Descuartizador había trabajado en una funeraria
La experiencia que adquirió en la funeraria de su padre fue clave para el colombiano Erwin Valdés Ortiz (25) a la hora de cometer el crimen contra su pareja, la también colombiana Giuliana Andrea Acevedo (21), cuyos restos descuartizados fueron encontrados el domingo en el río Mapocho, en Santiago.
Según publicó ayer La Segunda, el antecedente fue entregado durante la audiencia de formalización por femicidio en contra de Valdés, donde se detalló que luego de estrangular a la joven, el hombre la llevó hasta el baño del departamento que ambos compartían en Santiago Centro.
El fiscal de la zona metropolitana Centro Norte, Ricardo Peña, reveló que posteriormente la llevó hasta el baño, donde separó su cuerpo en partes con un cuchillo de 14,3 centímetros.
Luego, y gracias a sus conocimientos forenses, hizo torniquetes con cordones de zapatos para evitar el escurrimiento de la sangre en los extremos de los restos cortados, para después arrojarlos al río, a la altura de Estación Mapocho, sin que nadie se percatara.
Durante la audiencia de formalización también se reveló que una pedicurista colombiana fue quien reconoció el trabajo que había hecho en el dedo del pie de la joven asesinada y dio aviso a la PDI.
La nacionalidad extranjera de la joven y el hecho de que no había antecedentes suyos en el Registro Civil dificultaron en un principio su identificación por parte de la Policía de Investigaciones, pero ayer finalmente se conoció su nombre, gracias a la colaboración de Interpol Colombia.
Valdés fue detenido la noche del martes por efectivos de la Brigada de Homicidios (BH) Metropolitana de la PDI y confesó su autoría en el crimen.
El subprefecto José Ortiz, jefe de la BH, detalló que había "violencia mutua que había entre los dos. Tienen una relación de convivencia desde el año pasado y llegaron en noviembre a Chile".