Incorporar cada vez a la mujer al mundo del trabajo, a los directorios o en cooperativas es el objetivo planteado como país. Pero previo a ese plan era necesario realizar una investigación que lideró el Ministerio de Economía.
El análisis, llamado "Estudio mayor incorporación de las mujeres a la economía chilena" arrojó que pese a que la ocupación femenina se ha incrementado en los últimos 20 años, aún existen brechas. Pero lo más importante es que si más de un millón de mujeres se sumara al mundo laboral, el PIB se incrementaría en más de 9%.
El seremi de Economía, Iván Valenzuela, compartió con este medio los principales resultados del estudio. Partió por decir que entre 1990 y el 2013 la incorporación femenina ha crecido desde un 29,4% a un 41,9%. Esto considerando a matriz de ocupados.
Desde el punto de vista de la participación en el total de población que está en edad de trabajar. En ese sentido, la mujer tenía en 1990 un 32,5% y el 2013 un 45,6%. "El incremento fue significativo", subrayó.
Para la Región del Biobío, basado en este indicador, para el año 2010 la participación femenina era 36,7% y el 2015 está en un 40%. También ha habido una evolución. Respecto a los ocupados, en 2010 eran 790.250 personas y mujeres eran 298.150, lo que equivale a un 38%. Al ir al 2015, los ocupados era 280.000 y las mujeres eran 349.083, lo que se traduce en 40%.
Hace tres años la participación femenina en Chile era de un 41,9%, una cifra baja para Latinoamérica, porque, por ejemplo, en Cuba es de 55,3%, Paraguay un 48%, Colombia 47,1%, en Venezuela, Brasil y Ecuador supera el 46%. Todos datos entregados por la Cepal, Cepalstat y Casen 2013 (Chile).
concentración
Además, la participación femenina desde 1990 se ha concentrado principalmente en los sectores de servicios sociales, financieros y el comercio, en labores que en muchos casos, podrían ser consideradas como una extensión del trabajo doméstico, donde además se observa tanto discriminación horizontal como vertical, es decir, las mujeres a iguales responsabilidades tienen menores ingresos, al mismo tiempo que cargos de menor jerarquía; a pesar de que la formación en capital humano femenina, en el mismo período, ha aumentado, incluso llegando a ser mayor que la masculina.
Para Valenzuela, basando en el análisis, las mujeres estaban muy concentradas en los servicios sociales y otros, pero hoy están más diversificadas, están más en el comercio, como también se han sumado en otros rubros. Lo cual es positivo, porque ellas tienen más oportunidades para incorporarse en distintos rubros, "se atreven más a pesar de que hay brechas significativas en sueldo y en los procesos de contratación".
Estos antecedentes son consistentes con los resultados reportados en los análisis econométricos, donde se puede advertir que un aumento de la ocupación femenina impacta positivamente en la producción nacional, medida a través el PIB per cápita real, sin embargo, y por el tipo de ocupaciones, este impacto aún no es tan importante como el que se produce al incrementar la ocupación masculina.
INCREMENTO
De acuerdo al estudio, si por cada 100 mil mujeres se suman al mundo del trabajo el PIB se incrementaría en un 0,7%. Por lo tanto, si "incorporamos 1.400.000 mujeres, el producto aumentaría en un 9,09%. Si hoy tenemos un crecimiento del PIB de un 1,9%, lo podríamos incrementar en un 0,65% por cada 100 mil mujeres más ocupadas en el mercado del trabajo".
Esta alza se debería, según cree el seremi, a que las mujeres son más comprometidas, tienen capacidades y habilidades que muchas veces los hombres no tienen.
Pero ¿cuáles son los motivos por los cuales las mujeres no salen a trabajar? Según el análisis es porque siguen siendo las principales responsables del cuidado de hijos e hijas y del trabajo doméstico. Se observa que las responsabilidades familiares son la principal problemática de las mujeres para ingresar y mantenerse en el mercado laboral y en condiciones dignas. Dado que el cuidado de los hijos e hijas son el principal motivo por el cual las mujeres dejan de participar del trabajo remunerado y aceptan trabajos más precarios y peor remunerados (en pos de una mayor flexibilidad).
También está la falta de valoración del rol social de la maternidad y la falta de socialización de sus costos (que son asumidos solo por las mujeres). Esto se constata en el hecho de que la maternidad y la crianza son los principales motivos de la discriminación hacia las mujeres en el mundo del trabajo (hostigamiento por embarazo/maternidad, no contratación de mujeres en edad fértil, etc.).
Iván Valenzuela dijo que existe una variada oferta pública en relación a la participación laboral de las mujeres y al fomento productivo, sin embargo, se observa que ésta en general sigue reproduciendo la segmentación vertical y horizontal por motivos de género que existe en el mercado del trabajo.
Pero para incrementar la participación femenina está la capacitación en oficios no tradicionales para mujeres, becas para mujeres programadoras, voucher de innovación
Junto a esto se está fortalecer el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, considerando como sujeto de derecho al niño/a , promoviendo y posibilitando la corresponsabilidad. Promover ajustes legislativos que impacten en la autonomía de las mujeres, favoreciendo la implementación de la Ley 20.348 de igualdad de remuneraciones para hombres y mujeres.