Secciones

"La meta este 2016 es dejar iniciados todos los proyectos que están pendientes en Vivienda"

E-mail Compartir

"El 27 de febrero es una fecha que no debe dividir a la gente, por el contrario, debe mostrar lo mejor de lo nuestro por respeto a las personas que fueron víctimas, que fallecieron y por quienes han estado esperando la reparación y solución de sus necesidades".

Con esas palabras, el intendente Rodrigo Díaz Worner define sus expectativas ante la próxima conmemoración del sexto aniversario del terremoto y tsunami que afectó a nuestro país, y en especial a la Región del Biobío, en el año 2010.

Con una agenda todavía en definición para el próximo sábado, la autoridad asegura que, pese a que el trabajo de reconstrucción siempre está expuesto a las críticas sociales y políticas, mantendrá su estilo alejado de la polémica.

Sostiene que "hay una definición de base que hizo la Presidenta Bachelet cuando era candidata y que nos fue instruida a los intendentes de las regiones que fueron víctimas del terremoto en 2010. Esta definición es que para lograr un proceso de reconstrucción con un daño tan severo como el que sufrimos, se requiere un periodo de tiempo que toma entre 9 y 10 años, si nos comparamos con un país que tiene una sismicidad como la nuestra, como es Japón".

En este sentido, estima que ha existido la madurez para reconocer los logros que tuvo el gobierno anterior en este proceso reconstructivo, pero también "hemos perseverado en una línea de trabajo que sea de unidad nacional, que ponga a las personas que fueron víctimas como primer sujeto de atención nuestra y que deje de lado cualquier tipo de polémica y de política de segundo orden".

Ya han pasado dos años desde que asumió el gobierno de Michelle Bachelet y, por tanto, los análisis y evaluaciones del proceso de reconstrucción realizados durante su primer año de mandato ya quedaron atrás, con el fin de orientarse exclusivamente a la ejecución de lo que quedaba pendiente.

En este sentido, Díaz cifra el avance en el área de Vivienda a nivel regional en casi un 98%, es decir, alrededor de 7 puntos más que lo informado el año pasado por el mismo sector.

Eso sí, también admite que la inversión en reparación de casas y departamentos entregados a los damnificados por el terremoto y tsunami ha sido alta, superando los $43 mil millones en un poco más de 50 proyectos inmobiliarios, destinados a más de 8 mil familias.

Esta cifra corresponde sólo a construcciones en nuevos terrenos de reconstrucción, por los que se solicitaron fondos adicionales, es decir, no están incluidos aquellos proyectos en que las propias empresas constructoras asumieron los costos de reparación.

La cifra de inversión en reparaciones es alta, sobre todo considerando que la remodelación del estadio Ester Roa Rebolledo significó una inversión de $30 mil millones o que el Teatro Regional del Biobío requirió $18 mil millones.

DIFICULTADES

El intendente Díaz reitera que la principal preocupación en este nuevo aniversario del 27/F son las personas y evitar su revictimización. Sostiene que confía en que habrá respeto por la dura experiencia que ellos han tenido que enfrentar, dejando de lado las polémicas.

-Hemos hecho un esfuerzo muy honesto por tener siempre a las personas como centro de nuestra preocupación. A mí me han consultado innumerables veces por problemas que fueron heredados o por ámbitos de desarrollo que estaban más retrasados que otros al año cuatro del terremoto, al momento de asumir este gobierno. Y yo he tenido solo un discurso: respecto de esta materia no vamos a revictimizar a la gente y nos vamos a enfocar en las soluciones.

-Bueno, cuando asumimos había una cantidad importante de obras que estaban ejecutadas, particularmente en el Ministerio de Obras Públicas, y la conectividad terrestre estaba prácticamente lograda. Y también había muchas obras en Vivienda que estaban ejecutadas también, y un porcentaje de las viviendas presentaba problemas. Y nos hemos abocado a subsanar esos problemas.

-Hay que tener presente que había tres tipos de problemas que había que superar. Uno se refería a que cuando se construyó en nuevos terrenos quedaron viviendas con dificultades y frente a eso lo que decidimos abordar fue la fiscalización de empresas que habían construido. En algunos de esos casos hemos hecho efectivas las boletas de garantía y en otros casos hubo que interceder a través de acciones judiciales. Una segunda dificultad en las viviendas y en los aspectos de carácter patrimonial es que la normativa que regula los bienes patrimoniales es una normativa especial y por ello es más compleja. No era la primera urgencia de atención, pero se ha debido recorrer un trabajo distinto. Y lo tercero es que también teníamos problemas en algunas direcciones de obras municipales para la recepción de estas situaciones. Estas circunstancias son hechos de la causa, estaban presentes y había que enfrentarlas, y en todos estos casos hemos tenido que ir superando estas dificultades.

-A ver, por ejemplo, está el caso de Mirador de Hualpén. Ese proyecto está muy avanzado en sus reparaciones, las casas están terminadas, los edificios que tenían filtraciones en las logias fueron intervenidos, se instalaron caídas de aguas lluvia dobles, también se cambiaron los techos. Además, se agregó algo que no estaba contemplado en el proyecto original y que era pavimentar las calles y generar estacionamientos para vehículos, porque se creaba un lodazal por la calidad del suelo. Otro proyecto es Los Morritos de Talcahuano, que también las obras han sido retomadas, porque cuando asumimos la empresa había abandonado el proyecto. Se retomaron los trabajos y estimamos que en agosto de este año vamos a poder entregar esas viviendas. Un proyecto que estaba totalmente paralizado era el de Mirador del Biobío, en Chiguayante, y ahora está casi terminado y pronto lo vamos a inaugurar. También está el caso de los proyectos de Lo Méndez, 1 y 2, en Concepción, que estaban absolutamente paralizados. En el caso de Lo Méndez 2 está en marcha.

-Es que es difícil explicarlo. Creo que la principal dificultad que hubo que enfrentar fue el gran volumen de construcciones que, con la mejor intención, se intentó realizar en forma simultánea. Construir 90 mil viviendas es una tarea muy compleja, significa que hay que buscar una pluralidad de empresas y ahí vienen algunas de primer nivel y otras que tratan de aparecer en ese minuto, ven la oportunidad o son la mano de obra disponible. No todas las empresas tenían la experiencia y la calidad para abordar todas esas tareas.

-Como le digo, mi intención no es polemizar con las autoridades anteriores del Serviu. Pero, lo que se encontró cuando recién asumimos... a mí me tocó recibir a una parte importante de personas que venía y me decía: "Recibí mi casa, la estoy habitando y se pasan las murallas o las evacuaciones de aguas servidas presentan problemas". Efectivamente creo que en un volumen tan grande de construcción, el Estado de Chile no está preparado para enfrentar en un corto tiempo un problema de una complejidad y envergadura tan grande. ¿Qué es lo que hicimos desde que arribamos? Que los equipos de Serviu tomaran contacto con las personas y participativamente abordaran la problemática.

-Mire, me ha tocado estar en múltiples lugares, comprometiéndome a que íbamos a solucionar los problemas que existen, eso es lo relevante. El país debe sistematizar el aprendizaje de lo que ha ocurrido, porque terremotos vamos a seguir teniendo, las futuras generaciones van a tener que seguir enfrentando catástrofes de esta naturaleza, eso nos lleva a la necesidad de sacar lecciones. Está bien poner todas las energías en solucionar los temas a la brevedad posible, tensionar en forma positiva al Estado y convocar al sector privado a colaborar, pero también aprender que se debe ser cuidadoso con las esperanzas de las personas. Y, en ese sentido, prometer que vamos a hacer en cuatro años algo en lo que Japón se demora 10 años, es una lección que debemos aprender, para que la gente no crea que vamos a hacer lo imposible en tiempos que son demasiado exigentes.

CIFRAS Y PLAZOS

-En Vivienda tenemos, según la últimas cifras, un 97,9% de avance y 88 mil 520 subsidios entregados. De estos últimos, están sin inicio de obras 275 subsidios y en ejecución 1.586. Además, hay alrededor de 6 mil personas que renunciaron a los subsidios que originalmente se habían entregado.

-Claro, dentro del global. Actualmente tenemos 20 proyectos, que representan a 2.899 viviendas, que están en reparaciones, las que he supervisado en los últimos días en su ejecución de obras.

-La cifra de recursos complementarios es de $43 mil millones, que se han invertido en 57 proyectos que estaban destinados a 8.400 familias. Esto corresponde sólo a construcciones en nuevos terrenos de reconstrucción, por los que se solicitaron recursos adicionales, no aquellos proyectos en que las empresas constructoras asumieron los costos de reparación. Son recursos que provienen del presupuesto regular del Ministerio de Vivienda, y que por lo tanto, significa que hay cosas que dejamos de hacer para poder destinarlos. Parte de esto es cubierto por las boletas garantías de las empresas, que es una de las medidas que hemos tomado. Pero, ciertamente, estas no abordan el total de lo que hay que invertir.

-La meta es que este 2016 seamos capaces de dejar iniciados todos los proyectos que están pendientes de inicio o que presentaban problemas de fallas que debían ser abordadas.

-Dependiendo de las complejidades de cada obra, sí. Porque por ejemplo, en el caso de Lo Méndez 1 mientras no podamos iniciarlo, nos alarga los plazos de entrega. Esperamos que los tribunales resuelvan para poder intervenir. La hipótesis nuestra es terminar el gobierno cerrando el proceso en el aspecto habitacional, por eso nos pusimos la meta de iniciar los procesos constructivos en el año 2016.