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Aléjate de mí, Señor, que soy un pecador

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El Evangelio de este V domingo del tiempo ordinario nos presenta la versión de Lucas sobre la vocación de Pedro y de los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, que son descritos como "compañeros de Simón".

El episodio transcurre a la orilla del lago donde ellos ejercían su oficio de pescadores: "Estaba Jesús a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios".

Dada esta situación era necesario improvisar un púlpito desde el cual Jesús pudiera hablar: "Jesús vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre".

Hasta ahora, este Simón, que es el dueño de la barca en la cual Jesús subió, no ha sido presentado, más que a la pasada. Después del rechazo por parte de su pueblo de Nazaret, Jesús bajó a Cafarnaúm y enseñaba en la sinagoga: "Saliendo de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella..." (Lc 4,38).

Esa es la primera mención de Simón. El evangelista lo supone conocido por sus lectores. No sabemos qué relación tiene con Jesús; pero es suficientemente cercana para que Jesús, saliendo de la sinagoga, entre en su casa.

Es claro que aún no ha sido llamado por Jesús a seguirlo. La segunda mención de Simón que encontramos en el Evangelio de Lucas es la que leemos en el Evangelio de hoy. Jesús sube a la barca de su conocido, Simón, para predicar desde ella.

Podemos afirmar que Simón, como la multitud que se agolpaba sobre Jesús, ya estaba cautivado por su Palabra: "Quedaban admirados de su doctrina, porque hablaba con autoridad" (Lc 4,32).

Simón lo había visto también curar a su suegra y a los enfermos que le trajeron a la puerta de su casa: "A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba" (Lc 4,40). Esto es lo que el lector sabe sobre la relación de Simón con Jesús hasta ahora.

La vocación de Simón tendrá una importancia decisiva en el misterio de la salvación obrada por Jesús. Esa mañana, cuando Jesús comenzó a hablar, los pescadores acababan de regresar de la pesca nocturna.

A pesar del esfuerzo, esa noche no habían pescado nada. Por eso, a Simón parece inadecuada la orden que Jesús le da, cuando acabó de hablar a la multitud: "Rema hacia lo profundo y echen sus redes para la pesca", y se lo hace ver: "Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada".

Todo depende de lo que él agrega: "Pero, en tu Palabra, echaré las redes". La vocación de Pedro y su lugar fundamental en el plan de salvación, dependerá de ese acto de confianza en la Palabra de Jesús.

Nos hace recordar aquel otro acto de total abandono a la Palabra de Dios de la Virgen María, que dio paso a la Encarnación del Hijo de Dios en sus entrañas virginales: "Hágase en mi según tu Palabra" (Lc 1,38).

Las redes, echadas por Pedro en la Palabra de Jesús, captaron una cantidad tan abundante de peces que amenazaban con romperse y fue necesario que vinieran en su ayuda para poder arrastrarla a tierra: "Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían".

Las curaciones obradas por Jesús, ciertamente influyeron para que Simón confiara en el poder de su Palabra; pero este hecho, que tiene que ver con su propio oficio, que él bien conoce, le hizo comprender quién era Jesús y quién era él mismo: "Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: 'Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador'".

Da a Jesús el título "Kyrios", reservado a Dios en el Antiguo Testamento, y en contraste, da a sí mismo el título de "pecador". No puede comprender que Dios se rebaje hasta él.

Esta es la actitud que debemos tener todos ante Cristo, en modo particular, ante su presencia real en la Eucaristía, que es un don completamente gratuito e inmerecido para nosotros. Nadie puede pretender un derecho a la Eucaristía.

Doble es la actitud de Simón que motiva su vocación: su absoluta confianza en la Palabra de Jesús y el reconocimiento de su pecado. Su vocación es una gracia inmerecida: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres".

La conclusión del relato es la respuesta de Simón y de sus compañeros a esa llamada: "Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, lo siguieron". Desde ahora serán sus primeros discípulos.

Es común en la Escritura que, cuando Dios llama a alguien y le encomienda una misión, le dé un nombre nuevo correspondiente a dicha misión. En este relato, Jesús da a Simón el nombre de "Pescador".

Pero Lucas sabe que su nombre es Pedro (Piedra) y que ese nombre se lo dio Jesús como más apropiado a su misión. En efecto, faltaba todavía que Simón fuera nombrado el primero de los Doce apóstoles.

Lo relata Lucas más adelante: "Por aquellos días se fue Jesús al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió a doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles: a Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan..." (Lc 6,12-16).

Por el Evangelio de Mateo, conocemos la explicación que Jesús mismo da a ese cambio de nombre: "Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt 16,18).

Esta es la verdadera vocación de Simón, que se funda en su confesión de Jesús como el Cristo, Señor, Hijo de Dios vivo, y en el reconocimiento de su condición de pecador necesitado de redención. Este es el fundamento de toda vocación cristiana.

Obispo de Santa María de Los Ángeles

Circuito Aventura alegra el verano

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Hasta el 12 de este mes los escolares de Hualpén tendrán la posibilidad de divertirse con las actividades que incluye el Circuito Aventura, emplazado en el ex Colegio Perla del Biobío de la comuna.

Un tobogán, un puente tibetano, un muro de escalada, camas elásticas y una piscina son las alternativas que pueden disfrutar de lunes a viernes los cerca de 300 jóvenes de la comuna que participan en las Escuelas de Verano 2016.

Además, al centro recreativo se sumó un planetario que se ha transformado en un interesante espacio educativo para los escolares.

Con el objetivo de conocer el funcionamiento del Circuito y compartir con los niños, fue que la alcaldesa de Hualpén, Fabiola Lagos, junto a la directora regional de Junaeb, Karina Silva, realizaron un completo recorrido y entregaron regalos.

Lagos destacó la variedad de atractivos que tienen las Escuelas de Verano, afirmando que "estamos muy contentos por el éxito de este espacio, donde los niños de la comuna disfrutan de las distintas actividades que se realizan en cuatros establecimientos de la comuna y en la ex Escuela Perla del Biobío, con este Circuito Aventura".

Junto con el centro de entretenimiento, se entrega desayuno y almuerzo los jóvenes, quienes cuentan con apoyo de monitores.

Compromiso social en la adolescencia se logra con apoyo del entorno

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La adolescencia debe ser recordada por la mayoría de los adultos como uno de los puntos más complicados de la vida. Emociones intensas, la necesidad de construir una identidad y de sentirse libre en momentos en que aún se depende de los padres, hacen que esa etapa no sea nada de fácil.

Adicionalmente, en la adolescencia hay un declive en el sentimiento que permite que nos preocupemos por los demás.

Una investigación de la Universidad de Rochester constató que en esa etapa disminuye la capacidad por cuidar de los demás, pero, al mismo tiempo, estableció que cuando los jóvenes se sienten apoyados por sus círculos sociales, su preocupación por los demás aumenta.

"La gente joven a menudo percibe que las relaciones que tienen les brindan menos apoyo durante los años de la enseñanza media en el colegio", dijo Laura Wray-Lake, profesora asistenta en Sicología en Rochester.

"Nuestro estudio mostró que la percepción de los jóvenes del apoyo de los padres, la escuela, los amigos, y la comunidad disminuye durante la adolescencia. La responsabilidad social -los valores que apoyan el cuidado del bienestar de los demás- disminuye con este descenso en la sensación de apoyo", explicó la experta.

"Las relaciones con los padres, las escuelas, y los pares se ponen más complejas durante la adolescencia y algunas personas jóvenes podrían empezar a sentirse menos vinculados con su entorno", dijo Wray-Lake.

"Sin embargo, si un estudiante tiene apoyo de sus padres y su escuela, y también tienen amigos acogedores, esas relaciones les otorgarán un impulso en términos de compromiso prosocial", agregó la sicóloga.

Las pruebas

Para llegar a esas conclusiones los expertos hicieron un estudio con más de 3 mil 500 adolescentes estadounidenses de zonas rurales, suburbanas y urbanas.

Se les pidió que calificaran sus convicciones del 1 al 5, desde desacuerdo a de acuerdo, y les hicieron preguntas con la respuesta "Es muy importante para mi", respecto de temas como la importancia de ayudar a los menos afortunados, por ejemplo.

Wray-Lake y sus colaboradores observaron el comportamiento individual y descubrieron que aquellos que participaban de voluntariados mostraban un mayor sentimiento de preocupación por el resto.

Las pruebas mostraron un descenso en la responsabilidad social entre los participantes que iban de los 10 a los 16 años. La raza y la condición socioeconómica no tuvieron efecto sobre la responsabilidad social.

La investigación concluyó que la experiencia de comprometerse cívicamente parece tener relación con el mejoramiento de los valores sociales.

Por el contrario, un aumento en el consumo de sustancias está asociado a un nivel más bajo de responsabilidad social.

Según la investigación, publicada en la revista Developmental Psychology, los jóvenes que se involucran en comportamientos riesgosos son más hedonistas: viven el momento y se preocupan por divertirse.

Esto puede entrar en conflicto con los valores sociales que conducen a ser más preocupado por el resto.

"Lo que fue realmente sorprendente para mí fue que fuimos capaces de predecir el cambio en la responsabilidad social a través del tiempo", dijo Wray-Lake.

"Aumentos en la percepción de los jóvenes de relaciones positivas se relacionan con la responsabilidad social", agregó.

"También es cierto que una disminución en las relaciones positivas deriva en un declive en la responsabilidad social", concluyó.