No es nada inusual que ante fuertes momentos de tensión, estrés, preocupación o ansiedad, el organismo reaccione generando efectos a nivel estomacal.
Sin embargo, tan común como lo ya mencionado es que los problemas digestivos puedan variar negativamente la situación emocional de las personas.
Aprender a manejar estos casos, cuidarse y mantener una buena salud es el llamado que se hace en el Día de la Salud Digestiva.
Según explicó Juan Francisco Stecher, jefe de carrera de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, la relación entre emoción y digestión es un hecho concreto que para gran parte de las personas no es adecuadamente abordado.
"Si no vivimos las emociones, especialmente las negativas, si no las aceptamos, y si no las conversamos, muchas veces buscan una manera alternativa de salir. Esto se puede manifestar con dolores de cabeza, de espalda o molestias abdominales. Pero siempre que nos enfrentamos a emociones negativas, el problema es no escucharlas, no aceptarlas y no comunicarlas. En definitiva, no vivirlas humanamente", lamentó el profesional.
En este mismo sentido, Stecher -quien entregó recomendaciones para mantener una buena salud digestiva (ver recuadros)- explicó que una de las patologías más frecuentes de consulta, en cuanto a aquellas vinculadas con los efectos de las emociones, es el Síndrome de Intestino Irritable, más conocido como "colon irritable".
"Esto produce molestias abdominales difusas asociadas a cambios en el hábito intestinal. Lo más importante es que éste es un diagnóstico de descarte", sostuvo.
Para lo anterior será necesario evaluar adecuadamente al paciente y eliminar otras posibles causas de los síntomas que se presentan.
Esto se debe a que resulta recurrente que ciertos síntomas estén enmascarando una enfermedad grave, que logra ser diagnosticada adecuadamente o a tiempo por catalogar rápidamente a un paciente con Síndrome de Intestino Irritable.
Otras patologías frecuentes son la gastritis y el reflujo.
Incidencia en las
emociones
Es así como no solamente la falta de preocupación por la flora intestinal y dejar de lado la alimentación saludable, son causas que gatillan trastornos gastrointestinales, sino que la emoción juega un rol relevante.
No obstante, estudios han demostrado que los problemas de sistema digestivo también tienen efectos emocionales concretos.
Por lo anterior es que se considera que relación entre flora intestinal y cerebro correspondería a "una calle de dos vías", al punto que si se cuida lo que se come, puede haber una incidencia en las emociones.
"Inteligencia digestiva" es el nombre con el que la endocrinóloga bielorrusa Irina Matveikova se refiere a este tema.
Sobre esto, detalló que "en el tubo digestivo se encuentran 100 millones de las neuronas idénticas a las células del cerebro superior, y un 90% de ellas tiene la sustancia neurotransmisora de la serotonina, que es la encargada de la felicidad y el bienestar".
Probióticos
Las bacterias, hongos, virus y otros microorganismos presentes en la flora intestinal superan diez veces la cantidad de células presentes en el cuerpo, por lo tanto, desempeñan un papel vital en la salud física y mental.
En este contexto, los probióticos cumplen un rol importante, dado que corresponden a organismos vivos que al ser ingeridos en cantidades adecuadas le confieren un beneficio de salud a quien los consume. Eso sí, deben estar equilibrados en el cuerpo y para así ayudar a regular la flora intestinal.
El doctor en Bioquímica y profesor del Instituto de Química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Javier Bravo, indicó que incluso, se ha confirmado mediante estudios que las bacterias probióticas pueden producir el ácido gamma-amino butírico en el intestino y, a su vez, provocan cambios en el cerebro que mejora la respuesta a este neurotransmisor, y, de esa manera, evitar los efectos del insomnio, estrés y estados de ansiedad y depresión.
"Hoy se están explorando los efectos que tienen distintas bacterias probióticas sobre aspectos de la salud mental. El objetivo es obtener cepas bacterianas que sirvan de ayuda a terapias psiquiátricas, aunque probablemente sean sólo una parte de la solución a todos estos problemas", agregó Bravo.
La alimentación saludable y equilibrada podría ser clave en este asunto. En cuanto al consumo de probióticos, la directora técnica del laboratorio Axon Pharma, Mercedes Kenesich, indicó que en el mercado hay una amplia gama de productos que los contienen, pero que es necesario tener algunas consideraciones al respecto.
"Los productos que vienen incorporados a un yogurt presentan dosis muy bajas de probióticos y pierden sus propiedades al romperse la cadena de frío. Por otro lado, el Saccharomyces boulardii (en Chile, Perenteryl) tiene una eficacia y seguridad demostrada en más de 70 ensayos clínicos y 12 meta-análisis. Además, una dosis equivale a por lo menos diez yogures y presenta de forma clara sus componentes en el etiquetado", planteó.