Profesores deben impostar la voz para no dañarla en clases
Al pensar en una sala de clases, además de un pizarrón, pupitres y estudiantes hay otra imagen que se viene a la mente: la escena de los profesores alzando el tono de voz para poder mantener el orden o la atención de sus estudiantes. Esto sería, según los fonoaudiólogos, un claro reflejo del deterioro al que están expuestos los profesionales que trabajan con la voz y que carecen de una técnica vocal adecuada.
Y es que según explica Jorge Aravena, docente de la escuela de Fonoaudiología de la Universidad Santo Tomás Concepción, la voz es un instrumento fundamental para los profesores, pues a través de ella entregan la mayor cantidad de contenidos, en jornadas extensas en las que, además, reiteradamente deben forzarla para atraer la atención de los alumnos. "Esto desgasta y deteriora las cuerdas vocales, causando lesiones que pueden transformarse en crónicas", puntualiza.
Las disfonías serían las manfiestaciones más habituales, una enfermedad que produce una pérdida parcial de los parámetros de la voz; es decir, en su tono, timbre e intensidad, dice el especialista.
IMPOSTAR LA VOZ
Según la Unesco, el 46 % de los profesionales en Chile sufre de algún problema en su voz dentro de su periodo activo de profesión, básicamente porque son muy pocos los que manejan una técnica vocal.
"Existen cursos de Impostación de la Voz, cuya duración promedia uno o dos días, y pese a que entregan estrategias, poco podrán modificar esta situación si no existe una hábito adecuado para producir la voz. Esto requiere de un trabajo constante y se complementa con medidas que minimicen el riesgo dañar las cuerdas vocales", afirma Aravena.
La buena noticia es que tras un estudio acabado, todos los pacientes pueden solucionar sus dificultades vocales y en ese contexto el rol fundamental es del trabajo conjunto del fonoaudiólogo y el otorrinolaringólogo, quienes tratarán la patología abarcando todos los aspectos de la técnica vocal, incluyendo respiración, postura, proyección de la voz, eficiencia en la producción del sonido. En definitiva, "el trabajo de ambos busca educar para que los profesores o cualquier paciente, reduzca el esfuerzo que deben hacer para emitir sonidos", finaliza.