Secciones

Se fue voz local clave en radioteatros nacionales

E-mail Compartir

En un camposanto parque de La Florida, Santiago, descansa hace unos días, quien fuera un destacado actor de radioteatro de la época de oro de las radionovelas y programas similares como "La tercera oreja", "Los ofensores", "Lo que cuenta el viento" y "Confidencias de un espejo", entre otros. Hablamos de Néstor José Leocadio Corona Belmar, o, más abreviado, Néstor Corona Belmar.

El hombre, quien también incursionó en algunas películas, había nacido en Concepción hace 85 años. Desde aquí marchó a la capital siendo joven, aunque hasta ahora conserva familia en la zona, en la ciudad penquista y en Coronel. Su deceso fue producto de una deteriorada condición de salud, la cual se arrastraba desde hace ya bastante tiempo.

Fue, por ejemplo, el hombre de la risa terrorífica de "Lo que cuenta el viento", que se transmitía desde emisoras como la antigua Diego Portales.

También su voz era un clásico en "La tercera oreja", programa de radio Agricultura, que llegaba a esta zona en los 60 y que, como decía su presentación, era "una creación de Joaquín Amichatis, con relatos de Poncho Merlet".

Néstor Corona, sin embargo, también participó en roles secundarios en seis películas chilenas, dos de ellas "Sussi" (1987) y "Cachimba" (2004). Del mismo modo actuó en algunos spot de la TV. Curiosamente, por cierto parecido físico con el cantante francés Charles Aznavour, a veces, cuando el galo venía a Chile, Corona era llamado para que fuera su doble, de manera que el auténtico Aznavour, cuando él lo deseaba; pasara inadvertido.

"Era un hombre muy talentoso y a pesar de ser más bien de baja estatura causaba admiración por la gran versatilidad de su voz (...) Muchas veces era un vozarrón usado en situaciones en que se quería impresionar al auditor", comenta su prima, vecina y maestra de Coronel, Juana Isabel Belmar.

El mismo Néstor Corona solía manifestarse impresionado del enorme atractivo entre el público que en las décadas del 50, 60 y 70 producían las novelas radiales. Ello, al extremo de que luego de transmitirse, durante meses los elencos viajaban a provincia a presentarse en los teatros locales para hacer una versión "en directo" de la respectiva historia. La taquilla parecía siempre asegurada.

Corona fue un hombre con muchas satisfacciones, aunque su propia vida sufrió algunas aventuras similares a los dramas en que actuaba. Como cuando en la dictadura cívico militar, por ser opositor se recomendó en distintos lugares que no se le contratara.

Así, en esos tiempos no tuvo o tuvo muy poco trabajo. Tanto que en el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle le fue gestionada una pensión de gracia del Estado de Chile.

Más tarde tuvo un golpe de suerte, aunque la alegría no duró demasiado: en uno de los concursos nacionales de juegos hace varios años obtuvo un premio de alrededor de 200 millones de pesos, de los cuales sólo pudo disfrutar 20. Esto por cuanto dejó el resto enterrado en el patio de su casa, con suerte tal que en un momento determinado el dinero desapareció. Todas las sospechas recayeron en un familiar.

Corona fue compañero de otros actores reconocidos del dial en radio, como Enrique Madignac, Greta Nilson, Lorenz Young. Igualmente trabajaron en programas de grandes creadores como Omar Ferrer Santa María y Juan Marino.

Con su partida se fue uno de los últimos protagonistas del tiempo de éxito mayúsculo de las radios.