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Las deudas pendientes con las mujeres y sus derechos

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El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, en conmemoración de la igualdad de participación de la mujer en la sociedad, sin discriminación, en pos de su desarrollo integral como persona.

Sin duda, la tragedia de 1911, cuando cerca de 150 obreras murieron en la lucha por mejorar sus condiciones laborales, marcó un hito histórico. Así, la Organización de Naciones Unidas ha desarrollado cuatro conferencias mundiales sobre la mujer. En la última de Beijing en 1995, se generó una declaración y plataforma de acción a favor del empoderamiento de ésta y el logro de la igualdad de género en diversas áreas tales como pobreza, educación y capacitación, salud, violencia, ejercicio del poder y protección de la niña.

La sociedad chilena no ha estado ajena a la implementación de estos lineamientos y a la evolución que la mujer ha tenido desde sus roles tradicionales de madre y pareja, hasta los actuales en el mundo laboral, político, científico tecnológico y gremial. Este desplazamiento de la crianza de los hijos y las labores de casa no ha estado exenta de conflictos culturales y cuestionamiento social de lo que se considera femenino y masculino en América Latina, los que han impactado en la salud y calidad de vida de la mujer: tasas elevadas de estrés y depresión, adicciones al hábito tabáquico y el consumo de alcohol, violencia doméstica, obesidad, enfermedades cardiovasculares, cánceres extra genital como el pulmonar y vesicular.

La participación laboral de las mujeres en Chile se ha incrementado notablemente en las últimas décadas. No obstante, este 50% de participación es inferior a la de los hombres y una de las tasas más bajas entre los países adscritos a la Ocde. Aun así, las mujeres chilenas jefas de hogar corresponden a cerca del 37%. Lamentablemente, muchas acceden a trabajos con salarios bajos y están condicionadas al tiempo que tienen disponible después de cumplir las labores de casa y cuidado familiar. Hay brechas importantes que superar en equidad salarial y oportunidades de desarrollo, a pesar de que el Estado ha avanzado en aspectos de postnatal extendido para favorecer el apego, la lactancia y la vida familiar.

Por otra parte, la mejora en los índices del nivel educacional de la mujer chilena ha impactado no sólo en sus oportunidades de desarrollo, sino también ha influido en la visión que ésta tiene sobre la maternidad. Junto con el acceso a los métodos anticonceptivos, hemos evolucionado hacia una de las tasas de natalidad más bajas dentro de la región. El promedio de hijos por mujer en edad fértil es de 1.45 por mujer y se observa un aplazamiento de la gestación hacia edades más tardías. No obstante, las tasas de fertilidad en la adolescente siguen elevadas, lo que implica sobre 30.000 partos de madres precoces. La pobreza, la inequidad y la falta de educación sexual están presentes en su incidencia.

En el análisis debemos considerar que más de la mitad de nuestra población corresponde al sexo femenino y, tenemos más mujeres que hombres que sobreviven a edades más avanzadas. Esto también marca aspectos en la salud femenina, en que se deben orientar desafíos en mejorar la calidad de vida de la mujer climatérica y una mejora de los servicios y calidad de atención en edad post reproductiva.

Abordar hoy en forma integral la salud de la mujer trasciende la esfera sólo biológica y acotada a sus órganos reproductivos. Y, hay mucho que avanzar en políticas públicas, legislación y educación.

Manipulación también contribuye a tener una alimentación saludable

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Comenzó la temporada escolar y las colaciones se pueden transformar en un problema para los padres, complejidad que se exacerba cuando a esto se suma que muchos niños y jóvenes deben almorzar en el establecimiento educacional.

La preocupación es siempre promover una alimentación saludable, sin embargo, esto va mucho más allá de escoger productos de alto valor nutricional, sino que también debe ir de la mano de su correcta manipulación y conservación, de manera de evitar enfermedades de transmisión alimentaria (ETA). Sobre esto, Carolina Arenas, ingeniera en Alimentos, aclara que son diversos los factores que afectan la seguridad sanitaria de los productos que se van a consumir, tales como los hábitos higiénicos de quienes los manipulan, la cadena de frío durante toda la preparación de los alimentos, el estado y conservación de las materias primas, la condición higiénica de las instalaciones, manejo de vectores y la contaminación cruzada. "La seguridad de los alimentos se puede ver alterada incluso cuando solo uno de estos factores está presente", puntualiza la docente de Gastronomía Internacional de Duoc UC sede Concepción.

CONSERVACIÓN ÓPTIMA

La profesional explica que todo alimento que se envíe como colación, sobre todo cuando se trata de niños, quienes tienen mayor susceptibilidad para adquirir alguna ETA, deben permanecer en sus envases originales y en formato individual. Dice que los envases de mayor formato no son recomendables, así como tampoco lo es enviar porciones diarias almacenando cada día el mismo alimento, ya que éste tendría mayor probabilidad de contaminarse al no permanecer herméticamente sellado. "En el caso de frutas, verduras o panes, lo más aconsejable es utilizar bolsas herméticas de un solo uso. Lo que significa que debemos evitar los envases plásticos que lavamos varias veces o la reutilización de las bolsas herméticas", afirma.

También llama a poner atención con aquellos alimentos que tienen una mayor capacidad de descomponerse rápidamente ante condiciones adversas, es decir los que tienen mayor contenido de agua y proteína como lácteos, carnes y embutidos. "No es recomendable, en primera instancia, enviar de colación alimentos calientes como sopas, estofado de carne, hamburguesas, vienesas, jamones, quesos amarillos y quesos blancos, entre otros, sobre todo por el tiempo que permanecen dentro del rango de temperatura crítica", agrega. Sobre este punto, es importante aclarar que entre los 5 y 60ºC se considera un rango de temperatura favorable para el desarrollo de microorganismos.

Por lo contrario, destaca que es una mejor opción apostar por verduras como ensaladas frías, en forma de palitos o cubitos listos para consumir; así como también frutas, cereales, lácteos envasados en formato individual, frutos secos o panes integrales.

Eso sí, asevera que todos los alimentos, incluso aquellos que son críticos, pueden almacenarse de un día para otro si esto se realiza de forma adecuada. Esto quiere decir que sea en un ambiente que los aleje de una temperatura crítica (debe ser menor a 4ºC, que es la que se encuentre en la parte baja del refrigerador). "Si sabemos que los alimentos no van a ser utilizados dentro de las próximas 48 horas, éstos, necesariamente, deben ser congelados (-18°C)", concluye.