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El taller de animación que es toda una tradición en el Ficil

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Los niños terminan de ordenar a las figuritas de plasticina, el encargado de tomar las fotografías dispara la cámara y luego revisan en el programa del computador si todo salió bien. Después, el proceso se repite, mientras el otro grupo de pequeños hace lo propio con otra escena del cortometraje, que deben presentar mañana, último día del 16º Festival Internacional de Cine de Lebu.

Así trabajan los participantes del taller de niños "Moldeando sueños XIII". Les permite a los pequeños de Lebu conocer y aprender la técnica de animación en Stop Motion.

La actividad lleva más de 11 años realizándose en el Ficil, y se ha convertido en una tradición del certamen, muy esperada por las nuevas generaciones.

Dictado originalmente por la reconocida directora de animación nacional, Viviane Barry, el curso es una instancia tan exitosa que se ha mantenido inamovible en la parrilla de cursos, al punto de tener réplicas en otras ciudades. Este año también llegará a Santiago, en las actividades que el festival tiene agendadas para fines de marzo.

PEQUEÑOS CINEASTAS

Lo más interesante que posee esta alternativa de animación es la oportunidad que le entrega a los "alumnos" de conocer de cerca una técnica tan compleja como lo es el Stop Motion.

El cine es un arte que suele verse muy lejano para aquellos que no están dentro del circuito, por lo que este tipo de ventanas derriba algunos mitos. De paso incentiva a los menores a explorar en el mundo de la creatividad audiovisual.

La cineasta Pamela Barrios es la profesora a cargo de dictar el curso desde 2011, quien explica algunos detalles propios de la iniciativa: "Este es un taller intensivo, tres horas todos los días. Eso permite que los chicos se entusiasmen, que no pierdan el hilo de lo que estamos haciendo. Primero decidimos (con ellos) cuál será la historia. Hacemos un pequeño storyboard, luego se construyen los personajes y escenarios y, finalmente, se les da vida a través de la fotografía. La animación es un proceso un poco lento, donde a veces los chicos se pueden aburrir. Por eso les vamos mostrando el material editado, para que se motiven y sigan entusiasmados".

Scarlet Pérez tiene 12 años y es segundo año consecutivo que participa en "Moldeando sueños". Para ella, la experiencia es bonita y creativa, porque los ayuda a desarrollar la imaginación al crear a los personajes de plasticina.

"Participé el año pasado y ver el resultado final, la película proyectada en la pantalla, es inolvidable. Un momento muy feliz para nosotros", asegura.

Y es que la iniciativa tiene su culminación en la presentación oficial del cortometraje el día del cierre del Ficil. El acto se realiza hace varios años y es toda una tradición del Festival, ya que "los niños y el público lebulense pueden ver el trabajo realizado en una gran pantalla".

LOS FRUTOS DEL TALLER

Una de las demostraciones empíricas más importantes de las herramientas que le entrega esto a los niños es el caso de Benjamín Albornoz, quien participó reiteradas veces del curso y mostró gran interés por la técnica del Stop Motion.

Lo interesante es que este año el joven lebulense de 14 años participa en la competencia "¡Corto, Escuela, Acción!" junto a su colegio.

En este caso, lo hace con un cortometraje de animación llamado "La flor de la Higuera", que realizó por el Liceo Bicentenario Isidora Ramos de Gajardo.

El joven de octavo básico, quien ofreció el discurso de partida en la inauguración del Ficil este año, ejerció como director, productor y guionista de la producción. Ésta fue presentada ayer en la plaza de armas de Lebu, junto a las otras cintas en competencia.

De hecho, Pamela Barrios fue profesora de Benjamín en dos versiones del taller y tuvo la oportunidad de verlo trabajar.

"Estuvo varias veces, desde muy pequeño, incluso antes de que yo llegara. Él es el mejor ejemplo de lo que este taller genera en los niños: descubren su capacidad creativa o interpretativa", destaca la actual encargada.