"Batman vs Superman": Un gran espectáculo que termina por decepcionar
"Batman vs Superman" es uno de los estrenos más esperados del año. Pese a la ansiedad que la premiere de la película provocó, la mala campaña de marketing, con trailers que mostraban demasiado, generó las primeras dudas. ¿El resultado? Mixto, quizás más positivo que negativo.
Lo cierto es que logra un objetivo fundamental: ser un filme entretenido, que capta el interés del espectador y querer, durante la mayor parte del metraje, que llegue el momento entre la confrontación de los héroes. Visualmente, Zack Snyder monta un espectáculo alucinante, con notables escenas de acción y algunos momentos de tensión realizados a la perfección.
Ben Affleck como Batman también es un punto alto. Logra impregnarle al personaje el nuevo aire que necesitaba: aquí vemos a un Bruce Wayne más viejo, más cansado, más "cruel", en palabras del mismo Alfred (otro acierto de casting al sumar a un brillante Jeremy Irons). Es posible apreciar la vulnerabilidad del personaje y toda la construcción de su inminente batalla contra Superman es lo mejor.
Y quizás aquí puedo explicar el aspecto en el que "Batman vs Superman" falla catastróficamente. La cinta busca contar dos historias: por un lado el enfrentamiento entre ambos héroes y por otro los orígenes de la Liga de la Justicia, algo que Warner parece desesperado por lograr lo antes posible. Por lo mismo, la cinta nunca logra combinar del todo ambas historias, arruinando algunos de sus puntos más altos en un intento por potenciar arcos argumentales que parecen fuera de lugar. Termina por manchar la narrativa haciéndola confusa y algo apresurada.
Prueba de ello es la súbita introducción, casi ridícula, de algunos otros personajes que participarán en este nuevo universo de superhéroes DC Comics que estamos viendo. Las ansias del estudio por estructurar un mundo en el que puedan funcionar otras apuestas termina por arruinar lo que la mayoría estaba esperando de este largo: una batalla épica entre Batman y Superman. Prueba de ello es el tercer acto que, sin entrar en spoilers, es un festival de efectos visuales y tomas inspiradas en un videojuego, completamente fuera del tono oscuro que primó en la narrativa durante la mayor parte del filme.
Igualmente, no es una mala experiencia, pues logra entretener y alcanzar momentos de gran emotividad. Lamentablemente, no se puede negar que el resultado final parece ser un desperdicio si se considera el enorme potencial que se puede ver a ratos y, sobre todo, en la inspiración que pudieron entregar los cómics.