Tras la fecha de las clasificatorias, las posibilidades se mantienen intactas. Tres unidades nos separan de los equipos que están en las primeras posiciones del grupo. Pero siete selecciones tienen aún opciones de lograr uno de los cuatro cupos para Rusia 2018, más el quinto a disputarse con un seleccionado de Oceanía.
Al analizar ambos encuentros, y al margen de la ganancia o pérdida de puntos, Chile exhibió un juego con algunas inconsistencias que debería mejorar si quiere avanzar en las clasificaciones. Sin duda las ausencias por lesiones y castigos han causado una merma en el funcionamiento colectivo. Algunos reemplazos no tienen el mismo nivel y eso se nota en un equipo que ostenta el quinto lugar en el ranking de la FIFA, sólo detrás de Argentina que es segundo y delante de Brasil, sexto.
Ante Argentina faltó profundidad tras recuperar el balón, la transición hacia el ataque fue lenta en beneficio de controlar el juego y no perder tan pronto el balón. Esto le dio tiempo al rival para replegarse y estar bien parado para recuperar el balón, también hubo poco aprovechamiento de las bandas con acciones de desdoblamiento que rompieran la última línea defensiva, escaso juego sin balón con desmarques de ruptura (diagonales hacia adentro o afuera penetrando la defensa rival) y habilitaciones entre líneas a la espalda de los defensas, se atacó en demasía por el centro sin sorpresa y ante el poco espacio se cayó en el pelotazo. Con Argentina perdimos por impericias más que por su buen juego. Conocida es la practicidad del juego de Martino. Punto aparte las lesiones tempranas que influyeron en el juego. Lo positivo, se ganó en juego aéreo y hubo un gol notable de cabeza, crítica recurrente en nuestra selección. Para Pizzi no fue bueno empezar perdiendo, pero le dio la posibilidad de corregir y planificar mejor el encuentro con Venezuela y así los tres puntos se lograron de buena forma. La inclusión de Vidal y Pinilla así lo evidencia.
El equipo tuvo modificaciones posicionales que resultaron, aunque en los primeros 15 minutos eso no se vio. El equipo no se encontró, Venezuela se vio mejor y además anotó el primer gol con ayuda de Herrera. Después de eso Chile mejoró, como si el gol lo hubiese despertado, ganó la posesión del balón y controló el juego hasta que se igualó con un gol por vía aérea.
En la segunda fracción, tras el buen gol de Pinilla, el equipo se soltó, manejó las acciones y pudo definir en dos ocasiones más, mejoró la transición hacia el ataque, el juego por las bandas y acentuado ataque por el sector derecho aunque con complicidad del rival ya que, al estar en desventaja, tuvo que salir a buscar el resultado, abrió las líneas, se alargó y fue perdiendo confianza tras cada gol de nuestra selección.
Chile fue superior y ganó con claridad. Tuvo momentos buenos y no tan buenos en esta ronda de partidos, pero sumando y restando, mejoró y avanzó un peldaño más hacia Rusia 2018.