Falsas creencias impiden disfrutar plenamente de la lactancia materna
El amamantamiento es una de esas características de la maternidad que primero viene a mente cuando se piensa en ésta. Y lo cierto es que para muchas mujeres se trata de un momento de intimidad, un vínculo de amor, de conexión perfecta entre madre e hijo.
Y es que, justamente, fomentar el apego entre ambos es uno de los múltiples beneficios que la lactancia materna tiene y que se suman a variadas otras bondades como ayudar a una disminución más rápida de peso en la madre y posicionarse como un alimento sin igual, el mejor para dicha etapa de la vida.
Sin embargo, si bien todos los aspectos positivos de la lactancia materna se han expuesto en innumerables ocasiones, la etapa del amamantamiento se puede transformar en un desafío para las mujeres en la actualidad. Así lo sostiene la matrona Katty Poblete Cretier, quien asevera que esto sucede porque "están rodeadas de comentarios que crean en sus mentes barreras y las llenan de miedos y dudas. Así, no logran disfrutar esta etapa. Para tener éxito primero debemos erradicar algunos mitos insertos en nuestra sociedad".
La académica de la carrera de Obstetricia de la Universidad San Sebastián y profesional de la Unidad de Neonatología del Hospital Las Higueras menciona que uno de estos está relacionado con la calidad: "mi leche es muy delgada por eso mi bebé no sube de peso". Éste es falso, pues la leche materna va cambiando su composición con los días; conforme el bebé crece la leche va siendo más madura y acorde a sus necesidades. El calostro, que muchas veces no se considera leche sino "agüita", es rico en propiedades inmunológicas, transformándose en la primera vacuna que el recién nacido recibe de los brazos de su madre. Y es que aquellas gotas que a simple vista carecen de valor es justo lo que el bebé necesita para nutrir su tránsito intestinal y prepararlo para recibir la leche más madura. Además su estómago es tan pequeño como una polquita, por lo tanto, la cantidad no es lo más importante los primeros días, sino la frecuencia.
Y así como el anterior son varias las falsas creencias, que pueden generar temor e inseguridad sobre todo en las madres primerizas y ante la necesidad de erradicarlas, la académica despeja otras frecuentes (ver recuadro).