Amanezco entre lanas cada día
Y me pregunto en qué momento de mi década del 60 estaba oculta esta verdadera vocación que complementa hoy mis días. Que me ha llevado a desordenar el orden de siempre y por el que solo quiero tiempo para crear, entrelazar. Ideas y colores, armar y desarmar, una y otra vez, hasta que en un momento de cualquier hora pueda sentir. Me quedó lindo.
Estas cosas que tiene la vida, la vida mía en la que siempre me ha dado por asumir todos los desafíos, que se me cruzan, el afán permanente por mantenerme al día intelectualmente, dinámica, ingeniosa, hasta metiche, peleadora,luchadora, inaceptablemente crítica porque el último tiempo es tanto lo insoportable que me parece la mediocridad humana que alego conmigo sin mirarme al espejo. Que descargo con el teclado y escribo desde la ira, cosa que no debería ocurrir porque es entonces que se cometen errores.
Y en mis tardes -todos los días son mis tardes- en que leo y me indigno y quisiera tener al causante del enojo cerca para decirle que estoy enojada porque actúa mal, así como está y comprenderán qué motivo tengo para sentirme de esa forma, acontecen a cada rato. Si no se apaga un incendio cuando hay dos y tres y más declarado. Y eso me causa ira porque creo que no deben existir seres tan requetemala clase e indignos y faltos de humanidad como para ponerse de acuerdo con el precio de hasta las patas de los pollos.
Y me enojo y sigo leyendo. Tratando de encontrar una explicación humanamente aceptable respecto de lo que acontece con la gente de muchas lucas, que sigue queriendo muchas lucas más que segura estoy que ni tiempo tienen para gastar.
¿Cuál será el gusto? ¿Tendrán sueños? No creo porque si se ponen de acuerdo para fijarse el monto de las utilidades de esta semana difícilmente se abocarán a disfrutar de una película, de una vuelta por el cerro, de salir en bicicleta, de ir a la playa y mezclarse con los rotos para escuchar que piensan de su última gracia.
Cuánto descréditos tiene la vida. Cual más cual menos sólo quiere ganar, acumular, como sea, sobre la base de "créditos blandos" como los parlamentarios, pero al final, si se las están dando. Porque no le creen a la Jackie que fue un subalterno. No, nica, nadie se lo cree si es de una familia de muchas lucas. Entonces lo de los pollos no es más que una pata de pollo al lado del universo de fiascos que rodean nuestros días.
Y bueno, yo tejo. Jamás voy a ser rica. Eso lo he tenido claro siempre, hasta me acuerdo cuando nuestros padres decían; A los chiquillos hay que enseñarles a ahorrar. Yo nunca lo aprendí y por eso sigo crítica. Avanzo mientras me quedo dormida entre lanas en mi confortable cama del depa de 36 m2. donde vivo.
En fin. Qué de patas de pollos y de colores tiene la vida. Sólo que esta vez la vida se pasó. Cómo los dejó ponerse de acuerdo con el precio de los plumíferos si son tan básicos.
Quizás el tema sea ése. Los involucrados son mentalmente básicos, ni parecidos a mí… viva, dinámica, ingeniosa, hasta metiche, peleadora, luchadora, inaceptablemente crítica, pero llena de sueños, como el que hoy me mantiene alerta. Feria Internacional del Arte Popular de Concepción, para allá vamos.
Me vuelvo a tejer.