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El desafío de salvaguardar la pareja

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La pareja puede entenderse como la unión, en una relación afectiva, entre dos personas que construyen un proyecto de vida. Entre las funciones afectivas que cumple la pareja, encontramos la intimidad.

Esta abarca el ámbito de la sexualidad y también la contención, la compañía y el soporte emocional. En la intimidad de la pareja es donde podemos mostrar nuestra vulnerabilidad en un espacio seguro.

En este sentido, la pareja constituye un "refugio" donde podemos aliviar las tensiones de otros espacios de nuestra vida.

Los cambios socioculturales de las últimas décadas, han tensionado algunos aspectos de la pareja. Uno de ellos se asocia a la restricción de las redes de apoyo.

Las parejas actuales tienen en general menos acceso a la familia de origen, lo que constituye en algunos casos una sobrecarga, para aliviar las tareas de la crianza. Otro cambio se relaciona con el cuestionamiento de los roles de género, que significa una reformulación constante en este ámbito, en búsqueda de la paridad y el respeto a las diferencias.

La pareja significa construir un espacio de pertenencia, donde se forma una intersección, entre el yo, el tú y el nosotros. La definición del "nosotros" se encuentra en permanente elaboración, en este sentido se puede decir que es dinámico, porque varía en función de la etapa vital de cada uno de los miembros de la pareja, y además de la etapa del ciclo vital familiar.

Con estas transformaciones, cada uno de los miembros de la pareja, tolera de distintas maneras estas definiciones del "nosotros". Habrá momentos del ciclo vital en que uno de los miembros de la pareja necesite más espacio y tiempo para dedicar a algún desafío personal o profesional, o para atender alguna situación con su familia de origen. Cualquier movimiento en la vida personal, va a generar cambios en el espacio de pareja que constituye el "nosotros".

Habitualmente el primer gran desafío que enfrenta este espacio de la pareja del "nosotros", es la llegada de los hijos e hijas.

A nivel relacional, implica un período de adaptación, en el que se transita desde el ocupar la mayoría de los espacios y energías en los hijos e hijas, hasta definir nuevamente un "nosotros" según las nuevas necesidades y los nuevos contextos.

Lo importante es reconocer este territorio común y preservarlo. Reconocerlo en las distintas etapas, y entender que es variable, según cada pareja, según cada historia.

En estos días de vacaciones, mire a su lado, reconozca su territorio común del "nosotros" y celebre.