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"Los 100 metros de la Catedral"

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El reportaje "Los 100 metros de la Catedral", aparecido el domingo 27 de marzo en el contexto de la Semana Santa, fue un aporte al conocimiento de cada penquista ya sea católico o no. Con gran interés observé las fotografías que cuentan de su historia, sin embargo al leer el texto del "Altar de la Virgen" encontré una omisión que considero necesario arreglar.

Como dice el artículo, por el terremoto del 2010 esa magnífica obra de la Virgen en madera de cedro y de la época del 1700, cayó del altar y sufrió graves daños. El autor de esta obra efectivamente es desconocido, sin embargo el escultor que tuvo el encargo de restaurarla es ampliamente conocido por su oficio realizado con gran maestría a lo largo de su vida. Me refiero al artista Ángel Vicente Cerró, escultor, sacerdote que pertenece a la comunidad de los Padres de Schoenstatt. En 1950, con 18 años, y acompañado de su hermano, llegó desde Venezuela con la idea de estudiar en la Facultad de Bellas Artes, viajó en una motonave sueca de clase única. Al llegar a Valparaíso y bajar del barco le dijo a su hermano: "Esto era lo que yo esperaba… No me voy más de Chile. Aquí me quedo para siempre".

En la universidad tuvo grandes profesores con quienes se entendió, como Marta Colvin, al inicio, y luego Lily Garafulic, al comenzar a trabajar en piedra. Según sus propias palabras, "cuando estaba en tercer y cuarto año de Bellas Artes, comencé a sentir que el arte no me llenaba y que necesitaba algo que me llevara a más plenitud. De repente, descubrí que ese algo era la vocación al sacerdocio… Corté drásticamente con mi vocación artística. Fui a la Facultad de Bellas Artes y anuncié que me retiraba de la carrera. Regalé todas mis cosas, todas las esculturas de estudio que había hecho, las estructuras. Tiré muchas obras al Mapocho…Entré al noviciado con la idea de una renuncia total."

El Padre Ángel comenzó en el arte religioso haciendo un pesebre y luego producto de un proceso espiritual su obra se fue plasmando en el arte religioso, expresando un mensaje en cada obra. La restauración de obras coloniales es algo que le encanta. Él mismo dijo del trabajo realizado a la Virgen de la Catedral: "Gocé mucho con la restauración de la Virgen de Concepción, la Inmaculada de la Catedral, porque es una maravilla. Es una de las mejores esculturas de arte antiguo y era una pena que la restauraran mal. Restaurar y crear son procesos diferentes, ya que el restaurador tiene que conservar la mayor parte de lo que es arte autentico antiguo. No debe ni mejorar ni pintar, sino tratar de imitar lo antiguo en la parte que hay que restaurar. Y eso es difícil".

Es además el escultor de la "Virgen del Cerro", perteneciente a la Diócesis de Concepción. Esta obra de material resina y de cinco metros de altura fue realizada el año 2006 y su nombre es Aurora de Redención. Cada 8 de diciembre, son miles las personas que peregrinan hasta el cerro, para a los pies de la Inmaculada renovarse, agradecer, entregar y pedir su protección maternal. Tiene su taller junto al Santuario de Montahue, en el camino a Santa Juana, y desde ahí salió la Inmaculada restaurada camino a la Catedral para ser nuevamente ubicada en el altar, ahora portando una hermosa corona.