Bajas ventas y poco público: los problemas de la Feria de Collao
Clara Pérez llegaba con cuatro cajones llenos de duraznos para venderlos en la conocida como Feria de Collao. Ahora sólo puede traer uno y si es que tiene suerte lo vende completo. Pero la suerte se ha puesto muy escasa desde hace casi dos meses. Más del 50% de sus ventas han bajado durante este tiempo y tiene miedo de que con la llegada del invierno la situación empeore.
Y no es la única que se encuentra en esa situación. La mayoría de los 217 socios con los que cuenta la feria libre sacan cuentas tristes desde que están ubicados en los estacionamientos del Estadio Ester Roa de Concepción, justo por la calle General Bonilla.
Tras la remodelación del recinto deportivo se les asignó esta nueva ubicación, con lo que tuvieron que dejar atrás el emplazamiento que habían usado por años en el frontis del recinto deportivo y que les dio su nombre, al igual que la calle: Collao.
ITINERANTES
El presidente del sindicato 1 de los feriantes, Iván Vera, no oculta su molestia. Las condiciones a las que estaban acostumbrados y que los caracterizaba cada vez son más diferentes que ya no sabe dónde van a terminar.
"Nosotros somos hijos de feriantes, desde que esta feria comenzó el año 1964 y toda la vida hemos sido abiertas. Acá nos quieren transformar en una vega, que seamos cerrados y eso es matar la tradición. En otros países están orgullosos de sus ferias, pero acá nos están escondiendo, ya nadie nos ve", planteó el dirigente.
Con lo anterior se refiere al horario de apertura y cierre de la feria. Las puertas se abren a las 8 para que ellos puedan instalarse, y a las 15 horas se están cerrando, limitando el horario en casi la mitad de lo que ellos estaban acostumbrados, donde llegaban con sus cosas a las 7 de la mañana.
"Porque acá hay algunos clientes que pasan muy temprano, mientras que otros lo hacen después de sus trabajos. Pero ahora se encuentran con que no hay nada, muchos compradores incluso se quedan adentro cuando empiezan a cerrar las rejas", cuenta Marta González, otra de las feriantes.
SIN ESTACIONAMIENTOS
"Este es un barrio principalmente de la tercera edad y el daño se lo hicieron a ellos, a los consumidores más que nada", comenta Jeannete Pacheco, que se tuvo que ir con varios choclos de vuelta a su hogar.
Asegura que la ubicación en la que están hoy hace que lleguen menos clientes a comprar, por la falta de estacionamientos cercanos para dejar sus autos, a lo que se suma tener que caminar aún más para poder llegar a la feria. "No es que la gente sea floja, sino que realmente les cuesta y finalmente prefieren no hacerlo. Allá teníamos la locomoción cerca, el supermercado, la carnicería, entonces ellos podían hacer todo cerca", agrega la feriante, que destaca lo complicada que se ha vuelto la calle Tegualda para el tránsito peatonal, precisamente por la cantidad de vehículos y locomoción colectiva que pasa por ahí, donde está el terminal de buses.
Marta González agrega que como están en un espacio de concreto (hormigón) rebota mucho más el calor y eso evita que las personas quieran volver: "Acá yo les sirvo agüita, les corto una sandía y se las reparto a los niños para que puedan pasar las altas temperaturas que también nos afectan a nosotros. El otro día una señora casi se desmaya por el calor y eso atenta precisamente a la feria, a lo que es la tradición de que venga la familia completa a recorrer los distintos stands y los más pequeños igual. Hoy día uno los escucha y no quieren volver".
PETICIONES
"Esto no fue una ganada para nadie, nos sacaron del radio urbano y se perdió el objetivo de la feria, que es estar cerca del barrio", manifiesta un feriante que no se quiso identificar.
La molestia es generalizada entre los comerciantes que ven como cada semana sus ingresos comienzan a bajar y temen que con la llegada del invierno la situación se vuelva peor, sumado a que las peticiones que le han realizado al alcalde Álvaro Ortiz no ha rendido sus frutos.
"Nuestra idea era que nosotros volviéramos a Collao, nos dijeron que no se podía por la Ley del Estadio Seguro, pero yo creo que molestamos más acá que allá adelante, porque la gente no tiene dónde estacionarse cuando hay algún evento. Les pedimos que nos abrieran una reja que permite entrar por el Estadio y que la gente ya no tenga que pasar por Tegualda, pero nada. Y eso considerando que cuando a nosotros nos sacaron de Collao, el alcalde nos prometió que íbamos a volver y ahora nos tiran acá, nos está matando", comenta Vera.
Marta González agrega que si la situación se mantiene se verán obligados a movilizarse: "Nosotros somos gente pacífica y por eso no hemos hecho nada. Podríamos perfectamente cerrar las calles, porque en las condiciones que nos tienen acá, es horrible. Muy bonito se ve de afuera, pero esto está muriendo", señaló.