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27/F: seis años después

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Han transcurrido 6 años de uno de los acontecimientos naturales que más ha marcado a los chilenos, y parte del mundo, el terremoto del 27 de febrero. Siendo aún miembro del Cuerpo de Bombero de Viña del Mar, junto a Mario Camblor Concha, experimentado rescatista urbano, viajamos por vía terrestre a la ciudad de Talcahuano. El viaje fue largo y extenuante no exento de cortes de camino y a medida que nos acercábamos al epicentro aumentaba el daño del fenómeno telúrico.

Nuestro viaje a la ciudad puerto correspondió a razones de servicio pero también de índole personal, nuestras respectivas familias maternas eran de la zona, llevábamos víveres y elementos para un levantamiento inicial de información. Llegamos a la ciudad en medio de un ambiente gris, ya estaban organizados los vecinos en cuadrillas de seguridad en diversas zonas. Vimos solidaridad y humanidad aun en el desastre, el fango negro de lo que había dejado el maremoto aun cubría las calles, era un espectáculo desolador.

Llegamos a la ciudad de Talcahuano justo antes del primer despliegue militar, vimos como las personas aplaudían a las FF.AA. y de orden, recibíamos agradecimientos de una población devastada al ver nuestros uniformes. Observamos saqueos, peleas callejeras e incendios intencionales, grafittis, varios que señalaban "aquí ya saquearon".

A pesar de la pérdida material casi total de las casas nuestras familias en la zona del Arenal y las Canchas se encontraban sin novedad. Poco importaba ante tanto desastre, recorrimos el Molo 500 buscando familiares y escuchamos de primera fuente la historia de los submarinistas y marinos que sufrieron la fuerza de las olas, el monitor Huáscar aún se mantenía a flote y, a solicitud de Juan Romero, veterano bombero viñamarino, capte una fotografía con ese baluarte de gloria a mis espaldas.

Tras seis años de tan duro hecho hemos vistos diversos avances en el sistema nacional de Emergencia, se entregaron fondos para renovar unidades de bomberos, tanto cuarteles como carrosbomba que han llegado desde el 2011 a la fecha en un proyecto notable, se modernizo la Academia Nacional de Bomberos, tanto en infraestructura como su malla curricular, se avanzó en la modernización de la Onemi, y las FF.AA. Como siempre han estado a la altura de las circunstancias para operaciones distinta a la guerra y han sido claves en el momento de la emergencia pero también posterior a ellas.

Sin embargo, quedan muchos temas pendientes: mejorar financiamiento y operatividad de los voluntarios de la Defensa Civil, revalorar el rol de Carabineros de Chile, modernizar el proyecto de Onemi, generar los profesionales necesarios para este tipo de acontecimientos, pensar el país con una cultura de la emergencia que va más allá de un terremoto, aluviones o temporales, es el pensamiento integral desde la formación inicial en la consciencia de nuestro contexto como también en nuestros lugares de trabajo.

A un gran maestro, con cariño

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En días recientes nos dejó un profesor que con sus lecciones de matemáticas llenó un gran espacio de tiempo en las aulas del Liceo Coeducacional de Coronel, hoy "Antonio Salamanca Morales". Donde permaneció desde fines de los años 50 hasta pasados los 90 ilustrando a miles de jóvenes en los recovecos de la geometría, ecuaciones, logaritmos, raíces cuadradas, etc. Y sin necesidad de un Baldor o un Proschle a mano.

Don Tomás Fuentes Beltrán empezó joven en el viejo liceo de Montt con Balmaceda, en tiempos de una altísima demanda del Coeducacional, que atendía a los jóvenes de casa y además de Lota, comunas araucanas y San Pedro. Tanto, que mientras se construía el flamante nuevo edificio -comienzos de los 60- muchas de sus clases las hizo en bancos de la plaza o en una sala de la parroquia. Tiempos en que el rector Salamanca hablaba del "viejo cascarón" y del "nuevo cascarón".

Fue parte de un elenco de sobresalientes maestros como Héctor Barría, Alicia Arenas, Héctor Rudolph, Rosa Ogalde, Hugo Venegas, Alejandro Witker, Orfelia Contreras, Salvador Dides, Inés Caro, Jaime Catalán y tantos(as) otros(as) tan o más referenciales. ¿Alumnos? -¡uf, entre miles!- Humberto Sánchez, Roberto y Rogelio Vigueras, Sergio Pérez, Rodrigo Menéndez, Pedro Silva, Juanita Gutiérrez, Ivette Burgos, Ivette Erratchou, Chari Rubio, Jaime Jara y Henry Monks (ambos, cracks del básquetbol), Walter Rivas, los hermanos Vega y Manríquez, Marcelo Benavente, Adolfo Nef.

Claro, en el contexto de una comunidad estudiantil con muchas meritorias y bellísimas niñas.

También iba a otros territorios, a liceos privados, en comisiones que salían a validar los exámenes anuales. Todo, antes de que fruto del exitoso cometido, el rector Salamanca lograra fundar liceos fiscales…en la provincia de Arauco, en Lota, San Pedro y Santa Juana.

Con gesto adusto, casi grave, hacía sus clases invitando siempre a la responsabilidad de los alumnos, que respetaban su estilo, el cual ignoraba a los distraídos. Porque el maestro también sabía enojarse. Cuántos estudiantes, ya profesionales: ingenieros, profesores, médicos, dentistas y abogados, o simplemente trabajadores sólidos en la vida, volvían a saludarlo y agradecerle llevándole algún recuerdo, o para compartir un momento.

Fue de esos clásicos docentes antiguos que con rigor notable e intransables lecciones ayudaban a la nación a formar contingentes de buenos ciudadanos y cuadros humanos, como lo reafirmara en la despedida una autoridad del actual "Antonio Salamanca".

Fue el legado del inolvidable y querido maestro. Gracias don Tomás, gracias Tomás.