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El aporte de Conicyt va más allá de la ciencia

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La actividad científica se enfoca cada día en buscar verdades en la naturaleza. Estas verdades se convierten en conocimiento que personas ingeniosas las transforman en desarrollo y bienestar para todos. Esta actividad es alimentada con el sistema de educación escolar, preescolar, básica y media, que viene a ser el primer eslabón en el virtuoso proceso Educación + Ciencias + Ingeniería = Desarrollo + Bienestar. Las Artes y el Deporte son complementos fundamentales en el proceso educativo escolar ya que permiten desarrollar pensamientos sanos, independientes y altruistas.

El Estado de Chile creó en 1981 a Conicyt para apoyar y fortalecer una plataforma de científicos activos. La presión que hace hoy la comunidad científica por más recursos y más espacio evidencia que Conicyt logró su objetivo en forma exitosa. Esta presión se apoya en la productividad científica de excelencia de esta comunidad nacional. Por esta razón Conicyt debe pasar a una etapa superior y, sin descuidar lo logrado, plantearse objetivos mayores. El crecimiento de Conicyt abrirá un amplio espectro de áreas de desarrollo ofreciendo múltiples oportunidades para que muchos más jóvenes chilenos puedan realizarse cultivando sus habilidades.

Así es como Conicyt irrumpe en nuestra sociedad para mostrarnos en forma objetiva que la Educación y la Ciencias son eslabones estratégicos que hay que reforzar.

Chile se encuentra en una posición favorable para hacer una atrevida reforma en política de desarrollo científico llevando a Conicyt a un sitial superior donde se diseñen estrategias científicas para introducir innovación en el sector productivo; Chile hoy también debe apostar por una reforma educacional que tenga como objetivo desarrollar y potenciar habilidades y capacidades de los estudiantes y no extirpándoselas como sucede, en la mayoría de los casos, en el sistema escolar actual. Esto implica que la educación escolar sea en base a un proceso investigativo activo por parte de los estudiantes. Hay que hacer cambios para que nuestros hijos se sientan protagonistas desde sus primeros años, para que quieran ir a escuelas y colegios a educarse.

Tengo la certeza que estos osados cambios nos permitirá demostrar que un país que invierte en educación y ciencia reduce significativamente su gasto en cárceles y armas.