El Conjuro 2: La fórmula de James Wan todavía funciona
Tal y como pudimos ver en El Conjuro (2013), la historia de esta película nos lleva a revisar algunos de los casos más destacados de Ed y Lorraine Warren, los populares investigadores de sucesos paranormales estadounidenses. En esta ocasión, la cinta nos muestra el caso real del poltergeist de Enfield, Inglaterra, donde una familia fue víctima por casi dos años del acoso de un supuesto fantasma, que aseguraban estaba invadiendo su casa.
El cine de terror que exporta Hollywood en nuestra época es de una calidad discreta, con muchas producciones cuyos objetivos son netamente económicos. Pero, al igual que su predecesora, en El Conjuro 2 podemos ver una propuesta distinta, mucho más centrada en contar una buena historia que en entretener y darle a las masas lo que quieren. Y es que el director de la película, James Wan (el mismo detrás de la primera parte y otros títulos como El Juego del Miedo o Insidiuos), es un realizador que entiende como pocos este género y sabe utilizarlo con estilo. Así, a diferencia de otras cintas de terror moderno, el filme posee un estilo de dirección, con movimientos de cámara complejos, una narrativa dinámica y gran desarrollo de los personajes.
Esto último es fundamental, pues si en algo acierta esta secuela es en permitir que nos importen las personas que vemos en la pantalla. No basta con que sepamos que la historia está basada en hechos reales, sino que es importante sentir que estamos viendo fragmentos de la vida de personas reales. Y es ahí donde la fórmula de James Wan funciona, al no sólo desarrollar de forma sólida la tragedia que vive la familia en Enfield, sino que establecer una relación verosímil entre el caso y la presencia de los Warren.
Otro factor clave es la presencia de Patrick Wilson (Ed Warren) y Vera Farmiga (Lorraine Warren), quienes cargan con éxito el peso dramático de la cinta. Mención aparte para la joven Madison Wolfe, quien da una lección a las cintas de su género en cuanto a lo mucho que gana una cinta de terror con niños que saben actuar.
En líneas general, El Conjuro 2 es correcta desde los audiovisual hasta lo narrativo, prueba de que Hollywood puede hacer algo más que un festival de jumpscares cuando existe una propuesta narrativa seria. Y, en ese aspecto, James Wan sigue demostrando que nadie entiende el cine de terror comercial como él.