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Navidad, un buen tiempo para ser solidario

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Cada año la Navidad se adelanta un poco más y no es raro ver las vitrinas del comercio a fines de octubre adornadas con pinos, luces, pascueros y regalos. Toda esa estética nos anuncia que es una época que para muchos es de alegría, esperanza, de buenos deseos, pero también de mucho estrés, porque hace tiempo que la Navidad tiene un significado para la humanidad muy alejado de su sentido espiritual.

Pero a pesar del estrés y necesidad urgente de buscar un regalo para quienes se ama, para cumplir un compromiso, acordarse de alguien que no hemos visitado o llamado durante todo el año o para el amigo secreto, hay algo mágico que sucede y es que nos sentimos más "buenos", más "piadosos" , "más nostálgicos" y se produce el "milagro", y también nos volvemos solidarios.

La solidaridad nos lleva a pensar en los otros, pero no en la familia, amigos y conocidos, sino que en ese otro que no conocemos: ese anciano que pide monedas en la calle, ese niño que pide comida, esa mujer que pide una "ayudita"; esas personas sin rostro, sin nombre, pero que sentimos que merecen también un regalo, tal vez una cena, un poco de tiempo, un momento feliz.

Así entonces, en nombre de la solidaridad, buscamos cómo hacer feliz a otro, a un ser humano igual que nosotros, sin distinción.

Tal vez muchos digan : "sólo nace la solidaridad para la Teletón y la Navidad"; pero, ¿por qué mejor no pensamos "qué bueno que en algunos momentos del año seamos solidarios, porque tal vez esos son los momentos más importantes para serlo"? Si alguien es solidarios los 365 días del año es maravilloso, pero si alguien lo es circunstancialmente, es maravilloso también; tal vez así podemos construir un mundo mejor, pues si los padres, los abuelos y los adultos en general enseñan a los niños a ser solidarios, sin importar cuántas veces en el año, es un aprendizaje para la vida y tendremos esperanza de un mundo mejor.

La solidaridad se puede expresar de muchas formas, con el vecino, con algún compañero de trabajo, con un niño que envió una carta al Viejo Pascuero, dando de cenar a personas en condición de abandono, donando el tiempo, un regalo, una conversación, alimentos. No importa que sea una vez al año, pero se puede empezar cuando uno quiera y esta Navidad 2 es una buena fecha para comenzar.

La Navidad es tiempo de solidaridad, un acto oportuno de bondad, en beneficio del otro que lo necesita. Que no sea una frase cliché, que se haganrealidad y se eduque como un valor.

El buen tiempo de Navidad, donde hasta en la guerra hay un momento de paz, hace que nazcan en el ser humano los sentimientos más puros de amor y eso se traduce para muchos en solidaridad.

"Sueños de Navidad" rescató y disfrutó del verdadero sentido de la festividad

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La alegría se podía respirar en el ambiente del Estadio Atlético Militar, mientras cientos de niños y jóvenes lanzaban globos al aire. Este acto no sólo marcó el final de una emocionante jornada, sino que es el sello de "Sueños de Navidad", donde el globo simboliza el sueño de un niño y el cordel el vínculo que se generó entre él y los voluntarios que lo apadrinaron, cerrando una actividad que se preparó con mucho cariño y durante muchos meses.

Se trata de una fiesta navideña que se realizó por quinto año consecutivo en Concepción y que busca regalar una Navidad diferente a pequeños de escasos recursos y vulnerabilidad social que lo necesitan, en una instancia donde se rescata el verdadero sentido de la festividad. Es por eso que no hay obsequios materiales, pues lo que se regala es tiempo, cariño y entretención a cambio de la sonrisa del niño que participa, donde se busca entregar una experiencia que les ofrezca aspiraciones de creer, crecer y proyectar sus sueños a la realidad.

Así, fueron cerca de 400 los niños beneficiados, todos pertenecientes a jardines infantiles de la Fundación Integra de las comunas de San Pedro de la Paz, Concepción, Hualpén y Talcahuano; institución con la que trabajan por segundo año.

Uno de éstos fue el jardín infantil "Lafken" que se ubica en la segunda etapa de San Pedro de la Costa en San Pedro de la Paz. Su directora, dijo que para los niños y niñas es maravilloso poder participar en una iniciativa como ésta, donde no sólo tienen la oportunidad de realizar actividades distintas a las que hacen habitualmente en el jardín, sino que también son regaloneados y reciben cariño. "El sector de San Pedro de la Costa es uno con alta vulneración y la verdad es que estos niños se merecen pasarlo bien", afirmó.

ARDUO TRABAJO

Josefa Fernández es parte del equipo organizador de "Sueños de Navidad" en Concepción y explicó que esta fundación es un proyecto que surgió en Santiago desde una celebración navideña para hijos de estudiantes de una casa de estudios superiores y que fue evolucionando hasta transformarse en lo que es hoy.

Y aunque ahora no está presente en la Región Metropolitana, sí lo está de manera potente en la capital penquista y en Viña del Mar, ciudad donde está su casa central y reside su director nacional (Cristian Montero), y en las que el anhelo es que la iniciativa perdure durante mucho tiempo más.

Uno de los aspectos que se destacan de "Sueños de Navidad" es que es la energía de los jóvenes las que lo movilizan. Así, primero, están los voluntarios, los que deben tener entre 16 y 29 años, y que son los que apadrinan a los niños.

Pero también los organizadores, quienes no están bajo al alero de ninguna universidad, sino que los motiva las ganas de hacer un regalo especial a cientos de niño. "En nuestro tiempo libre nos reunimos cada vez que podemos, generalmente una reunión una vez al mes, un equipo de cerca de veinte personas por ciudad para levantar este proyecto", puntualizó.

Es que, según contó Maximiliano Quiroz, director regional de "Sueños de Navidad", la fiesta que se realizó el pasado 23 de diciembre en Concepción es el resultado de arduos meses de trabajo, enfocados principalmente en el segundo semestre, de personas que lo único que quieren es dar su tiempo para entregar amor a los pequeños y contagiar a más personas con esa energía.

Y para encontrar parejas de voluntarios que apadrinen a un niño, considerando que se estima una cifra de participación anual de 500 pequeños, deben difundir la actividad, por eso, por ejemplo, realizan charlas en distintos establecimientos educacionales del Gran Concepción para sumar personas.

Los voluntarios deben pagar una cuota para poder ser parte de "Sueños de Navidad", pero aseguró que este dinero no alcanza para cubrir todos los gastos que implican el montaje y ejecución de este gran evento, y que consiste en una polera para el voluntario, una pulsera de identificación del cuidador para el niño, snacks y almuerzo para ambos, además de muchas horas de entretención.

Es por eso que también deben trabajar para conseguir auspicios y la participación de personas que aseguren la música para amenizar el ambiente, así como también de actividades para entretener a los niños.

GRAN EXPERIENCIA

Pero, todo el esfuerzo valió la pena. "Se demostró una vez más cómo es Chile y cómo nos mueve la solidaridad: 760 jóvenes se levantaron temprano para venir a ayudar desinteresadamente en esta gran fiesta navideña", manifestó Quiroz.

Dos de las jóvenes voluntarias fueron Annie y Fernanda, ambas de 17 años, amigas y estudiantes del Colegio Alemán de San Pedro de la Paz, quienes apadrinaron juntas a una niña que de a a poco fue tomando confianza y con la que vivieron una divertida jornada.

Se enteraron de esta iniciativa por una charla que los organizadores fueron a dar a su colegio y se interesaron inmediatamente, por lo que se inscribieron apenas pudieron y esperaron durante semanas que se realizara la fiesta para poder ser parte de ésta.

Para ellas la experiencia fue sumamente enriquecedora, pues en primer lugar les dio la oportunidad de compartir con cientos de otros jóvenes con el mismo interés de regalar su tiempo a un niño que lo necesita; y sobre todo porque tienen plena consciencia de que están obsequiando algo muy especial. "Realmente vale la pena participar, porque le estás dando un regalo a niños que no siempre lo pasan tan bien e incluso al principio se notaba, por algo eran tímidos, pero en la medida que les ibas a dando cariño ellos se abrían", expresó Annie. "Ver las caritas de los niños con sus sonrisas gigantes, es súper lindo, porque sabemos que no siempre tienen la misma sonrisa", agregó Fernanda.

Es por lo mismo que están seguras de que van a participar nuevamente de este evento, por lo que su invitación es a los jóvenes para que se sumen a una iniciativa que definen como preciosa y en la que, además, se pasa muy bien.