Focalizan trabajo en 35 colegios calificados como deficientes
Aprovechando la reunión que tradicionalmente se hace antes del inicio de clases, para revisar la planificación del año escolar, las autoridades de Educación recordaron ciertos cambios que comenzarán a implementarse este año.
El trabajo en Concepción se inició ayer y termina hoy e involucra al equipo directivo de cada recinto educacional. Se repetirá lo mismo en el resto de la Región.
Gino Cortez, director de la Macrozona Centro Sur de la Agencia de la Calidad en la Educación, explicó que ya partió en marcha blanca el sistema de aseguramiento de la calidad, el que entrará en vigencia el segundo semestre. Este sistema agrupa a los establecimientos educacionales en cuatro categorías: alto, medio, medio-bajo e insuficiente.
De los 1.553 establecimientos que hay en todo el Biobío, 35 de ellos se encuentran en la última clasificación, mencionó Cortez. Especificó que con ellos se trabajará un plan especial para que mejoren sus indicadores. Esto, ya que aquellos que no mejoren arriesgan el cierre.
"Este año el seremi de Educación, Sergio Camus, nos ha pedido que pongamos nuestros esfuerzos en estos establecimientos educacionales y así lograr desplazarlos hacia los niveles superiores. Pero el apoyo también va a estar en los establecimientos medios bajos. Y también vamos a ir a los que están con desempeño alto, porque nos interesa saber qué hacen esos establecimientos para estar en esa categoría", detalló el agente zonal.
Categorización
La clasificación de los recintos educacionales no sólo se hace en base al Simce, aclaró Gino Cortez. De hecho, explicó, lo que se toma como referencia -y que influye en un 67%- es el estándar de aprendizaje, que es la distribución de los estudiantes según los distintos niveles de logro en el Simce.
Añadió que el otro 33% se obtiene de los otros indicadores, como convivencia escolar, equidad de género, hábitos de vida saludable o qué tanta formación ciudadana tienen en el establecimiento.
"Ese 100% se ajusta luego según el contexto socioeconómico, por ejemplo, considerando cuál es la escolaridad de la mamá. Se hace justicia, en el fondo. Y se entrega al final la categoría de desempeño", planteó.
"Esta categoría de desempeño nos permite focalizar esfuerzos en aquellos establecimientos que más tienen necesidades, que son aquellos calificados como insuficientes, para que nosotros, como sistema de aseguramiento, pongamos a disposición a nuestros funcionarios", expresó Cortez.
Trabajo
El seremi, Sergio Camus, agregó que no existe una receta estandarizada y que la estrategia que se aplicará en estos 35 colegios es única. Se basa, aseguró, en dar cuenta de requerimientos y necesidades que cada establecimiento educacional tiene en base a la particularidad de cada población estudiantil que atiende.
"El acompañamiento busca pesquisar esas necesidades e implementar las acciones que permitan acompañar el desarrollo del proceso educativo de cada proceso", puntualizó.
Esto se hace en base a un informe que identifica los nudos críticos y entrega lineamientos de hacia dónde debiera avanzar. Con este documento trabaja un supervisor del Ministerio de Educación, que le hace un seguimiento. Para ello se ha fijado un plan que contempla al menos 20 visitas durante el año (esto equivale a unas dos mensuales, aproximadamente), lo que permite hacerle seguimiento al plan.
"El Mineduc, en base a la visita que realiza a través de la línea de supervisores, va tomando conocimiento de este plan, va haciendo las adecuaciones y el acompañamiento que permita su implementación efectiva", agregó el seremi Camus.
Implicancias
La implementación del sistema de acompañamiento se desprende de la Ley de Aseguramiento de la Calidad que se aprobó en 2011.
Una de las principales consecuencias que considera es que aquellos establecimientos educacionales que no mejoren su desempeño en un lapso de cuatro años y además se mantengan en la peor categoría, serán obligados a cerrar.
De acuerdo a la última clasificación de la Agencia de Calidad, que analizó 5.473 recintos de educación básica del país, 691 establecimientos se encuentran catalogados como insuficientes, de los cuales 35 están en la Región del Biobío.