Schwenke & Nilo en la voz de Marcelo Nilo
En un momento, fue el amigo el que se quebró. Inevitablemente, Rodrigo Pincheira, autor del libro "Schwenke y Nilo: leyenda del Sur"; recordó al amigo y no necesariamente al músico que fue Nelson Schwenke.
Y aunque era obvia la ausencia del artista fallecido en junio de 2012; algo de su aura rondaba en la Sala 4 de la Casa del Arte, el jueves al mediodía. Contexto cálido para la presentación de la segunda edición de la obra de 182 páginas escrita por el periodista, académico y de muy cercana presencia a los dos integrantes del dúo valdiviano formado en 1978.
Una jornada, además de ilustrativa sobre la experiencia artístico/estética; especialmente emotiva. Colmada de sonrisas, presencias, ausencias, recuerdos y palabras que no sólo emergieron del cuarteto "presentador". La ocasión, el ambiente tuvo una muy grata y sorpresiva participación de varias de las casi 50 personas que llegaron -desde Chillán, Buin, Valdivia o Concepción- al espacio universitario, en el marco de la XVIII Escuela de Verano.
Al frente estaban el autor, junto a Nicolás Masquiarán (académico y presentador), Clemente Riedemann (poeta y letrista histórico del grupo) y Marcelo Nilo.
CANTO Y COMPROMISO
Nombres y amistosas presencias que hicieron de ésta una muy lúdica y, sobre todo, entretenida presentación en la casa del Campanil. De aquellas memorables, para enmarcar en los recuerdos de quienes estuvieron ahí: indudablemente van a grabar el jueves 14 de enero en sus discos duros.
Y no por un tema necesariamente académico. Porque ésta no fue de los lanzamientos colmados de palabras y conceptos para expertos. Por el contrario, y recordando al crítico musical inglés Giles Smith; fue una reunión armada desde la melomanía, desde la música, recuerdos y experiencias humanas que ésta depara.
En ese sentido, Masquiarán supo introducir el texto, indicando no sólo la trascendencia del dúo, sus letras y música en tiempos de dictadura. También proyectándolo como uno escrito desde el plano de la amistad.
Aquella cercanía tan necesaria en la música, pues ésta antes que explicarla debe sentirse. En este plano social las creaciones de los valdivianos se fueron convirtiendo en espejo y metáfora para una generación que sentía la necesidad y buscaba la forma de cambiar las cosas. Darle un giro a la historia con valentía. Lo quiso hacer Schwenke & Nilo -como tantos otros- desde el canto nuevo o como se llame (las etiquetas sólo sirven para el orden de los periodistas y estudiosos).
Letras comprometidas, valientes, que no se quedaron en silencio. Recordando palabras de Nelson Schwenke, a las que Masquiarán le dio espacio, en una década tan particular y tensionada como la de los 80; lo importante fue el cómo estos músicos se hicieron cargo, a través del canto, de un momento de dictadura.
Así construyeron el discurso estético y político de una época, directamente vinculada con el hacer. "Hay gente que se junta y hace un grupo, porque le gusta la música. Nosotros lo hicimos por una necesidad social. Nos parecía que en la música había que hacerlo", eran las palabras de Schwenke, citadas por el profesor de la carrera de Música de la UdeC.
DETALLES Y EMOCIONES
La intervención de Rodrigo Pincheira, momento de nostalgia, datos y proyecciones; sirvió para comprender detalles de esta segunda edición: 500 ejemplares producidos por él y Nilo, en un formato más amigable y con 75 fotografías. Agradeció la colaboración de mucha gente que lo hizo de manera desinteresada, generosa y cariñosamente.
"Es un libro coral", dijo Pincheira. Fueron muchos los que colaboraron, acotó, ya sea en el diseño (Sebastián Burgos hizo la portada), la diagramación (Osvaldo Caro) o el título, que vino de Clemente Riedemann.
Un aspecto que mencionó, y que efectivamente se podía detectar en la lectura de la primera edición (2010), son las múltiples claves de entrada que permite la obra. "Memoria, identidad, música chilena, poesía, política, antropología, amistad...", según el autor citando algunas temáticas.
Remarcar que se trata de un texto escrito desde la amistad. Lo ilustran los dichos de Pincheira hacia el final de su intervención. "El pisco peruano hizo texto", en referencia al momento (único) en que se tomó la decisión de aventurarse en el escrito. Aquello fue alrededor de una mesa en un restaurante peruano compartida con placer.
Al final, dos horas de aquellas. Gozada por interlocutores -"esto no parece una presentación de libro, sino una reunión de amigos", decía Nilo- y los presentes. Un grupo humano que pudo vivir la misma historia, pero en otro contexto.