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Desafío de las escuelas deportivas: formar mejores personas

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Las escuelas deportivas, ya sea de fútbol, básquetbol, vóleibol, tenis, atletismo u otra disciplina, han crecido sostenidamente en los últimos años producto de la necesidad que tienen nuestros pequeños de realizar actividad física, imitar a nuestros ídolos y sobre todo de jugar con otros niños y niñas.

En ese sentido, estas instancias, junto con las actividades extraescolares, constituyen el principal eje de iniciación deportiva de nuestro país.

Vista así, la iniciación deportiva puede entenderse como el periodo de la niñez en que los niños y niñas comienzan a aprender de forma específica uno o varios deportes, buscando lograr una operatividad básica en la ejecución de las habilidades motrices, cognitivas, emocionales y sociales requeridas por un deporte en específico.

Por lo anterior, es oportuno decir que este proceso debe básicamente procurar organizar sus actividades en torno a las posibilidades del niño o adolescente, ajustando su proceso formativo a sus ritmos y características, utilizando materiales y espacios que permitan las máximas posibilidades de experiencia motriz y evolucionando progresivamente con el fin de desarrollar las potencialidades de todos sus integrantes.

Lo anterior es un enfoque pedagógico que centra sus objetivos, no sólo en lo primario del deporte, que es el aprendizaje físico-técnico-táctico, sino que amplía la visión de objetivos al desarrollo personal y valórico, a través de la implementación de acciones concretas por parte de los educadores.

Ellos deben tener un discurso coherente y orientado a despertar virtudes como el espíritu de equipo, la solidaridad, el respeto, la perseverancia, la cooperación y el juego limpio, ya que éstas no vienen dadas por sí solas en el aprendizaje deportivo, dependiendo enormemente del educador y de su forma de enseñar.

Pareciera que implementar escuelas de iniciación deportiva con un enfoque pedagógico fuera sencillo, pero si observamos nuestro diario vivir, nos encontraremos con acciones enormemente individualistas, exageradamente competitivas, consumistas, de posesión de bienes y de un gran desarraigo social. Estas acciones son captadas por nuestros pequeños, quienes las absorben y también reproducen al sentirlas como algo "normal", pudiendo fácilmente filtrarse y precipitar el proceso deportivo.

Por lo tanto, los desafíos para este tipo de instituciones están en contar con profesionales idóneos para este complejo proceso de formación, que debe incluir aspectos técnicos y de formación personal, además de ser capaces de guiar las expectativas familiares para influir positivamente en el desarrollo de sus pequeños.

De esta manera podremos apelar a formar una sociedad con mejores personas desde el deporte.

Nueva tecnología permite ejercitar más rápido

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I Motion. Así se llama la tecnología que acaba de llegar a Chile y que promete lograr los resultados de una sesión de ejercicios de dos horas, en tan sólo 20 minutos.

La clave está en un traje de electroestimulación muscular inalámbrico, que permite entrenar con total libertad de movimiento y en cualquier lugar.

"Uno se pone el traje y comienza a sentir como un cosquilleo, pero no molesta porque lo regulan según la comodidad de cada uno", comenta Sofía, una de las primeras personas en probar el I Motion en Chile.

El software tiene 10 programas preestablecidos, entre los que se incluye cardio, fitness, musculación, celulitis y descontracturante, además de otras seis opciones que se pueden adaptar a los requerimientos individuales.

De hecho, en una clase de -por ejemplo- 10 personas, cada una puede trabajar programas distintos, porque el profesor es quien controla los trajes a través de una tablet.

Asimismo, con el traje puesto se puede practicar yoga, zumba, pilates y aerobox, entre otras disciplinas.

"A los pocos minutos de partir el trabajo, te das cuenta de que estás ejercitando mucho más. Es un trabajo súper completo, entretenido y el traje no quita libertad de movimiento como se podría pensar", asegura Sofía.

MEJORAS GENERALES

Por su parte, Alejandra Uribe, kinesióloga y capacitadora de centros Fitbody, que trabaja con esta tecnología, explica que el I Motion mejora el estado de salud en general, y contribuye a reducir el estrés, la ansiedad, la grasa, la celulitis y el dolor de espalda.

"También ayuda a mejorar el aspecto de la piel y a aumentar la masa muscular", añade. "Todas nuestras clases están monitoreadas por un equipo profesional, midiendo la frecuencia cardíaca de los alumnos mientras entrenan. Así se evalúa la potencia correcta de entrenamiento para cada persona", sostiene la kinesióloga.

¿Y los resultados? De acuerdo a Alejandra Uribe éstos se sienten desde la primera sesión y se pueden apreciar según el estado físico que tenga la persona.

La recomendación es practicarlo hasta dos veces por semana, con el único requisito de ser mayor de 16 años y gozar de buena salud. Sólo las personas que portan un marcapasos no pueden utilizar esta tecnología.