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Elección de colores podría mejorar el rendimiento

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Detalles como la iluminación, acústica, temperatura, mobiliario y el color puede hacer una gran diferencia en el rendimiento académico y laboral. Es por lo anterior que no da lo mismo qué color escoger en los espacios predilectos orientados al trabajo o al estudio, ya que puede influir directamente en la concentración.

La directora de la Escuela de Diseño de Interiores de la Universidad del Pacífico, Carolina Montt, señaló que "numerosos investigadores han concluido que el color tiene consecuencias sobre el sistema nervioso, la musculatura y la presión sanguínea. Esto produce asociaciones en el cerebro que pueden crear efectos relajantes o estimulantes en las personas, los que son necesarios de considerar".

Un estudio de la Universidad de British Columbia en Vancouver, Canadá, de los investigadores Ravi Mehta y Rui Zhu, mostró una serie de experimentos para conocer cuáles son los colores que estimulan el rendimiento y la creatividad. Para esto reunieron a 600 personas que resolvieron seis test diferentes, que incluían resolver anagramas, memorizar listados de palabras y desarrollar ideas de juguetes, con imágenes y palabras en un computador con fondo azul, blanco y rojo, a fin de evaluar los efectos del color sobre la realización de los ejercicios cognitivos.

La investigación demostró que, en términos generales, las personas expuestas al color azul destacaron en el test de creatividad, mientras que las que estuvieron expuestas al color rojo obtuvieron mejores resultados en las pruebas de memoria y atención.

Los tonos azules inducen a descubrir nuevas posibilidades, estimulando el pensamiento creativo y la resolución de problemas, mientras que el rojo fomenta la atención en los detalles, lo que favorece la lectura comprensiva y la memoria, pues impulsa una actitud de detención y alerta.

"De esta forma, quienes estuvieron expuestos al color azul resolvieron los problemas planteados en menor tiempo que los que estuvieron expuestos al rojo, ya que estos últimos prestaron mayor atención a los test de detalle y memoria", explicó Montt.

Según los propios investigadores, estos resultados pueden tener un amplio rango de aplicaciones.

En este sentido la docente explicó que el uso se puede dar por ejemplo, en la selección de determinado color en oficinas y creación de campañas de publicidad, en instalaciones educativas, espacios de trabajo y estudio, y etiquetas de advertencia, entre otras.

Frenar la deserción escolar es la gran tarea educativa pendiente

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Ponerse la mochila, ir al colegio, compartir con compañeros, escuchar a los profesores y volver al hogar llenos de ideas, conocimientos y nuevos desafíos.

¿En qué parte de esa rutina entran los casi 100 mil niños, niñas y adolescentes de entre 6 y 18 años que se encuentran fuera del sistema estudiantil?

Se trata de un grupo que día a día viven una preocupante realidad, que queda en evidencia con la puesta en marcha del año escolar.

Según datos de la última encuesta Casen, la decisión de no ir a la escuela pasaría por las malas experiencias en el sistema educativo formal.

La mencionada cifra incluye a los 21 mil niños, niñas y jóvenes que pertenecen a los segmentos más pobres del país y que no pueden acceder al sistema educativo por sus altos niveles de vulnerabilidad.

En Chile, parte importante de los adolescentes corre el riesgo de ser excluido del sistema educacional a causa de dificultades de aprendizaje, bajo rendimiento, ausentismo, repitencia, indisciplina o necesidades económicas.

Un contexto en el que se hace urgente contar con medidas que fomenten no sólo el regreso de los jóvenes al sistema escolar, sino que además un fuerte apoyo que permita que se mantengan el él.

Cadena de errores

Teresa García trabajó por varios años en el área de reinserción. Conoce bien la realidad de los niños y jóvenes que abandonan la educación y asegura que revertir esta realidad es tan compleja como necesaria.

"El número de quienes dejan de estudiar es demasiado alto. Nadie puede quedarse tranquilo habiendo un panorama como ese", afirmó.

Según explicó la cadena de errores es la que hace que esos menores de edad terminen "perdiéndose", desapareciendo del sistema.

"Estos niños dejan de ir a clases, pero es muy importante cómo el colegio registra ese abandono. Si no se pesquisa adecuadamente, si no se hace un rescate, nadie se va a dar cuenta de que ese niño no está estudiando", advirtió.

Si el establecimiento educacional no es capaz detectar la situación, derivar al niño o buscar apoyo oportunamente en las redes, el afectado va a pasar a "invisibilizarse", es decir, no va a aparecer en el sistema.

"Finalmente el sistema únicamente lo va a identificar cuando este niño esté involucrado en una situación de delito o de mayor vulneración. Ahí recién va a ser posible ver que no está asistiendo a clases. Pero detrás de esto hubo una cadena de acciones no ejecutadas a tiempo. Es por eso que la exclusión escolar debe ser vista como una responsabilidad de todo el circuito que debiera dar protección al niño", afirmó la profesional.

Reconocer las causas

Trabajo, maternidad, paternidad o embarazo, dificultad económica, falta de interés, ayudar en la casa o quehaceres del hogar y problemas de rendimiento, son las principales causas que gatillan la ausencia en clases de adolescentes y jóvenes entre 14 y 24 años.

Las razones argumentadas varían por género, siendo en el caso de los hombres el trabajo, dificultad económica y falta de interés por estudiar, las que predominan.

En la caso de las acciones que motivan la deserción escolar son maternidad, embarazo, trabajo y ayuda en la casa o quehaceres del hogar.

Según manifestó García, el principal problema de las distintas iniciativas es no logran ajustarse a las realidades sociales y económicas en las que encuentran los niños y jóvenes y que los llevan a dejar de estudiar.

"Un ejemplo de ello son los proyectos de reinserción a los que entrega recursos el Mineduc, que presentan experiencias pequeñas, aisladas con recursos que no son permanentes y a los que se deben postular, con un trabajo que dura entre 7 a 9 meses. Con esas condiciones las posibilidades de reinserción real son bajas, porque un niño que lleva dos años de deserción y se deja matriculado en la educación formal, si no tiene acompañamiento de continuidad va a volver a desertar", planteó.

Un trabajo efectivo será aquel que logre identificar las causas de deserción, entregando soluciones, apoyo y alternativas para que los niños y jóvenes puedan regresar a las clases.

"Si no se trabaja adecuadamente a partir de la realidad de cada niño, va a ser difícil que vuelva al colegio. Además, se necesita tener muchos recursos al lado, tanto de financiamiento de proyectos como de la conformación de un equipo de trabajo", aseguró Teresa.

Financiar proyectos de manera aislada, hace que la posibilidad de éxito sea baja, afectado volverá a desertar y se genera un círculo.

"Al no existir una política permanente de deserción es muy difícil evaluar los resultados. Hay una tarea pendiente muy grande, una gran responsabilidad", afirmó.