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Bebidas energéticas pueden aumentar la adrenalina

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A pesar de que las bebidas energéticas gozan de gran popularidad en el país, su consumo no está libre de riesgos para la salud.

Según explicó Stefanie Chalmers, docente de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico, estos productos tienen efecto estimulante del sistema nervioso central, que se traduce en la sensación de energía para realizar alguna actividad.

¿Y qué pasa con las personas que consumen diariamente estas bebidas para mejorar su productividad? La profesional indicó que "el cansancio excesivo suele darse por elevada carga de trabajo, descanso insuficiente o déficit nutritivo que se da al sustituir la alimentación balanceada por snacks y comida rápida. Por lo tanto, la solución se encuentra en corregir estas causas de base y no en ofrecer al organismo una sobredosis de elementos compensatorios como la cafeína".

Peligros

Chalmers advirtió que con la ingesta regular el "efecto rebote" puede llegar a ser muy grande. "El consumo debe ser responsable, es decir eventual para que sus efectos positivos y/o negativos no sean una sorpresa. Por ejemplo, las bebidas energéticas no solo aportan 'energía' (calorías), sino que además contienen sustancias estimulantes del sistema nervioso central. Uno de ellos es la cafeína, vinculada con un efecto rebote o depresor luego de unas horas", agregó.

Entre los efectos nocivos de la cafeína está la dependencia, riesgo cardiovascular y consecuencias neurológicas asociadas a ingestas que bordean los 550 mg/día, lo que podría conducir a repercusiones graves inmediatas en personas susceptibles.

Una bebida energética es la "bomba" de múltiples componentes como carbohidratos, proteínas, lípidos, vitaminas, minerales y aminoácidos.

"En una bebida energética se ofrece una combinación de elementos en proporciones más que suficientes para obtener grandes cantidades de energía necesarias para demandas funcionales extremas. La combinación nutricional que permite este efecto se basa principalmente en incorporar elevadas cantidades de cafeína, vitaminas del complejo B, el aminoácido taurina y azúcar, presentadas en dosis concentradas para conseguir el efecto deseado, aunque en muchos casos, lamentablemente, tampoco se pueden evitar efectos indeseados", enumeró la docente.

Entre los ingredientes de una bebida energética la cafeína es la más dañina, sobre todo en adolescentes. En promedio, una lata puede tener entre 80 y 100 mg de cafeína, sin sumar las no incluidas en la lista total, procedentes de aditivos como guaraná, nuez de cola o mate. "La cafeína es un alcaloide y su consumo no es recomendado antes de terminar el desarrollo del organismo, por lo que estudiantes adolescentes podrían obtener perjuicios a largo plazo por su consumo. La dosis diaria no debería superar los 100 mg. En el caso de los adultos, el máximo de cafeína al día es de 300 mg. Es por esto que, sumando los otros elementos incluidos en una bebida energética, pueden consumir máximo una lata al día", recomienda la nutricionista.

Otros

Otro elemento presente es la taurina sintética, en cerca de mil miligramos en cada lata. Se recomienda no superar la ingesta de 100 a 150 mg/día en un adulto.

"La taurina está presente en los alimentos ricos en proteínas como los huevos, leche, carnes y las algas, y además el organismo es capaz de producir taurina, por lo que bajo condiciones fisiológicas su consumo concentrado en bebidas no es necesario y hasta podría ser riesgoso", apuntó la experta.

"La Pasión del Señor"

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La Pasión de Jesús es la entraña del cristianismo. Si algo caracteriza la identidad de nuestra fe es la Pasión de Jesús. Por eso la imagen de Cristo crucificado dice casi todo sobre nuestra fe. Sí, casi todo, porque tampoco la muerte de Jesús en la cruz romana es la última palabra de la fe, sino la resurrección del Señor. Eso es la Pascua de Jesús que celebramos en estos días.

El significado y alcance de su Pasión, los dio Jesús en la Última Cena y nosotros lo revivimos cada vez que celebramos la eucaristía o misa. La Última Cena fue una "acción profética", con el gesto de partir el pan y dar a beber la copa, diciendo respectivamente "esto es mi cuerpo" y "esto es mi sangre derramada", así separado uno de la otra, indicó por adelantado, es decir, profetizó su muerte inminente.

Y nosotros lo decimos también en la Misa tras la consagración, cuando de pie (porque es una aclamación) exclamamos: "¡Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven, Señor Jesús!".

La Pasión de Jesús es ciertamente "el misterio de nuestra fe". Un misterio que Dios quiere mostrar, revelar, comunicar y anunciar, y que nos llama (por eso somos "Iglesia", asamblea de los que hemos sido llamados por pura misericordia) a acogerlo, conocerlo y vivirlo.

Con su muerte, Jesús ya mostró hasta dónde ha querido llegar Dios para llamarnos a la Salvación, es decir, a estar con Él: "Dar sin condiciones su propia vida totalmente a favor nuestro".

Y con su resurrección ha puesto el sello de garantía definitivo a su Palabra y a su promesa de salvación: "¡Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso!". Los cristianos no creemos en especulaciones fantasiosas.

Nuestra fe es "memoria" de la Vida y Pasión de Jesús, validada por su resurrección de entre los muertos, y es "esperanza gozosa" en su venida gloriosa, porque la vida eterna que Él promete no es otra cosa sino "estar con Él". Eso es ya la Eucaristía.