"Lo que estamos viviendo es completamente inédito, se perdió toda compostura"
Una mirada crítica del momento que vive el PPD, y particularmente del ejercicio de financiar campañas y labores políticas, tiene el ex diputado y ex senador Nelson Ávila.
Desde su campo en Rinconada de Los Andes (Región de Valparaíso) mira atento la difícil situación por la que pasa la tienda en la que militó por casi una década, y a la que representó tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Este ex intendente de la provincia de Aconcagua durante el Gobierno de la Unidad Popular cree que "lo que estamos viviendo ahora es completamente inédito, se perdió toda compostura, todo decoro".
El ex parlamentario vive hoy en su parcela "Los Faroles", en la que dedica parte importante de su tiempo al cuidado y producción de una plantación de nogales y otras especies. Y para retratar lo que, según él, se vive en el mundo político, acude a su conocidas metáforas, al señalar que la actividad política ha cambiado igual que su campo "mutó de piel".
"En los tiempos de mi padre había otra clase de productos, como el cáñamo, la curahuilla o el trigo. Este valle mutó de piel y lo que se ve sobre ella son frutos de exportación que, este año, han sufrido una merma significativa derivada del tema climático", afirmó respecto de su actual ocupación.
Militante activo del Partido Radical, Ávila defiende que "dentro de la Nueva Mayoría el PR tiene una salpicadura minúscula de todo este baño excremental". Pero aún así, agregó, "nadie deja de ser afectado por lo que está ocurriendo".
Un observador
"Por el momento estoy observando este panorama con gran desaliento, y pensando de qué manera puede ser posible ayudar a revertir esta imagen desastrosa de la política actual, para reivindicarla, que es lo que todos tenemos que hacer, para devolverle a las instituciones la dignidad que se merecen", afirma, sobre el estado actual de la política partidista.
Sobre la situación del PPD y Carolina Tohá, a quien se apunta por ser la presidenta en los años en que la tienda habría recibido recursos de parte de SQM, Ávila cree que -de comprobarse estos hechos- significaría que la tienda "abdicó de todos sus principios" para convertirse en una "fría e implacable maquinaria de poder".
sus años en el ppd
Ávila, hoy de 74 años, forjó de a poco su calidad de "caudillo electoral" del Aconcagua. Tras una derrota en 1989, en las parlamentarias de 1993 resultó electo diputado por la zona, para alcanzar en 1997 el 58,47% de los sufragios y transformarse en la segunda mayoría nacional. El doblaje, junto al DC Patricio Cornejo, fue terreno fértil para su salto al Senado por la circunscripción Quinta Costa, hasta la que llegó con el 38,53% de los votos en 2001 y dejando en el camino a Aldo Cornejo (DC).
En las elecciones de 2009 dejó su lugar al PPD Ricardo Lagos Weber y volvió a la Quinta Cordillera, donde perdió su escaño a manos del DC Ignacio Walker.
- Personalmente, por principios he creído siempre que el financiamiento de la política, específicamente en lo que concierne a elección de representantes al Congreso, constituye una traición a la confianza de la ciudadanía. Eso lo aprendí de muy pequeño de mi padre, quien no siendo político, sino un agricultor, me habló de estas cosas. Y sobre todo de lo deprimente que a él le resultaba el hecho de que le pidiesen ser activo en cuanto al soborno, dado que, en su época, habían candidatos que entregaban dinero a ciertas personas de confianza, para que les compraran los votos. Eso me quedó muy firmemente grabado. Y es cierto que en el entorno de los partidos siempre estaba la figura del recaudador, es decir, aquellos que generaban contactos para obtener recursos. Pero lo que estamos viviendo es completamente inédito, se perdió toda compostura, todo decoro. Sencillamente, la obtención de dineros se convirtió en una de las tareas más esenciales y valoradas en algunas colectividades
- Bueno, la verdad es que uno se imaginaba que los nombres más socorridos para conseguir recursos eran los potentados que figuraban al frente de los grandes grupos económicos. Para ello siempre se conseguían personas que tenían mayor facilidad para contactar con ellos.
- Mis campañas las financié, en primer lugar, con los aportes que el partido consigue. Nunca indagué ni quise enterarme de cuáles eran los mecanismos, pero se disponía de una cierta cantidad que se destinaba a la propaganda básica. Los complementos, en la primera campaña, se consiguieron sobre la base de algunas cenas que me ayudó a organizar mi suegro, el ex canciller Enrique Silva Cimma, con profesionales connotados que él conocía, y que se mostraron proclives a efectuar alguna contribución. Siempre mis campañas fueron modestas en recursos, pero muy intensivas en el despliegue físico del candidato y de quienes me colaboraban.
- Esto me ha impactado profundamente, porque jamás imaginé que conscientemente establecerían contactos específicos para lograr aportes de Soquimich, una firma que, para toda la gente de izquierda, constituye un verdadero símbolo del atropello a valores esenciales de una democracia. Caer tan bajo, como para subordinarse a los criterios de financiamiento que establece una firma como esa, me parece absolutamente inaceptable.
- Da la impresión que todos los antecedentes que se van conociendo acerca de las vías de financiamiento para distintas campañas van componiendo el puzzle que existía en esta materia. Si bien podía sospecharse que esta clase de aportes venía de ciertos grupos económicos poderosos que entregaban individualmente a algunas candidaturas sus aportes, nunca habíamos adquirido la certeza de que sumas importantes proviniesen específicamente de Soquimich, en contactos específicos que dirigentes del PPD establecieron con Patricio Contesse como gerente general. Tengo entendido que Pepe Auth, cuando ofició de presidente del partido, tuvo una reunión expresa en las oficinas de Patricio Contesse para recaudar dineros. Si eso fue así y ya se manifestó un vínculo institucional, quiere decir entonces que ya en el PPD, a esa altura, se había abdicado de todos los principios éticos y valóricos para convertirse en una fría e implacable maquinaria de poder.
- Lo leí en alguna parte, a través de las redes sociales, y no fue desmentido. Yo mismo recuerdo haber hecho un tuit que alcanzó una difusión muy alta, formulando la pregunta concreta. Y nunca nadie la respondió.
- Eso es algo ya muy personal y que naturalmente su valoración política y ética concierne al partido en el que milita.
- La verdad es que esa frase, nacida de un partido que se está viendo expuesto a estos hallazgos, tiene solo el sentido de que esa maquinaria servía para encontrar tesoros escondidos y no para enterrar principios.
- No me alineo con ninguno, ni a esta altura simpatizo con alguien que sea parte de una estructura que dejó atrás los principios para concentrarse eminentemente en una lucha de poder. No siento ningún atractivo por una confrontación de esa índole en un escenario como el descrito.