Con dos trasplantes renales logrados gracias a donantes vivos, el Hospital Guillermo Grant Benavente (HGGB) reanudó ese tipo de intervenciones, suspendidas luego del terremoto de 2010.
En la Región, sólo Las Higueras de Talcahuano realiza también trasplantes renales en el sistema público. De hecho, este año alcanzó el mayor número de trasplantes hecho en el sistema público en la Región. Pero, de los 14 que logró durante 2015, ninguno de ellos fue gracias a un donante vivo, lo que da valor al logro del Hospital Regional al reanudar ese tipo de intervenciones.
Sin embargo, desde el recinto de salud del puerto confirmaron que el programa de intervenciones con donante vivo está activo, y que actualmente están en proceso de estudio de futuros pacientes beneficiados. Ahí realizan este tipo de operaciones desde 1998.
MEJORES OPCIONES
El valor que tiene esa modalidad de trasplante radica en que otorga mayor sobrevida al paciente, además de una mejor compatibilidad y una disminución en el tiempo de isquemia fría, que es el paso de la sangre del receptor por el órgano del donante.
También destaca la posibilidad de hacer el trasplante antes de que el paciente inicie el proceso de diálisis, evitando así las complicaciones propias de ese procedimiento.
El reinicio de una práctica que desde la década de los 90 se realizaba en el Hggb, tuvo como pacientes beneficiados a Danisa Pastene y Javier López, dos jóvenes de 28 y 31 años respectivamente, que recibieron los órganos desde sus familiares y en vísperas de Navidad.
"CAUTIVA DE MI ENTORNO"
Danisa, de profesión asistente dental, explicó que estuvo más de un año en diálisis, dinámica que realizaba en paralelo a su trabajo. "Asistía al primer turno de atención de pacientes, tres veces por semana y después me integraba a mi trabajo. Me podía desarrollar en muchos sentidos, pero siempre con la condicionante del tratamiento, sin poder dejar la ciudad, cautiva de mi entorno", explicó.
Además agradeció a su hermano, quien le donó el órgano. "Mi hermano me ofreció el riñón. Él tiene 27 años y quería sacarme de la condicionante de estar toda la vida conectada a la máquina que limpiaba mi sangre. Cuando llegamos a pabellón tenía miedo por él, no por mí. Él ya está en casa, bien, y yo a las puertas de dejar el hospital", contó agradecida.
"SUFRÍ DISCRIMINACIÓN"
En el caso de Javier, quien es periodista, contó que no ha podido ejercer su profesión, porque cada vez que accedió a una entrevista de trabajo sus potenciales empleadores le dijeron que requerían un profesional de tiempo completo, sin ausencias por diálisis. "Sufrí la discriminación y me frustré por no tener la oportunidad de mostrar mis capacidades. No pensaron en la calidad del trabajo que podría realizar, sólo me descartaron porque me dializaba varias veces por semana", contó.
Javier recibió el riñón desde una tía. "Le pedimos este acto de generosidad y ella dijo que sí enseguida, sin esperas ni dudas", dijo agradeciendo el gesto.
La historia de su tratamiento es más extensa. A los cuatro años de edad le diagnosticaron insuficiencia renal crónica. Estuvo bajo tratamiento hasta 2011, cuando no pudieron postergar más el trasplante de un nuevo órgano. Su estado de salud se estaba deteriorando y urgía la intervención.
"Estaba muy ansioso y quería operarme pronto. Las noches anteriores no podía dormir porque también me preocupa la salud de mi tía. Centré mi mente en que todo saldría bien, y si no, que conmigo ocurriera lo que Dios quisiera, pero quería que mi donante estuviera bien", contó.
Nueva vida
Hoy Danisa explica que lo primero que hará después de recibir el alta es ir a un concierto en Santiago, ya que ahora no habrá diálisis que se lo impida. Javier aspira a postular a un trabajo a tiempo completo, sin limitantes de tratamiento.
"Muchos asocian el hospital con tristeza, dolor o malas noticias. Para nosotros el mismo hospital, sus médicos, enfermeras y anestesistas, son sinónimo de renacimiento y vida", valoraron ambos.