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AFP estatal nuevamente en el tapete

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Sorpresa causó en algunos que la Presidenta Michelle Bachelet, en su discurso del 21 de mayo, reflotara un tema que parecía olvidado: acelerar la tramitación del proyecto de una AFP estatal. A su juicio, esto traería más competencia, menores costos de administración y mejor cobertura.

La Comisión Bravo no tardó en reaccionar y celebrar esta iniciativa. Sin embargo, para Guillermo Larraín, ex titular de la SVS, una AFP estatal implicaría transferir al Estado una responsabilidad de la que no podría hacerse cargo.

La misma Presidenta, hace dos años, había anunciado el envío del proyecto de ley que crea la AFP estatal, pero había advertido que no iba a solucionar el problema de fondo.

Entonces, ¿estaremos en el camino correcto? ¿Bastará con disminuir los costos de administración? Y, finalmente, ¿vale la pena concentrarse en una iniciativa que no aporta solución?

¿No es tiempo de seguir recomendaciones de expertos que permanentemente evalúan los sistemas previsionales en el mundo? Algunas de ellas coinciden con las de la Comisión Bravo, que están en línea con las sugerencias del Melbourne Mercer Global Pension Index y de la Ocde. Por ejemplo, la recomendación deretrasar la edad de jubilación para ambos sexos, aumentar la tasa de cotización, incentivar las pensiones privadas o mejorar el pilar solidario.

También debiéramos considerar los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud, que muestran que la población nacional vive 80,5 años en promedio. Recordemos que falta un mes para que comiencen a usarse las nuevas tablas de mortalidad para el cálculo de las pensiones y, quienes se jubilen a partir de julio, recibirán un monto menor por la mayor longevidad de los chilenos.

Está claro que una AFP estatal no resuelve el problema de las pensiones, ni lo hará en el futuro. El aumento de la expectativa de vida,las bajas tasas de cotización, la proyección a la baja que han venido mostrando las tasas de rentabilidad y la evasión, entre otros factores, demuestran la urgente necesidad de adoptar medidas más radicales.

Quizás debemos comenzar aceptando que los trabajadores tendrán que trabajar más tiempo antes de retirarse, porque los ahorros que se acumularon en sus cuentas no serán suficientes para aspirar a una pensión digna, ni para disfrutar de lo que debieran ser los años dorados.

Bellavista para el turismo patrimonial

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Tal vez en 1865 don Guillermo Délano Ferguson no imaginó la bella y aguda visión que tendrían los vecinos de Tomé, cuando 151 años después se les propusiese de pronto reemplazar su esencia y patrimonio histórico, por cemento inmobiliario erguido a bajo costo.

En un acto ejemplar han expresado su preferencia pública por el rescate de una pieza arquitectónica única que narra su legado, y en la cual se reconocen como pueblo, entreverando además sus esperanzas de que la antigua fábrica de paños, constituya hoy un atractivo clave en los circuitos y tours del destino Biobío.

Aun cuando solo falta la firma del decreto por parte de la ministra de Educación, para que la ex Textil Bellavista Oveja Tomé se declare Monumento Histórico Nacional, las voces locales aunadas en un solo canto proclaman victoria. Sin ánimo de menoscabar al sector inmobiliario y su aporte al desarrollo, hay que tener en cuenta que aquí en Tomé se alinean tres factores claves que brindan una oportunidad única para impulsar el turismo patrimonial: una institucionalidad turística público-privada más empoderada y dispuesta a la innovación, un recurso turístico que exuda historia y relatos por sí mismo, y una comunidad local organizada y proactiva que sabe lo que quiere con los insumos que tiene.

La experiencia académica internacional revela que ésta convergencia es la chispa que enciende el motor de los destinos, sobre todo en los que han enfocado sus esfuerzos más en la oferta que en la demanda.

Tomé y su gente son un claro ejemplo de que se puede pensar en turismo patrimonial como una nueva opción de empleo y desarrollo para la Región del Biobío, es cuestión de salir a darse una vuelta por el barrio y ver el mundo con alma de explorador y ojos de emprendedor.

Chalo Fuentes: un maestro

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Los amigos no avisan cuando se van a morir. La noticia nos llega como un viento helado. No siempre la agenda puede alterarse, la vida sigue, impone su ritmo. No fue posible llevarle un clavel, apretar las manos de los suyos, familiares y amigos. Fiel a mi oficio de cronista le abrí un claro en un libro que está en la puerta del horno: Bosque Nativo. Dejé grabados estos sentimientos.

Forjamos una amistad de encuentros esporádicos pero muy afectivos, siempre alentó mis afanes con sincero aprecio y generosidad. La conversa pronto se ponía densa por que Chalo, sin perder el buen humor, rápidamente incursionaba en el acontecer siempre informado y apasionado.

Conocí a Samuel Fuentes Paredes en la Federación de Estudiantes en Concepción, a poco andar de mi aterrizaje penquista en 1956. Por aquellos años la FEC se movilizó tras una reforma universitaria que la convirtió en escenario donde destacados líderes demostraban mejor puntería con buenas razones que con múltiples pedradas. Chalo ya había egresado un par de años, a lo menos, pero volvió a la palestra donde había dejado la huella de su talento. De aquella FEC había salido Salomón Corbalán que se había instalado como figura nacional y unos cuantos líderes que marcarían presencia en los años futuros en el país y en el extranjero: Galo Gómez, Hugo Zemelman, Luis Jerez, Esteban Lederman, entre otros. ¿Cómo no recordar su oratoria contundente y brillante?

Años más tardes compartimos tensos días cuando la república fue asaltada por la violencia. Entre las rejas no se alteró su serenidad. Su palabra era escuchada con tanto respeto que, entre broma y broma, pasamos a llamarlo El Gurú, más tarde simplemente El. Todos lo sentíamos como el más sabio entre nosotros, un verdadero maestro que orientaba a los más nerviosos. Fue la oportunidad de conocerlo más de cerca y confirmar lo que ya presentíamos: Nuestro amigo era un hombre excepcional.

Se graduó de abogado pero su personalidad desbordó pronto los códigos y los pleitos. Tuvo la fortuna de recibir una buena herencia y poder dedicarse a lecturas interminables y, años más tarde, convertirse en consultor de almas atormentadas por grandes o pequeñas razones del diario vivir. El maestro disfrutaba escuchando y aconsejando con un celo de auténtico misionero.

Chalo no buscó el estrellato, prefirió cultivar el huerto en silencio, pero quienes probamos de esos frutos nos quedamos con la sensación de haber conocido a un ser humano de la mejor madera del bosque nativo.

Siempre sentí por Chalo especial afecto y creo haberlo sentido también de su parte, tanto, que es uno de esos personajes con los que me gustaría volver a encontrarme en aquel escenario, incierto en su arquitectura, pero difícil de ignorar para nuestra condición humana. Sería terrible que sólo nos esperara el silencio.

Creo en la trascendencia y, por lo mismo, cuando voy de tranco largo sobre los 83, confío volver a nuestras conversas con merquen sobre lo humano y lo divino. Sobre lo humano, espero llevarle mejores noticias sobre el desplome moral de la república que tanto lo preocupaba. La mano del yerno entregando dinero a quienes mataron y encarcelaron sin piedad, incluso a los padres de algunos próceres "progresistas", le parecía inverosímil.

Sobre lo divino, si es que es cierto que Dios prefiere a los buenos, Chalo habrá conocido todos los misterios y me los explicará con la maestría de siempre.

Simce de Lectura

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Los últimos resultados del Simce de Lectura hicieron reflotar diagnósticos lapidarios sobre lo dispar de la comprensión lectora según la condición socioeconómica. Es alarmante, pues hay más de 50 puntos de diferencia entre el nivel socioeconómico alto y el bajo.

Para hacer frente a esto, se pueden tomar como ejemplo varios países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), que asumen este desafío multidisciplinariamente y con un foco en la motivación por la lectura, punto de partida de la comprensión. Para esto dirigen sus esfuerzos a los principales actores: los padres, y al punto de inflexión del desarrollo emocional e intelectual del niño: los primeros años de vida.

En Estados Unidos, los ministerios de Salud y Educación tienen programas para educar a futuras madres sobre la importancia de la lectura. En los controles prenatales los doctores las guían sobre los beneficios de leerles a sus hijos y cómo hacerlo. En los hospitales, cada madre recibe un libro para leerle a su recién nacido. Luego, en los controles, los pediatras continúan la promoción de la lectura en voz alta, y entregan nuevos ejemplares.

Los beneficios son múltiples, como desarrollo del lenguaje, amplitud de vocabulario, exposición a emociones expresadas en las palabras, estímulo de la imaginación y, por supuesto, apego saludable.

Esperar a que los jardines infantiles y escuelas se hagan cargo de esto implica perder años valiosos e irrecuperables. Es momento de asumir en Chile el desafío de la motivación a la lectura como un tema de salud y bienestar público, y que necesita la cooperación de diversos ministerios y profesionales.