Director sueco asume como Titular de Orquesta Sinfónica
Después del concierto de esta noche en El Foro, "Vuelven los 80", los 56 integrantes de la Orquesta Sinfónica van comenzar sus vacaciones.
Claro que este año, a diferencia de instancias pasadas, lo hacen conociendo el nombre de quien va a asumir en marzo como Director Titular: Mika Eichenholz (su nombre se supo ayer).
El maestro sueco, elegido entre una terna por el directorio de la Corcudec, es un nombre conocido por los miembros del conjunto docto. Técnicamente, durante el presente año, no sólo será una de las batutas presentes en los 10 conciertos de la temporada, sino que va a trabajar en el proyecto que se va a llevar a cabo con la Sinfónica, a contar del próximo año.
"Es el jefe de los músicos. Su trabajo en terreno va asociado a una labor administrativa, también", señala Lilian Quezada, gerente de Corcudec, cargo que desarrolla desde el 2001.
Contrario a la labor realizada por el canadiense Julian Kuerti, como Director Principal Invitado, entre 2013 y 2015 (diciembre); Eichenholz tendrá una presencia más marcada en el andar de la agrupación nacida en 1952, similar a la que realizara Luis Gorelik entre los años 2000 y 2006.
"Ahora no necesariamente tiene que vivir en Concepción (como Gorelik que sí tenía residencia acá). Actualmente las formas de trabajar son diferentes", explica la representante de Corcudec. Destaca en ello el rol de la tecnología. "Por eso para nosotros un Director Titular no requiere de la instalación en la ciudad", acota.
- Tiene que ver con el plano artístico y lo administrativo. Ahora, todo el equipo que trabaja desde siempre detrás de la Orquesta sigue siendo el mismo (se suman los 17 administrativos y las 80 voces del Coro UdeC).
- Sí, por supuesto. Pero en estricto rigor un director que está por un período de dos o tres años, cinco ó 10 deja su marca, sello en la Orquesta. Ahora nosotros no tenemos Director Titular desde Gorelik, quien también le dio un sello (...) Julian Kuerti también tenía injerencia en la programación con su visión personal, por supuesto.
- Trajo música que nunca habían tocado, conciertos grandes, autores impresionistas, obras de Ravel, Strauss. Otros directores, también lo habían hecho (...) Si hay un director que viene más veces va a empezar a conectarse con los músicos y eso logra sacar ciertas cosas, dependiendo de la obra, el momento, incluso, el clima.
Para Lilian Quezada lo relevante en relación a los cargos, es el tiempo de permanencia frente al conjunto musical. "No sólo el maestro Kuerti, sino que todos los directores dejan una huella y un desarrollo artístico. Hay algunos que les interesan los vientos o las cuerdas, otros se fijan en el desarrollo de obras grandes, otros fijan su labor en generar un alza de nivel en cuanto al crecimiento de los músicos. Finalmente, todos tienen algo", apunta, acotando que lógicamente el sueco asume por más de un año.
UN BUEN CIERRE DE AÑO
- Los conciertos con música chilena lo hemos vuelto a hacer, como está en nuestras opciones. El único que no repetimos fue el de Los Jaivas, pero Violeta Parra, Víctor Jara, Congreso... todos se han vuelto a interpretar en enero. En particular con este concierto ocurrió algo muy entretenido (en el Teatro UdeC los días 4 y 5 se septiembre pasados) y es ver al público de pie cantando y bailando (...) Eso fue muy interesante. Lógicamente faltaron canciones, tal como lo hablamos en su momento con Rodrigo Tapia (arreglista), en la sala van haber mil personas y mil canciones que no están (el presente repertorio se compone de 17 temas). Cada persona se identifica con una que no está.
- Algo que ha resultado muy entretenido ha sido trabajar con músico y cantantes de acá. Feliciano (Saldías), por ejemplo, además de tener una condición personal muy agradable; logra comunión con la Orquesta. Eso no es fácil, pues hay que lograrla. Feliciano, contrario a otros que no han podido, lo hace: tiene eso de que se para y como que se mete en la Orquesta, va con ellos.
- Creo que fue un año en que se cumplieron las metas, aunque nunca son todas. Pero creo que superaron nuestras expectativas. El tema de la danza generó un hito en su desarrollo. En Chile, después de 1953, nunca se había generado una propuesta de danza en relación al "Carmina Burana". La nuestra fue la segunda propuesta, y pienso quedó muy bien instalada (18 mil personas lo vieron en el Teatro los días 13, 14 y en la U. el 28 de noviembre). Fue un peak en el proceso de la Orquesta y la Corporación en sus focos de desarrollo: Cine, Teatro, la Orquesta y Coro. Además, hubo interés por parte de la comunidad, lo que genera una tranquilidad. Siento que como equipo -con la Orquesta, Coro y bailarines- se trabajó muy bien, con una complicidad fuerte y con claridad en lo que se quería hacer. Eso llevó a un buen resultado.