Un gran porcentaje de estudiantes que terminaron la enseñanza secundaria ya se encuentran pensan do en el próximo desafío académico que se viene: la educaicón superior.

Se trata de una de las etapas más importantes en la formación personal y profesional, pero que sin embargo requiere de apoyo para el acostumbramiento.

Para que esta transición sea exitosa el papel del entorno familiar tiene una fuerte relevancia para trabajar la adaptación.

Así lo afirmó la directora del área de Educación de Inacap Concepción-Talcahuano, Evelyn Martínez, quien sostuvo que los estudinates deben adaptarse y "pasar desde una relación jerárquica a otra de colaboración, favoreciendo el desarrollo del pensamiento crítico y habilidades básicas de comunicación entre sus miembros".

La docente explicó que lo anterior se logra revisando y adaptando las normas que antes eran impuestas, y que ahora deben ser consensuadas en algunos aspectos. Asimismo se debe incorporar a los jóvenes en temáticas familiares relevantes, como la importancia de esforzarse por lograr lo que se quiere y el sacrificio familiar que significa el pago de los aranceles universitarios, por lo que se espera un compromiso de su parte.

Martínez, agregó que el grupo familiar debe entregar el apoyo para que el nuevo estudiante responda a los exigencias académicas y sociales, siendo siempre receptivos a las necesidades e iniciativas de su hijo.

"Por ejemplo, si mi hijo siempre ha sido lento para levantarse, habrá que revisar qué estrategia utilizará para no llegar tarde a clases, darle sugerencias como poner el despertador antes o despertarlo en la mañana, pero que sea él responsable de cumplir con sus compromisos, pues cada uno sabe el tipo e intensidad de apoyo que requerirá su hijo", planteó.

Además, habrá que valorar los objetivos y creencias del estudiante, lo que los estimulará a compartir sus sueños; promover su autonomía en relación a la solución de sus necesidades, el autocuidado, integración, colaboración y hábitos de estudio.

Antes del inicio de las clases se puede generar un acuerdo para definir criterios de realización personal/académica y social, escuchando su opinión pero también entregando su visión de cómo ha sido como estudiante hasta el momento, aclarando que las expectativas son que el cumpla con lo que requiere para ser un buen profesional.

La directora del área de Educación afirmó que se debe apoyar en la búsqueda de estrategias que favorezcan el logro de las metas del estudiante.

Se debe comprender y estimular el interés del joven por construir junto a otros y con otros su aprendizaje, favoreciendo el trabajo en grupo, la ampliación de sus amistades y la inserción en nuevas redes sociales.

Aunque algunas personas siguen descansando en lo que queda de febrero, para otros las vacaciones están llegando a su final. Pero, ¿por qué después de este período algunos trabajadores se siguen sintiendo cansados?

La respuesta podría estar en el síndrome del profesional desgastado.

burnout

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En el caso de los trabajadores este problema se da por la última de las causas mencionadas, es decir, cuando no sienten un reconocimiento o no obtienen una buena recompensa -sea económica o no- de parte de sus empleadores.

"Cuando trabajamos no sólo lo hacemos por el desarrollo profesional, sino también por recompensas y reconocimiento. No es sólo 'para eso te pago', sino también están los proyectos, las expectativas, ideas y emociones", agregó Arancibia.

Volver cansados

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"En las vacaciones ellos pueden tratar de desconectarse, incluso pudiendo lograrlo realmente, pero es a la vuelta a la rutina laboral cuando todo esto se viene abajo. Esto sucede porque todos aquellos factores estresantes y desmotivantes vuelven a aparecer con la misma intensidad de antes", afirmó.

Las personas más propensas a verse afectado por este síndrome suelen ser los profesionales jóvenes que por su trabajo deben mantener constante contacto con personas y turnos u horarios agotadores. Además, presentan alto compromiso con su trabajo, metas exigentes y buen desempeño laboral.

En estas situaciones en que la responsabilidad y las dificultades económicas juegan un rol preponderante, el estrés no controlado adecuadamente termina siendo el detonante del desgaste.

"Resulta bastante común toparse con trabajadores que acaban de regresar de sus vacaciones y ya están cansados y desmotivados. Muchas veces ni ellos ni el resto de sus compañeros o jefes entienden el motivo de esta actitud, que finalmente es más complejo de lo que pareciera", agregó Muñoz.

No obstante, a pesar de este síndrome genera problemas a nivel físico y psicológico, la productividad es uno de los aspectos en donde se manifiesta, pudiendo perjudicar la situación laboral y arriesgando la pérdida del puesto de trabajo.

Síntomas

Una serie de síntomas se van haciendo evidentes en la manera en que un trabajador "quemado" se relaciona en el trabajo, además de otros signos que son más bien personales.

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"Esto se ve manifestado en que la persona se pregunta constantemente el para qué", afirmó.

Entre los síntomas físicos se encuentra el cansancio, fatiga, lentitud, dolor de cabeza, de cuello y de espalda.

La docente de Trabajo Social señaló que si una persona constantemente presenta licencias médicas, se cae, es vulnerable a todo tipo de enfermedades, muy probablemente sea un profesional "quemado".

"Cuando una persona ya no quiere permanentemente ir a trabajar y todos los días le cuesta hacerse la idea de ir a su empleo, también es un indicio claro de este síndrome", señaló la experta.

Entre los signos conductuales, en tanto, se encuentran la baja productividad, atrasos, ausentismos, dificultad para la toma de decisiones, tendencia a aislarse de sus compañeros, irritabilidad, hipersensibilidad, sobrerreacción, oponerse a cambios o innovaciones, e incluso generar dependencias al alcohol, drogas, juegos o al celular.

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Asimismo, se pueden mostrar "congelados" o desconectados, es decir, no les afecta lo que pasa a su alrededor, y hablan cosas que no tienen vinculación con lo que se está tratando en la conversación laboral.