Sirvió para que el autor de 46 años hiciera una revisión del pasado para entender los procesos actuales haciendo. Por supuesto, estuvieron presentes las referencia a sus propias publicaciones, especialmente, la que hace referencia al libro del 2015.

"La historia de Chile la prefiero en forma de narración, los próceres son seres humanos y si así los sentimos, más cercanos, entendemos mejor sus procesos. El acercar la historia nacional es hacerlo a nuestra propia historia, con sus dolores y todo lo que significa ello (...) Para poder avanzar es necesario analizar y llamar las cosas por su nombre", señaló, quien es invitado de la casa en los lunes de "cultura verdadera" en La Red.

Desde su perspectiva, nuestra sociedad debe trabajar para que la meritocracia se instale. Indicó que aún falta para ello. "Lo que estamos viviendo hoy con los movimientos sociales es respuesta al ciclo histórico de descontento. Hoy más que nunca hay una falta de relato político, pues la libido esta desenfadada, por eso se muestran episodios como los vividos ayer (jueves) en Santiago en la marcha estudiantil que terminó con la destrucción de imágenes religiosas", apuntó.

Contra eso, comentó que no se está al borde de una catástrofe nacional. "Estabilidad o caos ha sido una política permanente instalada en el país, desde los inicios de la república hemos tenido estos 'perros ovejeros', 'guardianes' que nos dicen que el caos se controla con la fuerza", dijo.

Kayros celebra 10 años con nueva producción

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¿Cuántos recitales ocurren cada semana en el Concepción Metropolitano. Diez, 20? Más allá de la exactitud, el flujo de bandas va consolidando los escenarios de la ciudad.

Sólo ayer se contaba a Prenauta con el lanzamiento de su EP debut. Se sumaban a la lista Agudos Gritos, Sebastián Larrea, TOT y Boddah, Palo Santo.

Y para hoy, se vienen dos jornadas que congregarán al público por las bandas capitales que viajan hasta la ciudad. Machuca, junto a La Vostok 6, inauguran la sala de conciertos en Balmaceda Arte Joven Biobío (17 horas).

Más tarde -aproximados 60 minutos- Los Muertos, Hielo Negro, Demonauta y Kayros, en el The End. Allí el último de los citados celebrará 10 años de historia.

DOS PASES DE STONER

La conmemoración del cuarteto penquista -sin buscar ese concepto- será a la usanza de las antiguas presentaciones acuñadas en los 50 y 60 en las salas donde las agrupaciones tocaban rotativas.

En este caso, Kayros abrirá la programación, en el marco de ser los anfitriones y por la década que cumplen como referentes del stoner nacional.

En su caso, desde los bordes del río Biobío y del circuito alternativo penquista. Repasarán los incunables álbumes "Pozo negro" (2009), el doble "Tierras infértiles" (2012).

Luego subirá a escena Demonauta, Los Muertos (girando con el EP "Resiste y avanza"), Hielo Negro (publicarán nueva placa "Tierra del fuego", en Bandcamp, el 18 junio). Cerrará Kayros con el estreno anticipado del tercer disco grabado, mezclado y terminando de masterizar en los estudios de Audiomachine, en Santiago.

Según contaron el lanzamiento oficial es el 29 de julio, en Casa de Salud, contemplando una tirada de discos compactos y vinilos el segundo semestre. Serán distribuidos por la propia banda, más un videoclip promocional grabado durante este mes en locaciones de la intercomuna.

EN CLAVE "GROOVE"

Son ocho canciones -la mayoría de larga duración, bordean los 8 minutos algunas- que mantienen la esencia del stoner más crudo.

Instalada en un plano contingente, las líricas están planteadas por José Ignacio Mora (voz, guitarra fundadora), Leo Mantis (batería), Sebastián Larrea (guitarra) y Francisco Pavez, bajo.

A cuatro años de la última producción, los músicos locales ensamblaron una mayor paleta sonora que se demarcó de lo monologal de los primeros dos trabajos. Circulan ahora hacia los referentes del rock pesado, sicodelia y progresivo.

(José Ignacio Mora): "No es un disco lineal, es uno de estados con letras oscuras. Esto, a partir de un observador que le habla a la política como en "Gaza" y que puede traerse como una libre significación al conflicto de etnia en la Araucanía. También aparecen existencias en "Hombre de piedra", cuando se te viene encima algo muy fuerte y que no puedes evitar que te destruya. Este trabajo viene con más sonidos, armado sin pensar en límites. Fluye con la banda.

(Sebastián Larrea): Es música orgánica, no común, con influencias que entraron consciente e inconscientemente. Es un disco que posee texturas variadas, expansivas y que evolucionaron las canciones. Todo esto plasma una unidad sonora que se mueve en "groove" (apela a la idea de expansión rítmica de una banda).