Después de 20 años en la UDI, el diputado José Antonio Kast anunció esta semana su renuncia al partido, justo cuando la colectividad vive uno de sus momentos más complejos y su timonel, Hernán Larraín, inició un proceso de renovación tras la dimisión de la directiva anterior a raíz del caso Penta.
"Doy un paso al costado para que se produzca un proceso de reflexión interna, pero también una señal política al resto de los partidos", asegura Kast al explicar su determinación.
Una de las razones que esgrimió el parlamentario fue la pérdida de identidad y el distanciamiento del proyecto fundacional que a su juicio ha tenido la UDI, lo que se refleja en que "malentendimos las lealtades, dejamos de corregirnos entre nosotros, dejamos de sintonizar con las personas, no asumimos siempre las responsabilidades, caímos en siempre dar respuestas políticamente correctas".
Dice que si bien fue un conjunto de factores lo que gatilló ese cambio, se remonta a la elección de 1999, cuando Joaquín Lavín perdió por un estrecho margen frente a Ricardo Lagos. "Estuvimos tan cerca de alcanzar el poder que se pensó que cambiando algunas actitudes o formas se iba a conquistar esa diferencia de votos, que al final resultó todo lo contrario. Al desdibujarse la identidad de la UDI perdimos incluso con Sebastián Piñera en primera vuelta", lamentó.
- Hernán Larraín tiene la mejor de las intenciones, es una buena persona, asumió el liderazgo de la UDI en quizás el momento más difícil, pero claramente vamos muy retrasados en lo que hay que hacer. Esto debió haberse iniciado mucho antes y se debiera haber evitado estos liderazgos tutelados que se dieron en algún momento y darle la libertad a los nuevos liderazgos para que se desarrollen en plenitud, que asuman los riesgos de equivocarse. Y faltó ponerle el acelerador a lo que había que hacer dado la realidad política que vive Chile. Hoy Chile está encabezado por una Presidenta que tiene un 20% de apoyo y quiere hacer reformas estructurales que nadie quiere. Eso para mí es inaceptable.
- Es algo que no es nuevo, toda la opinión pública siempre hablaron de los "coroneles" o los "capitanes". Creo que fueron exitosos y no niego que la UDI creció y se desarrolló al alero de los liderazgos de los llamados "coroneles", pero todos en la vida tenemos que cumplir un ciclo, es la ley natural, y no es que se vaya a la casa y no siga participando. Yo no quiero eso, yo no quiero alguien que se vaya del partido, quiero que asuma un rol distinto y le dé el liderazgo, el traspaso de la posta a otros en plenitud, y eso no ocurrió.
- Si hay alguien que se esforzó en que llegaran nuevos líderazgos a la bancada de diputados, a las concejalías y algunas alcaldías fui yo, y muchas veces con muchos costos internos. Por ese lado existía un trabajo, pero que no tuvo la valoración suficiente ni la adhesión de muchos otros que quizás veían más el jugársela por ganar un par de votos más pero perder en identidad. Entonces, hoy que entre gente joven a la UDI es muy difícil porque no se proyectan con la UDI como está.
- Sebastián Piñera es un ex Presidente que hoy tiene una buena posición desde el punto de vista electoral, pero eso no quiere decir que la UDI renuncie a la posibilidad de levantar figuras propias con identidad y convicción que puedan presentarse como una alternativa a la ciudadanía. ¿Qué sentido tiene tener un partido político que tiene alcaldes, concejales, Cores y que no sea capaz de levantar liderazgos reales? Yo al menos me resisto a eso y creo que es un error, además, proclamar a alguien con tanta anticipación, además sabiendo lo que ocurrió en la elección anterior, que ganamos pero tuvimos un Gobierno exitoso en lo económico, pero sin identidad propia, que hizo que al final del Gobierno tuviéramos menos diputados y menos alcaldes.
- Si va a ser igual que la primera, con resultados políticos muy malos, porque ya sabemos lo que sucedió: tuvimos buenos resultados económicos durante cuatro años, pero hoy estamos sometidos a una mayoría que tiene destruido el país. Fueron cuatro años de bonanza y hemos tenido hartos años de desastre que se comieron todas las bonanzas que tuvimos en cuatro años, y eso no se puede repetir.
- Es buscar el bienestar y prosperidad de las personas, respetar a la autoridad, jugársela por el orden, creer en el mérito, creer en la libertad, en la libertad de emprendimiento. Son una serie de factores que identifican una sociedad libre y responsable, es lo contrario de lo que está haciendo hoy la Presidenta Bachelet con sus reformas tributaria, educacional, laboral y constitucional. Son polos opuestos.
- No, no tomé una decisión basada en ese tema. Si fuera por eso, todos los políticos tendrían que renunciar, de todos los colores políticos, porque esto era algo transversal, algo que dijimos al inicio y se nos acusó de que estábamos usando la teoría del empate. Y hoy vemos que Carolina Tohá, Fulvio Rossi, Jorge Pizarro, la misma Presidenta Bachelet, están todos en la misma situación. Por lo tanto tendrían que renunciar todos.
- Frente a la opinión pública es un tema duro que claramente tiene un costo, pero también la gente se da cuenta que esto era algo transversal. Cuando algunos dirigentes de la Nueva Mayoría decían 'no, nosotros no', claramente estaban mintiendo, y no solamente estaban mintiendo, sino que estaban fundando su proyecto político en una hipocresía, recibiendo recursos de aquellos a quienes apuntaban con el dedo, y eso es un doble estándar a mi juicio que la gente no perdona.
- La UDI lo que hizo inicialmente de reconocer la situación, de pedir disculpas, de que renunciara la directiva, fue lo que había que hacer. No comparto lo último que ocurrió, porque yo creo que si alguien es condenado tiene que él renunciar, no esperar a que alguien le pida la renuncia.
- La misma que he tenido siempre, que es una buena persona, es un buen hombre que se la jugó por una causa, pero que la justicia condenó y eso implica que él tiene que tomar una acción concreta, que es difícil, pero que tiene que tomar.
- Estoy apoyando a la ONG Influyamos, que trabaja en devolverle el poder a la gente, en preocuparse de las urgencias sociales. Se está haciendo un trabajo a nivel de municipalidades, donde queremos plantear un manifiesto de probidad y ético. De ahí se van a ir abriendo más caminos. Yo hoy estoy abierto a distintas alternativas que implican un cambio de ciclo en la política.
- A que se termine con la cultura de la respuesta políticamente correcta, que se deje de lado la mentira y se base todo en la verdad, que se asuman las responsabilidades, que no se funde la dirección de un país solamente en las encuestas, que se aplique el sentido común a las cosas que son obvias. Si veo que alguien está maltratando a un carabinero, lo que espero es que esa persona se vaya presa, no que le golpeen la espalda y le digan "para la próxima pórtate bien". Espero que la ministra de Salud en vez de andar por todo Chile inaugurando farmacias populares esté en las urgencias de los hospitales, donde realmente no hay atención digna. Espero que la ministra del Trabajo, más que estar en su oficina, esté acompañando a las personas que hoy día se quedan sin pega, y espero que la Presidenta esté en La Araucanía y no en Francia.
- Hoy no, porque este ya no es un problema de nombres, no es que si sale Hernán Larraín y entra Jaime Bellolio yo vuelvo. Hernán Larraín es un gran dirigente, una gran persona, pero mi problema es más profundo que solo un nombre. Tiene que haber un cambio real en la manera en que enfrentamos la política, en que defendamos las cosas en que creemos y en que traspasamos los liderazgos a las nuevas generaciones.