El pintor autodidacta que hizo del arte un hobbie bien planteado
Las 30 obras que componen la exposición sin título de Joaquín Echeverría Ossa, en la sala del Arzobispado de Concepción, explican que a veces el estudio formal no necesariamente es condición para la creación y el arte.
Y aunque este santiaguino de nacimiento con residencia en Concepción desde 1986 realizó algunos cursos en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1960, sus pretensiones son mucho más simples. "De hecho, esta muestra me va a permitir mostrar estas pinturas a la ciudad y los amigos más cercanos. Trata sobre lo que he realizado este último tiempo", señala "Jecheo", su nombre artístico, hasta con cierta modestia.
Ello se explica en que la presente nos encontramos con una mirada que logra emociones, profundidad y dominio de la luz. Éste último, un detalle no menor, que explica su apego al impresionismo. "Las obras que verá la gente son creaciones de estos últimos tres años", indica, quien dice no pretender proyectarse en el arte, más que como un hobbie.
Claro que uno hecho con dedicación y una técnica que no deja de llamar la atención, sobre todo, por la construcción de mensaje con colores y motivos simples. Las preferencias temáticas de Echeverría se acercan a las naturalezas muertas, paisajes y marinas.
JUGAR UN POCO
"No me gusta lo que no se entiende", apunta el creador de 78 años, quien también estuvo bajo la formación de Miguel Venegas Cifuentes: reconocido como uno de los grandes representantes del realismo en nuestro país (Claudio Bravo y Nemesio Antúnez fueron sus alumnos).
Ahora, sorprende encontrarse en esta colección con una obra como "Naranjas voladoras", suerte de cruce surrealista con música de Pink Floyd. "Este cuadro lo hice para jugar un poco y combinar con la luz", dice, intención que también se palpa en "La calle azul", de las más interesantes propuestas de esta primera exposición de "Jecheo" en Concepción.
Más que esperar una consagración, "a estas alturas de mi vida", lo que pretende es aprovechar el don que tuvo desde pequeño para con el dibujo. Con los años fue adquiriendo forma en cuadros de botes, momentos y miradas como los que ahora lucen en el espacio penquista ubicado a un costado de la Catedral.
La exposición estará abierta al público, a partir de mañana de manera gratuita. La inauguración es hoy, a las 19 horas.