Con el objetivo de operativizar el funcionamiento de los embalses de control, se firmó un protocolo, suscrito por la Dirección General de Aguas del MOP, Dirección Nacional Onemi, Dirección Meteorológica de Chile, y los gerentes generales de de Endesa y de Colbún S.A.
Si un embalse tiene capacidad disponible para absorber una crecida prevista, éste sigue operando en forma normal y si no es así, con anterioridad a la llegada de las precipitaciones más intensas, el embalse debe abrir las compuertas para evacuar caudales, en cantidades no superiores a límites predefinidos.
Lo anterior aseguraría que no se produzcan daños aguas abajo, y además de forma tal que pueda generar disponibilidad de almacenamiento para amortiguar la crecida afluente al embalse.
En esta iniciativa participa Onemi por ser el organismo técnico de Estado a cargo de la protección civil; la DGA del MOP por contar con la normativa que regula la operación de embalses de control para eventos de crecidas inminentes y un reglamento que define su operatoria. Mientras que la Dgac, a través de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), como encargado de proporcionar la información meteorológica y climatológica como insumo para activar las medidas preventivas.
"La institucionalidad pública y operadores privados activarán un completo protocolo de coordinaciones y flujo de información que permitan tomar las mejores decisiones para utilizar infraestructura privada, como son los embalses Colbún y Ralco, para la protección civil", destacó Carlos Estévez, director General de Aguas.
En tanto, Onemi levantará la alerta de crecidas en el embalse, previa recepción del "Boletín de Solicitud de Desactivación de Alerta en Embalse por Ley N°20.304"emitido por la DGA.
Finalmente las organizaciones gubernamentales involucradas, así como Endesa y Colbún, acuerdan realizar una vez al año, a más tardar en abril, pruebas de los mecanismos de comunicación y entrega de información dispuestos en el protocolo suscrito.